No existe en Argentina otra película que como “Esperando la carroza”, siga sumando fans después de 37 años de su estreno. El filme dirigido por Alejandro Doria en base a un texto de Jacobo Langsner atraviesa dos generaciones que aprendieron los diálogos de memoria y se reunieron en grupos de Facebook como la “Asociación de enfermitos de diálogos de Esperando la carroza”, con 21 mil miembros, y la “Asociación de fanáticos de Esperando la carroza HD”, con 20 mil integrantes.
Ellos son los “carroceros”, especie de gentilicio adoptado por los fieles para referirse a ese universo estridente e hilarante en el que reinan los Musicardi. Los devotos y conversos tienen su “templo” en la casa ubicada en el barrio de Versalles donde se filmó gran parte de la película y a la que peregrinan periódicamente, en algunos casos con vestuario ad hoc, como si se tratase de una fiesta cosplay de “Esperando la carroza”.
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Los "carroceros" durante una visita al "templo", la casa del barrio de Versalles donde se filmó "Esperando la carroza".
“Carroceros” también es el título del documental de los directores Mariano Frigerio y Denise Urfeig que se estrena el 4 de febrero por Cine.ar en el cual dejan registro de ese fenómeno del que participan padres con sus hijos pequeños, niños y adolescentes que no habían nacido en 1985. En algunos casos, los “carroceritos” hoy conocen más detalles que los adultos sobre el filme protagonizado por China Zorrilla, Luis Brandoni, Antonio Gasalla, Julio de Grazia, Betiana Blum, Mónica Villa, Juan Manuel Tenuta y Andrea Tenuta.
¿Cómo surge la idea del documental?
Denise Urfeig: La idea inicialmente fue hacer un documental sobre Versalles, el barrio donde se filmó casi íntegramente “Esperando la carroza”. Mariano, uno de los directores, vive cerca y además es carrocero acérrimo. Nos llamaba la atención que haya sido filmada en apenas unas manzanas y que los vecinos que participaron del rodaje sigan viviendo allí.
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Los directores de "Carroceros", Mariano Frigerio y Denise Urfeig (derecha) junto a una reconocida carrocera.
Mariano Frigerio: Particularmente, nos interesaba la casa de la familia Musicardi. Sabíamos que seguía habitada por las mismas dueñas que la alquilaron para la filmación y que había sido declarada de interés por la Legislatura porteña. Pero, durante las visitas al barrio, nos fuimos enterando de los grupos de fanáticos que hacían tours, intentaban entrar a la casa, iban a sacarse fotos y a recrear escenas. Y, así, también nos enteramos del grupo de Facebook “Asociación de enfermitos de diálogos de Esperando la Carroza” que tiene más de 20 mil miembros que hablan entre ellos sólo con diálogos de la película. Entonces cambiamos el foco y nos centramos en ellos, los carroceros.
¿Por qué les interesó el tema de los carroceros?
MF: A mí personalmente porque descubrí que éramos miles de fanáticos. Yo ya lo sabía, pero no tanto. Me di cuenta que no estaba solo con esta locura, que éramos muchísimos y que, en realidad, yo no era tan carrocero como pensaba, todos ellos me superan. También me interesó averiguar qué es lo que causa tanto fanatismo, por qué con esa película y no otra, por qué trasciende a varias generaciones y a personas tan distintas entre sí. Y todo eso intentamos responderlo en el documental.
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Enrique Pinti interpretó a Felipe, el primo alcohólico de los hermanos Musicardi y sobrino de Mamá Cora en el filme de 1985.
DU: A mi, que era más observadora que carrocera, me interesa desde siempre el tema del fanatismo. La pasión que tienen las personas por algo totalmente ajeno a sus vidas. En el caso de los carroceros, me apasioné enseguida por el fenómeno. Y, además, me pareció muy interesante que suceda con una película argentina porque amo el cine nacional.
¿Qué actores y actrices del elenco original dan su testimonio en el documental? ¿Cómo recibieron la propuesta de participar?
DU: Aparecen todos los actores principales, salvo Darío Grandinetti que por cuestiones de agenda no pudimos coordinar la entrevista.
MF: Todos siempre tuvieron mucha predisposición. Incluso Antonio Gasalla, la figurita que pensábamos sería más difícil, me llamó él a mi. Yo le había enviado un mail y me llamó a mi teléfono. Fue el primero que entrevistamos y tuvo muy buena onda con nosotros. El día de la entrevista nos trajo un pendrive con material inédito del backstage de “Esperando la carroza” que vimos juntos y, por supuesto, incluimos en el documental.
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Betiana Blum encarnó a Nora de Musicardi, la esposa hipócrita del personaje de Luis Brandoni.
¿Por qué la película generó una legión de fans? ¿Fue el guión, el elenco, la dirección?
MF: Sin dudas es la única película argentina de culto. El fenómeno que generó y sigue generando no se dio con ninguna otra. Y en algo coinciden todos los carroceros: es una representación fiel de la familia argentina. La combinación de un guión excelente lleno de humor, sátira, drama, grotesco y costumbrismo combinado con la gran dirección de Doria y ese elenco hicieron que sea una película única que nunca envejece.
¿“Esperando la carroza” es una película que trasciende clases sociales?
DU: Sin dudas. Todas las familias están representadas ahí. Siempre hay un garca, una tía que se cree más que los demás, un adulto mayor de quien hacerse cargo, unos que tienen más plata y otros menos. Por eso es que no solo trasciende las clases sociales, sino que también las edades y las nacionalidades: hay carroceros en todo el mundo.
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Juan Manuel Tenuta, Betiana Blum, Julio de Grazia, Luis Brandoni, Mónica Villa y China Zorrilla, protagonistas en 1985 de "Esperando la carroza".
Los fans no sólo son los que vieron la película en el cine, sino que también hay una nueva generación. ¿Cómo explican ese fenómeno?
MF: Podríamos afirmar que el 90 por ciento de los fanáticos no la vio en el cine. Incluso, la gran mayoría no había nacido cuando se estrenó. Son la generación de la televisión y del VHS. Cuando empezó a darse en televisión de aire, luego en VHS, en DVD y finalmente en plataformas como YouTube y Netflix, se produjo el gran salto.
DU: Y, finalmente, las redes sociales hicieron que los fanáticos se agrupen y se multipliquen; formaron una verdadera comunidad con códigos y reglas propias. Y además están los carroceritos, niños de 9, 10 años que se la saben de memoria. Claramente sus padres se las mostraron y les inculcaron el fanatismo, pero hay algo atractivo para ellos también, como las malas palabras o el tono de los diálogos.
¿Cuál es el secreto de “Esperando la carroza”?
MF: Es un poco todo lo que comentamos anteriormente: la identificación que genera, el guión, la dirección, el elenco y sobre todo el humor.
DU: Hay algo de la incorrección política que no tiene otra película y que sería impensable en cualquier guión actual. Se meten con todos: judíos, negros, comunistas, ancianos. Y todo con muchísimo humor, es una película desopilante y a la vez muy dramática.