En Rosario la Canasta Básica Alimentaria (CBA) aumentó 2,6% en septiembre respecto al mes anterior, relevó el último informe de la Usina de Datos UNR. Este incremento representa el doble de lo registrado durante el mes de agosto (1,2%). La cifra también es superior a lo registrado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) que informó que el Indice de Precios al Consumidor (IPC) del mes pasado subió 2,1%.
El informe resalta que septiembre la canasta para un adulto se valorizó en $158.462. El alza se concentró en las frutas (13,8%) y el pan (7,3%), productos de consumo cotidiano que suelen tener un impacto mayor en el presupuesto de los hogares de menores ingresos. También se registraron aumentos en los lácteos (4,8%) y azúcares y dulces (4,5%).
En contraposición, disminuyeron los precios de las bebidas y jugos (-8,1%) y raíces y tubérculos (-4,9%), lo que suavizó el aumento total.
En términos interanuales, la CBA mostró una suba del 11,6%, ubicándose por debajo de la variación de precios generales de la economía, lo que sugiere cierta estabilidad relativa en el costo de los alimentos básicos en los últimos doce meses, reseñó la Usina de Datos UNR.
Por su parte, la Canasta Básica Total (CBT) alcanzó un valor de $442.273, con un aumento del 2,9% respecto del mes anterior. Este resultado surge de aplicar la Inversa del Coeficiente de Engel (ICE) que en septiembre aumentó alcanzando el 2,79. El aumento del ICE refleja que el componente no alimentario de la canasta (servicios, transporte, vivienda, salud, educación, entre otros) ejerció una presión adicional en este mes al igual que en el mes de agosto, a diferencia de lo ocurrido en julio.
La situación en los hogares
En tanto la CBT de los hogares mostró variaciones interanuales que se ubicaron en promedio entre 12% y 13,2% según la composición del hogar.
Específicamente en el caso del hogar monoparental encabezado por una mujer con dos hijos y sin propiedad, la CBT alcanzó $1.069.717, unos $30.000 más que en agosto. Esta situación pone en evidencia el peso que tienen tanto el costo habitacional como las vinculadas a las necesidades específicas de niños y niñas.
La pareja de adultos mayores propietarios presentó una CBT de $640.925, un monto más bajo en términos absolutos debido a que no se incluyen alquileres y a que la CBA considera menores requerimientos calóricos en este tramo etario. No obstante, en estos hogares los gastos en salud adquieren un peso relativamente mayor respecto de otros grupos.
En tanto, el hogar conformado por dos jóvenes varones sin propiedad registró una CBT de $1.006.151, lo que refleja el fuerte impacto del alquiler en hogares pequeños que no logran aprovechar economías de escala.
Finalmente, el hogar unipersonal de un adulto propietario necesitó $370.385 para no ser pobre. Aunque se trata del valor más bajo entre los casos analizados, este monto no contempla gastos de alquiler y representa un umbral significativo si se lo compara con el salario mínimo vital y móvil.
"Estas diferencias ponen de relieve que las líneas de pobreza varían según la composición del hogar, la etapa del ciclo de vida de sus integrantes y el régimen de tenencia de la vivienda", resalta el informe del espacio coordinado por Paula Durán.