El gobierno enviará hoy al Congreso el proyecto de ley que le permitirá reabrir
el canje de deuda en default por 20 mil millones de dólares, mientras define el calendario de una
gira financiera a países del exterior para explicar la propuesta y tratar de conseguir el máximo
nivel de aceptación a la operación.
Se espera que la norma que suspende temporalmente la llamada ley cerrojo que
prohibía la reapertura del canje realizado en el 2005, llegue hoy al Parlamento, de acuerdo a lo
anunciando por el ministro de Economía, Amado Boudou.
El jefe del bloque kirchnerista en Diputados, Agustín Rossi, precisó ayer que el
proyecto declara "la suspensión por el término de un año de los efectos de la ley cerrojo para
permitir la reapertura del canje".
La ley cerrojo fue sancionada en febrero de 2005 para inducir a una mayor
aceptación de los bonistas e impedía al gobierno reabrir la operación.
Según trascendió, ese proyecto remarcará que el canje deberá concretarse con una
mejora en términos financieros para el país respecto a la operación que se realizó en 2005.
Esa mejora debe incluir una quita igual o superior al 65 por ciento, que fue la
pérdida que sufrieron los bonistas que aceptaron el primer trueque.
Boudou estimó que en diez días se definirá el calendario de una gira financiera
a países del exterior para detallar la oferta de canje a los holdouts.
El ministro señaló que el objetivo del road show —como se denomina a este
tipo de giras— es conseguir "el máximo nivel de aceptación" para el canje.
“En diez días vamos a estar definiendo un cronograma de visitas a
los países con fuerte tenencias de bonos. Vamos a ir a Italia, Alemania, Japón y, obviamente, a los
centros financieros internacionales, Londres y Nueva York, para lograr el máximo nivel de
aceptación”, destacó.
Todo encarrilado. Según calculó, en ese plazo estarán “encarrilados” el tratamiento
en el Congreso de la norma que reabre el canje, y las presentaciones ante los organismos
reguladores de la operación, como la Securities and Exchange Commission (SEC) de los EEUU —el
equivalente a la Comisión Nacional de Valores— y las distintas Bolsas de Comercio del mundo.
El titular del Palacio de Hacienda aseguró que la medida apunta a
resolver un problema del sistema financiero que originará una baja en las tasas de interés y mayor
acceso al crédito hipotecario, y remarcó que “desde hace tres o cuatro meses Argentina está
lista para salir a la cancha cuando el mundo comience a mejorar”.
El ministro precisó que hay dos segmentos de bonistas con los cuales le
interesa arreglar al gobierno: “Los tenedores institucionales y los individuales”, en
tanto que dijo que “nos tienen sin cuidado” el tercer grupo, el de los llamados fondos
buitres.
Al respecto, sostuvo que para estos dos segmentos “deberíamos
tener dos instrumentos distintos”.
“Debieran ser dos propuestas que permitan que se autosegmente o
decidan ellos mismos por cuál de las ventanillas ingresar, con lo cual debiera ser un poco peor la
oferta para los tenedores individuales en término de valor presente, pero no pedirles efectivo por
el canje”, puntualizó.
El gobierno firmó la semana pasada una “carta mandato” con
tres bancos internacionales (Barclays, Citi, y Deutsche), los que elevaron una propuesta de swap
asegurando contar con la anuencia de bonistas en títulos en default por unos 10 mil millones de
dólares.