Un grupo de ex combatientes de Malvinas oriundos de La Plata viajó ayer a las islas Malvinas y permanecerá allí toda la semana próxima, junto a sus hijos de entre 19 y 26 años, con quienes acamparán en las mismas posiciones que mantuvieron durante el conflicto bélico de 1982.
Se trata de Fernando Magno, quien viajó a Malvinas con sus hijos Agustín y Juan; Rodolfo Carrizo, que fue con su hijo Martín; Carlos Giordano, con Manuel y Camilo; Fernando Terminiello, con Guido y Julieta, y Hugo Robert, con Joaquín y Alejo.
También viajaron Agustín Alonso, hijo del ex titular del Cecim La Plata, Ernesto Alonso, quien no viajó; Guido Volpe, hijo del actual presidente de la entidad, Mario Volpe, que tampoco integró la partida, y los ex combatientes Carlos Mercante y Guillermo Bianchi.
“Somos un grupo de siete amigos de La Plata que vamos a cumplir un viejo anhelo: poder llevar a las Islas a nuestros hijos, que tienen la misma edad que teníamos nosotros cuando fuimos a la guerra”, contó el veterano integrante del Cecim platense, Fernando Magno.
“Ellos (sus hijos) viven desde chicos la causa Malvinas y crearon una organización propia, de hijos de ex combatientes en defensa de los derechos de soberanía integral, y han escuchado tanto nombrar a Malvinas que parece que ya hubieran ido, pero es la primera vez que viajan allí”, afirmó.
Magno recordó que combatió en Monte Longdon, en la Compañía B del Regimiento 7 y destacó que durante este viaje con sus hijos “acamparemos allí, en Monte Longdon, en mi posición”.
En este viaje, como en anteriores, los ex combatientes de La Plata buscan honrar a los compañeros que quedaron en el campo de batalla y “transformar ese desquiciado sacrificio que les obligaron a hacer en algo positivo, como es defender la causa Malvinas en un concepto de soberanía integral”, dijo Fernando, para quien hoy la cuestión pasa por “la defensa de nuestros recursos naturales, de la Antártida, del paso bioceánico, del petróleo y la pesca”.
El contingente llegó a Malvinas, en un vuelo desde Río Gallegos, y permanecerá allí toda la semana.
Durante la estadía visitarán el cementerio de Darwin y los campos de batalla, y mantendrán contacto con los isleños.
En este marco, Agustín, de 23 años hijo de Magno, dijo: “Sentarme en la piedra donde estuvo mi viejo hace más de 30 años en medio de la guerra, junto a él y mi hermano Juan, será algo muy especial”. Agregó que “desde de los tres años que escucho las historias que él me relata y leo en libros y mapas la posición donde él estuvo”.
“Malvinas para nosotros es una herencia. Mi viejo nos habla todos los días del tema”, dijo el joven que lleva entre el equipaje una guitarra que usará para cantar el himno nacional en Darwin. “He imaginado mil veces este viaje y quiero estar tranquilo para ver que situaciones se dan y que emociones surgen. Es un momento muy esperado”.
Agustín lo explicó claramente: “Para nosotros Malvinas no es una anécdota bélica, es una causa sobre la que queremos generar conciencia”. “No se trata nada más que de un par de islas aisladas, sino que representa una cuestión económica, social y estratégica fundamental”, sentenció.
Otra de sus expectativas para el viaje pasa por contactar a la mayor cantidad posible de isleños.
“Quiero hablar con ellos, saber qué piensan. Como generación lo único que no tenemos que hacer es ignorar a los kelpers”, concluyó.
Por su parte, Agustín Alonso explicó que “viajar con el grupo de ex combatientes es como viajar con mis tíos, todos son como mis tíos”.
Señaló que trabaja junto a otros hijos de ex combatientes por la defensa de la soberanía y los recursos naturales y que estar en las islas también “nos permitirá crecer como organización”. “No es sólo una viaje emocional, sino de militancia y crecimiento”, aseguró.