Siguiendo los términos de la carta de Ricardo Gómez Kenny, del 6/04/09, "Lo que la ONU se olvidó en el tintero", me permito agregar una breve historia sobre las distintas posesiones de nuestras Malvinas. De todos los navegantes que surcaron los mares del sur en sus viajes hacia el Pacífico comenzando por Vespucio, desde 1502 hasta 1592, J. Dawis de la marina inglesa fue el único que dijo haber visto unas islas al noroeste sin tocarlas, argumento que Inglaterra invoca sobre sus derechos en el archipiélago. El 24 de enero de 1600, el primero en sentar bases en este territorio fue el navegante holandés Sebal de Weert, quien al mando del Geloof descubre el archipiélago y lo bautiza con el nombre: Islas Sebaldinas. En 1616, marinos de su misma nacionalidad, Schou y Le Maire, llegan a las islas y las registran en sus cartas de navegación con el nombre ya impuesto por su antecesor. El 6 de febrero de 1650, J. Strong, británico, desembarca en el archipiélago y divide a las islas mediante el canal que las separa dándoles el nombre de Falkland Sound. El 20 de enero de 1701 arriba la fragata francesa Filepaux, al mando de Villefort, y funda un puerto de recalada para los navíos franceses. En 1748, España considera de su pertenencia las islas advirtiendo Carabajal de esa situación al comodoro inglés Anson, quien renuncia a sus derechos de posesión en nombre de Inglaterra. El 2 de febrero de 1764, el oficial francés L. A. Boungainville, con tropas y colonos, funda el puerto Sain-Maló, cuyo nombre, Maluinas, derivó más tarde en Malvinas. El 1º de abril de 1767, ocurre el hecho internacional más importante de la historia de las Malvinas. Inglaterra las reclama oficialmente a Francia y en una confusa maniobra, los galos entregan Puerto San Luis a los representantes del rey de España, quien reivindica a las islas como dependientes del continente americano. Resumiendo, los ingleses que quedaban allí, el 10 de junio de 1770, son expulsados por Juan Ignacio Madariaga, reconociendo los anglicanos que Las Malvinas son de España y nunca más volverían a molestarla. Pero la sagacidad de éstos no demora mucho tiempo en pegar un nuevo zarpazo al archipiélago. Sesenta años más tarde, en 1883, los ingleses ya no sorprenden a Francia ni a España, sino a la Argentina, heredera natural de las Malvinas, litigio que lleva 126 años de intrusa ocupación que Inglaterra ha convertido en fehaciente título de propiedad, por lo que sería interesante aclarar bien al pueblo argentino qué establecen los derechos internacionales al respecto. Gómez Kenny, en la misiva citada en el encabezamiento de la presente, dice: "Si no surge un cambio de mentalidad por ambos lados, la próxima reunión en dicho Comité volverá a ser una vez más, un diálogo entre sordos". Conforme a dicha expresión, estimo, salvo mejor proveer, que el ideal que hemos acariciado por tanto tiempo los argentinos ha tocado a su fin.