La corbeta Caboclo de la Marina brasileña arribó ayer al puerto de Recife con 133 restos del
avión de Air France que cayó al océano Atlántico, informaron fuentes locales. Entre los objetos hay
un asiento azul, pedazos del fuselaje, máscaras de oxígeno y prendas de vestir de algunas de las
228 víctimas de la tragedia ocurrida el ocurrido el 1º de junio cuando el vuelo AF 447 que partió
de Río de Janeiro hacia París cayó al Atlántico a 1.450 kilómetros de la costa brasileña.
Los restos revelan que ninguna de las piezas encontradas muestran
vestigio de haberse quemado, precisaron medios de comunicación brasileños.
El material recogido fue inventariado y entregado al Escritorio de
Investigación y Análisis sobre Aviación Civil Francesa (BEA).
Representantes de la entidad francesa, del Ministerio de Relaciones
Exteriores de Francia y del Centro de Investigación y Prevención de Accidentes Aeronáuticos
presenciaron el desembarco de los objetos.
Se trata del segundo mayor lote de restos de la aeronave que volaba
desde Río de Janeiro a París, desembarcado en el puerto de la ciudad brasileña nororiental de
Recife.
El pasado 12 de junio, un barco arribó a ese puerto con la mayor pieza
del avión rescatada hasta el momento, el estabilizador vertical, donde se localiza el timón de
dirección de la aeronave.
Todos los restos que llegan a la capital provincial de Pernambuco son
ubicados en un hangar alquilado al Aeroclub de Recife, bajo la custodia de la BEA que tiene a su
cargo, además, investigar las causas de la tragedia.
Por otra parte, los familiares de las víctimas anunciaron ayer en Río de
Janeiro la creación de la Asociación de las Víctimas del vuelo 447. El objetivo es interactuar con
una organización similar creada en Francia, la Asociación por la Verdad y por la Defensa de los
Derechos de las Víctimas del Vuelo AF 447.
“Recibimos también el contacto de una asociación en Alemania para
darle soporte a los familiares”, dijo Nelson Faria Marinho, padre de una de las víctimas.
En ese marco, el director general de la compañía Air France, Pierre
Henri Gourgeon, anunció en París que comenzará a pagarse las indemnizaciones.
Según declaró, la compañía ha transferido 24.465 dólares a cada uno.
Air-France afirma estar en contacto con unas 1.800 personas cercanas a
las 228 víctimas de la catástrofe. Según Gourgeon, en algunos casos al principio no fue fácil
entrar en contacto con ellos. Muchos pasajeros sólo aportaron sus teléfonos móviles en la compra de
los billetes.