Francisco Mateo Alvarez, el acusado de matar de un escopetazo por la espalda al
kayakista Ariel Pasquini a mediados de febrero en un paraje isleño frente a Rosario, actuó con
deliberada voluntad de delinquir. El fiscal de la ciudad de Victoria, Eduardo Guaita, llegó a esa
conclusión y descartó de plano que la agresión se haya consumado sólo por un lamentable
accidente.
Por esos motivos pidió que el acusado sea sometido a juicio
como autor penalmente responsable de "homicidio simple y agresión con toda arma", un delito que
prevé penas de 8 a 25 años de cárcel. Esas conclusiones fueron volcadas en el dictamen que se
conoce como requisitoria de elevación a juicio.
El expediente judicial por el asesinato de Pasquini se
encuentra bajo supervisión del juez penal de la localidad entrerriana de Victoria, Alejandro
Calleja, quien ya había procesado al acusado por ese delito. Mientras se completa la instrucción de
la causa, Alvarez, de 72 años y con domicilio fijado en Rosario, espera en libertad el juicio que
se realizará en la Cámara Penal de Gualeguay en fecha a determinar.
Trágica tarde. El sábado 14 de febrero Alvarez compartía un
asado con dos amigos en el terreno que había adquirido hace unos años en un sector de la isla
ubicado a la altura del kilómetro 423, margen izquierdo del Paraná Viejo, frente a la ribera norte
de Rosario. Alrededor de las 3 de la tarde estalló una discusión entre el hombre y dos vecinos, los
hermanos Casal, también rosarinos.
Los gritos alertaron a Ariel Pasquini, un habitué de esa
zona y amante del río, quien estaba con su novia pasando un día al aire libre a pocos metros de
allí.
Al escuchar los gritos, el muchacho se acercó porque
conocía tanto a Alvarez como a los Casal. Fue entonces cuando el incidente terminó en tragedia.
Alvarez ya había amenazado con un machete a los hermanos, después fue hacia su canoa, agarró una
escopeta calibre 20 de su propiedad y regresó a paso firme. Eso provocó que las personas que
estaban allí intentaran escapar. Fue entonces cuando se escuchó un fuerte estampido y Pasquini cayó
al piso boca abajo. Una perdigonada le dio en la espalda, unos centímetros arriba de la
cintura.
Viejo conflicto. Uno de los Casal se arrojó sobre el
homicida e intentó quitarle el arma y dominarlo. El resto de los presentes advirtió el paso de un
guardacosta de Prefectura Naval e hizo señas desesperadas. Los efectivos se hicieron cargo de la
situación: cargaron de inmediato al herido para trasladarlo a Rosario y se llevaron detenido a
Alvarez. Al día siguiente, Pasquini falleció.
El homicidio estuvo presidido por un pleito entre Alvarez y los Casal
por la delimitación de unos lotes. Los problemas comenzaron en 2006 cuando uno de ellos, Leonardo
Gabriel, descubrió que supuestamente Alvarez había avanzado unos 50 ó 60 metros sobre su porción de
tierra. Las discusiones derivaron incluso en una denuncia en la comisaría de El Charigüé por
supuesta usurpación.
Casal, sin embargo, aclaró que Alvarez "nunca tuvo una
actitud violenta" hacia él. "Las peleas eran solamente verbales, jamás fueron tan grave".
El fiscal Guaita remarcó: "Ha quedado debidamente
establecido que el imputado, con total desprecio por la vida ajena, primero intentó agredir
violentamente a los hermanos Casal con un machete, para luego buscar el arma de fuego que tenía en
su canoa, la cual luego de apuntar en dirección a esas personas, procedió a disparar. De esa forma
hirió a la víctima, quien murió horas después".
Sin agresión. El representante del Ministerio Público
expresó que los testigos "tiran por tierra la falaz versión de los acontecimientos brindada por
Alvarez. Por un lado, intenta presentar una agresión previa por parte de los hermanos Casal y, por
el otro quiere hacer creer al Tribunal que el disparo fue accidental. Nada de eso sucedió. No fue
agredido físicamente y el disparo no fue accidental". Una pericia técnica realizada sobre la
escopeta calibre 20 utilizada por el imputado descartó que el mecanismo pudiera accionarse en forma
accidental.
"El imputado actuó con dolo directo, por cuanto tuvo la oportunidad de
conocer que la ejecución de un disparo de arma dirigido hacia Pasquini le provocaría la muerte, y
con dicho conocimiento tomó la decisión voluntaria de efectuar el tiro", resumió el fiscal. Esa
conducta se encuadra dentro de un homicidio simple, pero Guaita también le agregó el término
jurídico "agresión con toda arma", al tener en cuenta que Alvarez, antes de apretar el gatillo de
su escopeta, quiso agredir con un machete a otras personas. l