China consiguió ayer el primer aterrizaje en la Luna después de 37 años y abre un nuevo capítulo en la investigación del satélite de la Tierra, enfocado sobre todo hacia el futuro y a las perspectivas de encontrar allí materias primas.
China consiguió ayer el primer aterrizaje en la Luna después de 37 años y abre un nuevo capítulo en la investigación del satélite de la Tierra, enfocado sobre todo hacia el futuro y a las perspectivas de encontrar allí materias primas.
Para China, la llegada de la sonda Chang’e 3 a la Luna es un hito en su breve historia espacial. Los responsables del seguimiento de la misión se abrazaron con júbilo cuando se confirmó que el aparato se había posado con éxito a las 21.11 de ese país (13:11 horas GMT) en la Bahía de los Arcoiris, uno de los lugares más bellos del satélite.
La llegada de la Chang’e 3 después de un viaje de 13 días desde la Tierra, fue transmitida a través de la televisión estatal china.
El país que transformó su estructura económica en 30 años, tras la muerte de Mao Tse Tung, aspira ahora a convertirse en una potencia respetada a nivel mundial. Y su gobierno comunista considera una importante presencia en el espacio como una clave para demostrar destreza tecnológica, fuerza militar y la creciente estatura científica del país.
Después de Estados Unidos y de la ex Unión Soviética, China es el tercer país que consigue hacer bajar una nave en el satélite terrestre.
La llegada del primer hombre a la Luna se produjo el 20 de julio de 1969 y en el marco del programa Apollo un total de 12 estadounidenses pisaron su superficie hasta 1972.
El último alunizaje hasta ayer lo protagonizó la sonda soviética Luna 24 en el año 1976.
Liebre de Jade. A bordo de la sonda china iba un vehículo robot, llamado Liebre de Jade (Yutu), que tardará un día en desacoplarse y luego comenzará a recorrer la superficie.
El alunizaje duró once minutos y se produjo sin levantar mucho polvo. Instantes después se desplegaron los paneles solares para suministrar electricidad al vehículo terrestre.
Yutu, de 140 kilos y con seis ruedas, se posicionará a diez metros de Chang’e 3 y desde ahí será el primero en tomar una foto de la sonda.
El presidente de China, Xi Jinping, visitará hoy el centro de control espacial de Pekín para estar presente durante la publicación de las imágenes y poder anunciar el éxito de la misión.
“Si siguen los éxitos es probable que China combine sus programas con vuelos tripulados a la Luna. Sería, después de Estados Unidos, la segunda nación del mundo en conseguirlo”, señaló a una agencia noticiosa la experta Joan Johnson-Freese, del US Naval College.
“China mira a la Luna por los mismos motivos que Estados Unidos hace más de 40 años, esto es los avances tecnológicos y económicos y los usos militares de tecnologías”, señaló.
También el profesor chino Jiao Weixin, de la Universidad de Pekín, cree que es posible que haya vuelos tripulados. “Si todos los pasos se hacen con éxito, se podrán sentar las bases para mandar a personas a la Luna”.
El experto australiano Morris Jones estima que el viaje de un astronauta chino a la Luna “no será posible antes de 2025”. Los viajes espaciales son menos complicados hoy a nivel tecnológico, pero siguen siendo un desafío enorme.
China piensa a muy largo plazo y tiene interés en las materias primas de la Luna, sobre todo en el Helio-3, un isótopo no radiactivo que se cree podría servir de combustible para las centrales de fusión nuclear del futuro. De avanzar las investigaciones, estas centrales, que producirían energía como hace el Sol, podrían cubrir las necesidades de la Tierra sin contaminar. En la Tierra sólo hay unas 15 toneladas de Helio-3. Se calcula que en la Luna hay hasta cinco millones de toneladas.
Dentro de una década, China podría convertirse en el único país con una estación espacial funcionando. A pesar de su nombre inocente, Liebre de Jade podría suscitar preocupación en Estados Unidos, que se arriesga a perder su preeminencia en el espacio.
Los hitos del programa espacial chino indican: en 1970 fue el quinto país en lanzar un satélite en órbita; en 1975 envió su primer satélite recuperable (que regresó a los tres días); en 1988 lanzó su primer satélite meteorológico; en 1999 el Shenzhou 1 (Nave Divina), de carácter experimental, y desde 2001 a 2005 el Shenzhou 2, Shenzhou 3, Shenzhou 4, Shenzhou 5 y Shenzhou 6 con dos astronautas a bordo.
En 2007 lanzó el satélite de exploración lunar Chang E1; en 2008 el Shenzhou 7 con tres astronautas a bordo; en 2010 su segunda sonda lunar, Chang’e 2; en 2011 el Shenzhou 8, que llevó a cabo el primer acoplamiento espacial; en 2012 el Shenzhou 9, con la primera mujer astronauta china y en 2013 el Shenzhou 10, con la segunda mujer astronauta china.