Directivos de la filial Bigand de Federación Agraria Argentina (FAA) y de la Fundación Bigand sostuvieron ayer una reunión en la sede Rosario del Ministerio de la Producción en la que la provincia adoptó el rol mediador representado por el secretario del Sistema Agropecuario de Santa Fe, Luis Contigiani, para avanzar hacia un acuerdo definitivo sobre el futuro de los productores que trabajan —bajo régimen de aparcería con la fundación— los campos que integran el legado de Víctor Honorio Bigand, fundador de la localidad.
Aunque no hubo conclusiones definitivas, desde la provincia se evaluó positivamente el encuentro, que pasó a un cuarto intermedio sin fecha, hasta tanto la FAA baje las propuestas a un grupo de productores que aún no firmó un acuerdo ni prórroga alguna con la Fundación Bigand, la que estuvo representada por su presidente, Marcelo Alvarez, y el abogado Diego Haro Martínez, y que deberá resolver si acepta o no las cifras que para los acuerdos de aparcería plantearon desde la gremial de los pequeños y medianos productores de Bigand. Luego continuarían las negociaciones.
Otra diferencia a zanjar es el criterio de la Fundación, que no quiere renovar contratos con los herederos de los aparceros originales, y el de la FAA, que quiere incluir a todos y argumenta con la condición de familias históricas en el laboreos de esas tierras que suman hoy unas 2.500 hectáreas divididas entre poco más de una veintena de agricultores.
La palabra "expropiación", esgrimida por la comuna, que consensuó la idea con entidades, y por el senador Eduardo Rosconi que elevaría un proyecto, fue desestimada desde el sector oficial. Contigiani destacó que la posición adoptada por la provincia en este caso es "defender el modelo del legado de la familia Bigand". A su vez, desde la FAA, el abogado y titular de la delegación bigandense, Pablo Paillole, dijo que la entidad que lidera está dispuesta a avalar la propuesta que haría Rosconi.
Testamento. Sobre unas 2.500 hectáreas pesa un caso particular, ya que la hija y última heredera del fundador de la colonia Bigand dejó un testamento en el que ordenaba al albacea constituir una fundación para administrar y destinar el producido de esas tierras a obras de beneficencia sin que se afecte la situación de los "colonos" allí establecidos.
Hace 10 años, y producto de intensas movilizaciones, los bigandenses lograron que la fundación diera marcha atrás en una pretensión de desalojar a los colonos y les renovara los contratos de aparcería que vencen este 31 de diciembre. Un grupo de esos productores renovó por seis meses sus contratos, pero otros, enrolados en FAA, indican que muchas de las cláusulas son incumplibles y obligan a cumplir en 15 días requisitos que sólo pueden concretarse en 60.
Aparcería. Para una mejor comprensión cabe destacar que los contratos de aparcería no son contratos de alquiler; la aparcería es un sistema donde propietario y colono comparten los riesgos y, por ejemplo, un 65 por ciento queda para el colono y un 35 para el propietario, sobre lo mucho o lo poco que se haya producido. Mientras, en un contrato de alquiler, el productor paga un importe mensual fijo al dueño del campo, tanto si le fue bien como si le fue mal.
En los pasillos del Ministerio, sede Rosario, se cuestionaba la presión ejercida por la Fundación Bigand para aumentar al 40 por ciento el canon a los aparceros. "Si es una fundación, no deberían existir intenciones de lucro", dijeron fuentes que pidieron reserva, y no faltó el comentario sobre "el destino de los fondos, los que no pueden ser controlados desde la provincia porque la fundación está inscripta en Buenos Aires".
Tras la reunión, que se prolongó bastante más allá del mediodía, Alvarez dijo a LaCapital que "el clima fue positivo y se escucharon distintas posturas. No hay diferencias tan grandes".