Roberto Murchison, presidente del Grupo Murchison, habló en el Coloquio de Idea sobre los ejes de una necesaria reforma laboral y la urgencia de mejorar la productividad en la Argentina.
El empresario Roberto Murchison fue uno de los protagonistas en el debate sobre reforma laboral que se dio en el Coloquio de Idea. Dijo que se necesitan veinte monotributistas para equiparar el aporte de un empleado formal a la seguridad social
Por Patricia Martino
Roberto Murchison, presidente ejecutivo de Grupo Murchison, en el Coloquio de Idea.
Roberto Murchison, presidente del Grupo Murchison, habló en el Coloquio de Idea sobre los ejes de una necesaria reforma laboral y la urgencia de mejorar la productividad en la Argentina.
Por estos días, el debate sobre una reforma laboral y una reforma impositiva volvió a ocupar el centro de la escena económica. El propio ministro de Economía adelantó que el gobierno trabaja en un proyecto que será presentado próximamente, y desde el empresariado se multiplican los diagnósticos y las propuestas. En ese contexto, Roberto Murchison, presidente del Grupo Murchison y miembro de Idea, participó del Coloquio que reúne cada año a los principales líderes del sector privado y en una charla con La Capital explicó cuáles son los puntos clave que deben guiar cualquier intento de modernización del mercado de trabajo.
“Desde Idea venimos trabajando con un grupo de empresarios, pero también con una red de capital humano que reúne a los gerentes de recursos humanos de las empresas y una red de abogados laboralistas. Entre todos analizamos la situación, dónde aprieta el zapato y qué se puede hacer”, señaló Murchison. De ese trabajo, explicó, surgieron cuatro ejes principales: la informalidad, la rigidez del marco laboral, la justicia laboral y la educación.
“El primer punto tiene que ver con la informalidad”, apuntó el empresario, quien considera que el problema va mucho más allá del trabajo en negro tradicional y advirtió: “Hay que entender que la informalidad no solo es el trabajo en negro. Hoy tenemos un sistema de monotributismo que en algún punto ha sido abusado en cuanto a su utilización”.
Murchison explicó que desde 2011 la cantidad de trabajadores monotributistas creció un 39% mientras que el empleo formal apenas avanzó un 3%. “Ahí hay una especie de informalidad, por cada empleado formal se necesitan 20 monotributistas para hacer el mismo aporte al sistema social, esa es la brecha”, subrayó.
El resultado, según su análisis, es un círculo vicioso que erosiona la productividad y castiga a las empresas que cumplen con todas las normas. “En general, las empresas que trabajan en negro son menos productivas y por eso tienen que trabajar en negro. Terminan siendo competencia desleal para el mercado en blanco, que tampoco puede invertir en innovación. Y a todo esto se suma que el trabajador informal no tiene vacaciones, indemnización ni cobertura social, lo que también desfinancia al sistema”, sostuvo.
“Tenemos que encontrar la vuelta para desarticular ese círculo vicioso que nos hace improductivos”, insistió. En esa línea, planteó la necesidad de reducir la brecha entre los distintos regímenes de contratación y alinear incentivos para el blanqueo. “Hay oportunidades para analizar soluciones que le hagan la vida posible a las pymes. Por ejemplo, pensar si las cargas sociales podrían ser tomadas a cuenta del crédito fiscal o del IVA. Sería una forma de fomentar la facturación en blanco y el empleo formal”, propuso.
El segundo eje que Idea puso bajo la lupa es la rigidez del marco laboral, en particular los convenios colectivos que —según Murchison— “datan de hace muchos años y no se ajustan a las nuevas realidades del trabajo”.
“El mundo cambió, y también cambiaron los intereses de la gente que ingresa al mercado laboral. En algunos sectores, como la logística, se pudo avanzar en acuerdos concretos”, señaló y puso como ejemplo el caso del convenio entre las empresas de logística y el gremio de Camioneros.
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“Con el e-commerce, la demanda se concentra los fines de semana, porque la gente compra online cuando está en casa y quiere recibir el pedido el lunes. En el convenio anterior, trabajar los fines de semana implicaba horas extras voluntarias, lo que volvía imposible garantizar la dotación necesaria. El sector se sentó con el gremio y acordaron que quienes trabajen los fines de semana lo hagan dentro de una jornada de cuatro días. Es un esquema que funciona y muestra que el diálogo es el camino”, explicó.
Aunque evita usar el término “flexibilidad” —“sé que genera resistencias”, admitió—, Murchison considera que hay que revisar prácticas laborales que “ya no reflejan la realidad del trabajo actual”.
El tercer punto crítico es la justicia laboral, un ámbito que, según Murchison, presenta “grandes inconsistencias y una fuerte dosis de imprevisibilidad”. “Vemos que el resultado de un juicio depende mucho del juzgado en el que cae; rs muy errático, y eso desalienta especialmente a las pymes”, apuntó.
Además, mencionó la necesidad de nombrar jueces en los tribunales laborales y de resolver la anomalía que persiste en la Ciudad de Buenos Aires, por ejemplo. “En Caba, los fueros laborales siguen siendo de la Nación, cuando debería tener su propia justicia laboral como las provincias. Eso hay que corregirlo”, sostuvo.
El empresario elogió la eliminación de multas laborales y la extensión del período de prueba. Pero advirtió que también aparecieron nuevos dilemas jurídicos. “Con la eliminación de las multas, surgieron juicios por daños y perjuicios”, remarcó.
El eje de la educación también se abordó en Idea. Murchison lo vinculó directamente con la productividad y la empleabilidad. “Nos preocupa mucho el nivel de lectoescritura y conocimiento matemático, hoy la tecnología permite dar saltos de productividad, pero para eso la gente tiene que saber escribir y tener nociones básicas. Ahí es donde el sistema educativo debe poner foco”, planteó.
“De la última cohorte que comenzó la escuela en 2011 y terminó en 2024, sólo el 10% lo hizo en tiempo y forma y con los conocimientos necesarios. Hace unos años era el 17%, o sea que estamos peor”, advirtió.
Consultado sobre cómo recuperar la generación de empleo formal, Murchison fue tajante: “Para que se creen fuentes de trabajo, tenemos que mejorar la productividad. Si se mejora la productividad, va a haber más trabajo. Es así de simple”.
Respecto del impacto de la tecnología y la inteligencia artificial en el mundo laboral, señaló que las tecnologías siempre aumentaron la productividad, que es lo que hay recuperar”.