Con el retrato de Juan Pablo II detrás y un rosario en el pecho, Floribeth Mora, la costarricense cuyo milagro de curación elevará a los altares a Karol Wojtyla, contó ayer: "Oí su voz que me decía: ¡Levántate, no tengas miedo!".

Con el retrato de Juan Pablo II detrás y un rosario en el pecho, Floribeth Mora, la costarricense cuyo milagro de curación elevará a los altares a Karol Wojtyla, contó ayer: "Oí su voz que me decía: ¡Levántate, no tengas miedo!".
Sin poder contener las lágrimas, Floribeth, de 50 años, sentada junto a su esposo, besó el rosario, se persignó y empezó a relatar su inexplicable sanación de un aneurisma cerebral, ocurrida la misma noche de la beatificación de Juan Pablo II, en mayo de 2011.
"El Señor me vio con ojos de misericordia y por intercesión de Juan Pablo II miró a esta mujer indigna y me sanó", expresó en el Arzobispado de San José, en la capital costarricense.
Floribeth rompió ayer el silencio impuesto por el Vaticano, luego de que el Papa Francisco firmara el decreto en que reconoce el milagro.
En la rueda de prensa, el neurocirujano Alejandro Vargas contó que el 13 de abril de 2011 le diagnosticó a Mora un aneurisma fusiforme en el cerebro. Y detalló que la paciente fue sometida el 11 de noviembre de 2011 a nuevas pruebas especializadas. "Me sorprendí: no existía el aneurisma, el árbol arterial cerebral estaba normal".




