El rompehielos chino que ayudó a rescatar a los científicos, entre ellos un argentino, y turistas que se habían quedado atrapados en el hielo de la Antártida corrió ahora la misma suerte y se encuentra varado, informó ayer la Autoridad Australiana de Seguridad Marítima (Amsa).
La tripulación del barco hizo una llamada de alerta y señaló que no sabe si podrá salir por sus propios medios del lugar donde se encuentra, 1.500 millas náuticas al sur de Australia.
El barco más cercano que podría ayudar a los tripulantes del Xue Long (Snow Dragon, en inglés) es el rompehielos australiano Aurora Australis, a bordo del cual están los 52 pasajeros del barco que fue rescatado el jueves, entre los que se encuentra el biólogo marino argentino Ezequiel Marzinelli, egresado de la UBA.
"El Aurora Australis ha sido alertado y debe permanecer cerca como medida de precaución y de ayuda", señaló la Amsa.
El buque se encontraba de camino a la estación australiana Casey en la Antártida, donde esperaba terminar el trabajo para el que fue enviado: descargar equipos y suministros para los científicos.
Sin embargo, tuvo que interrumpir por segunda vez su misión a la espera de ver qué pasa con el Snow Dragon, que intentará liberarse por sí mismo en las primeras horas de hoy. Pero en caso de que no pueda el Aurora tratará de abrirle un camino en el hielo.
El buque chino es más grande que el australiano pero no está tan bien preparado para hacer frente al hielo antártico.
Debido a la llamada de socorro en Nochebuena desde el Akademik Shokalskiy, en el que se hallaban los turistas y científicos, el Aurora tuvo que interrumpir su tarea y acudir en su ayuda.
El Shokalskiy se quedó inesperadamente atrapado en el hielo y fracasaron todos los intentos de los otros barcos por romper la capa y abrirle un camino en el mar.
Misión científica. El objetivo de la expedición científica de la que participa Ezequiel "Ziggy" Marzinelli es rememorar la investigación que efectuó hace un siglo el explorador Douglas Mawson en la Antártida y que ofreció el primer estudio completo del continente helado.
El biólogo tenía a su cargo, dentro de la expedición, investigar las interacciones entre micro y macro organismos en las comunidades marinas, para comprender el impacto del cambio climático y de otras acciones humanas en el suelo antártico.
Los 52 expedicionarios querían repetir las mediciones de aquella primera exploración con el objetivo de verificar también el impacto del calentamiento en el continente. Pero, según narró el propio capitán, el 24 de diciembre todo se torció. En el blog de a bordo, el biólogo marino Greame Clark escribió: "Se dice con frecuencia que la Antártida es un entorno dinámico. Hoy lo hemos experimentado de primera mano".
El equipo científico que integra el biólogo argentino había dejado Nueva Zelanda a bordo del Shokalskiy el 28 de noviembre.
También embarcaron turistas y periodistas que tenían previsto quedarse sólo unos días, en tanto los científicos permanecerían en el continente blanco.
Pero la noche de Navidad, el buque quedó atrapado entre los hielos antárticos a unos 2.800 kilómetros al sur de Hobart, Australia.
Por ello, los pasajeros fueron rescatados en un helicóptero del rompehielos chino, que los fue sacando en grupos en siete vuelos en total.
La operación se saldó con éxito pese al nerviosismo, sobre todo porque los pasajeros tuvieron que bajar en un témpano que horas antes no había sido considerado del todo seguro. Pero finalmente todo salió bien y esta mañana la situación era excelente, hasta que llegó la noticia del problema del barco chino.
Los pasajeros rescatados no estarán de regreso en Australia hasta mediados de enero, porque el Aurora terminará su misión en la base antártica Casey antes de volver, para lo cual necesitará al menos unos diez días, si no se presentan nuevas complicaciones.
Mientras tanto, el primer barco accidentado, el Akademik Shokalskiy, sigue varado, con 22 tripulantes a bordo, que tienen víveres para 40 días.