El escritor francolibanés Amin Maalouf fue distinguido ayer con el premio
Príncipe de Asturias de las Letras 2010 por su compromiso con la tolerancia y la reconciliación de
los pueblos, expresado en su obra novelística y ensayística. "Su obra traza una línea propia hacia
la tolerancia y la reconciliación, un puente que ahonda en las raíces comunes de los pueblos y las
culturas", destacó de él el jurado reunido en la ciudad española de Oviedo.
Maalouf, nacido en Beirut en 1949 y afincado en Francia, es uno de los
escritores contemporáneos que más ha profundizado en la cultura mediterránea. Autor de obras como
"Samarkanda" (1988) o "León el africano" (1986), su trabajo ha sido traducido a más de 20
idiomas.
Desde París, donde reside, el escritor dijo sentirse "feliz" y "orgulloso" por
obtener el galardón. "Ya desde los inicios de mi actividad literaria, España siempre ha estado
presente en mi obra. No sólo porque es la patria del héroe de mi primera novela, «León el
Africano», sino también, y sobre todo, porque ha sido el lugar de un encuentro emblemático, que se
ha mantenido durante siglos, entre las tres grandes religiones del Mediterráneo", aseguró.
Para el jurado, que estuvo presidido por el director de la Real Academia
Española (RAE), Víctor García de la Concha, Maalouf ha logrado "abordar con lucidez la complejidad
de la condición humana" desde la ficción histórica y la reflexión teórica.
Crisol de culturas. "Con un lenguaje intenso y sugerente, Maalouf nos sitúa en
el gran mosaico mediterráneo de lenguas, culturas y religiones para construir un espacio simbólico
de encuentro y entendimiento", indicaron los miembros del jurado en el acta.
En la votación final, el libanés se impuso a la escritora española Ana María
Matute y al poeta chileno Nicanor Parra. El galardón está dotado con 50.000 euros (61.000 dólares)
y una estatuilla diseñada por Joan Miró.
Periodista además de escritor, la guerra civil libanesa llevó a Maalouf a
exiliarse en Francia en 1976. Como redactor jefe del periódico Jeune Afrique, cubrió
acontecimientos como la guerra de Vietnam y la revolución iraní. Desde 1985 se dedica de forma
exclusiva a la literatura.
Recibió el prestigioso premio Goncourt por "La roca de Tanios", ambientada en el
siglo XIX en un Líbano dividido por el enfrentamiento entre Egipto y el imperio Otomano.
En su último ensayo, "El desajuste del mundo", Maalouf (nacido en el seno de una
familia cristiana) cuestiona el período actual en el que los valores occidentales han fracasado en
su universalización.
El de ayer es el quinto de los ocho premios que la Fundación Príncipe de
Asturias falla este año.
Antes se fallaron el de las Artes, que obtuvo el escultor Richard Serra; el de
las Ciencias Sociales, que fue para el equipo arqueológico que descubrió los guerreros de terracota
de Xian; el de Comunicación y Humanidades, que reconoció a los sociólogos Alain Touraine y Zygmunt
Bauman, y el de Investigación Científica y Técnica, obtenido por los bioquímicos David Julius,
Linda Watkins, Baruch Minke por investigación de las claves cerebrales del dolor. l (DPA y
Reuters)