Uno de los detenidos en febrero pasado en la ciudad de Tostado cuando trasladaban en caravana hacia Chaco dos camionetas robadas en Rosario y Funes fue condenado ayer a dos años de prisión condicional en un juicio abreviado. El hombre fue apresado a bordo de una Chevrolet S10 sustraída horas antes del centro rosarino y cuando intentaba eludir un control caminero. La causa es parte de una investigación de la fiscalía local a “reducidores” de chatas de media o alta gama, robos que se registran de manera reiterada.
La pena de dos años de prisión condicional fue impuesta ayer a Fernando Ariel “Pela” Scrinzi, quien no registra antecedentes penales. Como parte del procedimiento abreviado que evita llevar la causa a juicio, el detenido asumió su responsabilidad en la sustracción de dos camionetas: una Toyota Hilux y la S10 que conducía al ser detenido. El acuerdo fue celebrado entre el fiscal de Investigación y Juicio Fernando Rodrigo y el defensor particular Jorge Bedouret. El convenio, con el detalle de la prueba y el procedimiento policial, fue leído y admitido ayer por la jueza Raquel Cosgaya.
Por el mismo hecho están detenidos otros tres hombres del grupo. Dos de ellos, los primos Oscar y Enzo N., están presos desde hace dos meses aunque ya firmaron un acuerdo abreviado por la misma pena que aún no se formalizó. El cuarto acusado es Mauricio S., primo de Scrinzi, un hombre de 32 años que dijo ser vendedor ambulante y fue detenido la semana pasada. Le imputaron el traslado de las dos camionetas a Chaco y el robo calificado y hurto de al menos otras tres camionetas en Rosario.
Sorprendidos. El grupo fue emboscado en un control policial el 4 de febrero pasado en la ruta provincial 2, entre la localidad de Logroño y Tostado, a unos 460 kilómetros al noroeste de Rosario. A las 23.30 efectivos de la Brigada Operativa Departamental 9 de Julio frenaron el paso de un Chevrolet Corsa al mando de Víctor C., a quien notaron nervioso. Constataron problemas con la documentación y los guarismos adulterados. En ese momento advirtieron que dos vehículos giraron en U para eludir el control y avanzaron hasta una estación de servicios cercana.
Los policías los siguieron hasta ese lugar y comprobaron que los dos vehículos eran robados. Una Toyota Hilux gris sustraída entre las 18.50 y las 19.50 de ese día en Wilde 550 de Funes. Y una Chevrolet S10 gris levantada de Oroño y Córdoba alrededor de las 20. La primera era guiada por Oscar Alberto N. La segunda por Scrinzi. También fue detenido allí Roberto B., que integraba la caravana al mando de un Chrysler con la patente cambiada. Tanto este hombre como el conductor del Corsa quedaron a disposición de la fiscalía de Tostado. Los otros fueron imputados por el fiscal Rodrigo por los robos registrados en Rosario.
Levantador. Una de las pruebas que comprometió a Scrinzi como “levantador” de las chatas fue la declaración que brindó el 27 de febrero pasado el detenido Oscar N. “El Peladito Scrinzi junto con Enzo N. fueron a robar las chatas. Ocultaron la S10 cerca del padre Ignacio”, dijo. Reveló que esa noche salieron en una caravana guiada por un Honda Civic que conducía Mauricio S., quien al llegar al control de Logroño les envió un mensaje diciendo “peguen la vuelta”. Ese hombre evadió el control y cayó la semana pasada.
Los que viajaban detrás giraron en U y pararon en la estación de servicios, donde intentaron “arreglar con plata” al personal policial.
Otro elemento que incriminaba a Scrinzi es una denuncia de febrero de 2014. La presentación decía que Mauricio S., su pareja y “Pela” Scrinzi “se dedican a robar y adulterar autos y a la venta de drogas”. Aunque en ese momento no arribó a resultados, la fiscalía siguió esa pista en la investigación que lleva desde hace meses por el robo de más camionetas de esas marcas. Son levantadas con logística, ya que quienes las sustraen logran intercambiar módulos de las computadoras de a bordo sin romper el tablero o abrir las cerraduras sin violentarlas.
Así ocurrió en este caso. Como según evidencias no se ejerció violencia en las cosas ni en las personas, la imputación inicial de robo se modificó y Scrinzi fue condenado como coautor de dos hurtos calificados. Recuperó la libertad y deberá cumplir reglas de conducta como fijar domicilio, someterse al control de la Dirección de Asistencia Postpenitenciaria y no comunicarse por dos años con los otros acusados en la causa.