No alcanzo a comprender que ciertos directivos del Club Atlético Rosario Central acepten por dinero una publicidad en nuestra camiseta del equipo cuyo rombo se destaca sobre el sentimiento de nuestros colores azul y amarillo. Solicito y sugiero que una publicidad sea discreta en forma y color, así como en su tamaño. Al doctor Horacio Usandizaga le pido que tenga la humildad necesaria para respetar económicamente a sus socios vitalicios, y a su vez jubilados, a quienes nos quitó la platea al aplicarle aumentos exagerados, que me obligaron a no renovarla. Después de 46 años de socio (activo, patrimonial y vitalicio) no puedo disfrutar del gigante de Arroyito en vivo, habiendo trabajado y colaborado por años en distintas subcomisiones. A su vez sugiero que nuestro estadio lleve el nombre del más grande de los presidentes: Víctor José Vesco. Y que distintas tribunas lleven los nombres de Federico Flynn, Adolfo Pablo Boerio y Antonio Osvaldo Rodenas, artífices del gran Rosario Central.