El 13 de enero pasado nació mi segunda hija Amanda. Surge en mí la necesidad de escribir estas líneas para agradecer a mi médico Hugo Constanti (Chiche), hijo de Domingo, médico obstetra vanguardista del parto respetado, que tuvo su clínica Madres Felices en Rosario. Con mi pareja le propusimos a Hugo parir en un banquito de parto (silla de madera con forma de herradura en la sentadera), enseguida nos dijo que sí, y la institución también nos acompañó en nuestra decisión. Y así fue, Amanda nació a las 4.30 en un pujo, no hizo falta más porque la fuerza de gravedad nos da una mano a las mujeres cuando parimos sentadas. Apenas nació la abracé y así, piel con piel, la vi por primera vez. Cuando Hugo terminó de higienizarme no hubo necesidad de cortes ni de heridas, me paré y cambié a mi nuevo amor. Todavía recuerdo cuando la enfermera me dijo: “¿Querés cambiarla vos? En 25 años, es la primera vez que veo a una mamá cambiar a su bebe”. Qué bueno que son los cambios, que agradecida que estoy a mi médico Hugo y al Sanatorio de la Mujer que hicieron posible ese maravilloso momento que elegí tener, así lo quise y gracias a estas voluntades lo logramos. Gracias a todos.