Después de las Paso pasó lo que iba a pasar, de acuerdo a buena parte de los economistas, ganara quien ganara, y más tarde o más temprano. Fue más temprano, porque la contundencia de la derrota electoral de Mauricio Macri aceleró los tiempos.
Por Alvaro Torriglia
Después de las Paso pasó lo que iba a pasar, de acuerdo a buena parte de los economistas, ganara quien ganara, y más tarde o más temprano. Fue más temprano, porque la contundencia de la derrota electoral de Mauricio Macri aceleró los tiempos.
Con las mañas de siempre pero con el aturdimiento del momento, el gobierno le sacó el pie al dólar y convalidó una nueva devaluación, con la expectativa de trasladar la culpa al candidato opositor. Deliró con cerrar la táctica de proselitismo bursátil que había puesto el viernes anterior a los comicios. Paso en falso. Su imagen desquiciada, prometiendo el castigo de “los mercados” a los votantes, atizó el pánico que acompaña naturalmente a los bruscos movimientos cambiarios, sobre todo cuando se dan en un escenario de quiebre y fragilidad económica que construyó su administración. Al promediar la semana, el ala racional del oficialismo puso “en control” al mandatario y abrió un puente con los equipos del principal candidato opositor, Alberto Fernández, quien aportó tanquilidad sin dejar de aclarar que ni siquiera es presidente electo.
El economista Andrés Asiaín, del Ceso, señaló que el resultado electoral fue “tan contundente” que “anticipó” lo que se esperaba para después de octubre. “El dólar venía devaluándose desde al año pasado porque el ciclo de endeudamiento y atracción de capitales especulativos que había montado el gobierno al asumir se había agotado”, recordó.
En la fase de crisis, Macri recibió el salvataje del FMI pero también una fuerte restricción para usar los dólares, aliviada brevemente en el segundo trimestre del año sólo para mejorar las chances electorales del gobierno. Logró así dos meses de calma cambiaria artificial.
“Todos esperaban que después de octubre fueran a devaluar pero el resultado fue tan contundente que anticipó lo que se esperaba, y el gobierno habrá hecho esta cuenta: si salía a vender las reservas para tratar de contenerlo no le iban a alcanzar hasta octubre y prefirió que la devaluación sea ahora y tratar de intervenir después”, dijo.
Advirtió que, en el actual contexto, el único que puede ofertar dólares para frenar la corrida es el gobierno, pero “tampoco es tan simple porque puede agotar las reservas”. Por otra parte, especuló, el FMI haya retirado parcialmente la autorización para usar sus dólares en el mercado.
Asiaín recordó la estrategia del Banco Central en 2018, cuando buscó desactivar la bomba de las Lebac. “Entiendo que están queriendo hacer que el dólar suba para liquidar a todos lo que tienen plata en pesos para que, si el dia de mañana sube la demanda de divisas, la cotización sea tan alta que la pérdida de reservas sea menor”, dijo.
Es una táctica, advirtió, que “tiene un costo enorme en materia social, porque detrás del dólar suben los precios y agrava la ya desesperante situación económica”.
Eduardo Fracchia, director del área de Economía del IAE Business School de la Universidad Austral, consideró que “hay que aguantar la tendencia de los ciudadanos a atesorar dólares, que es el refugio ante la crisis”. Consideró que el banco Central tiene herramienas como la venta de reservas, la intervención en el dólar futuro y el aumento de la tasa de las Leliq. Y señaló que “la monetización con respecto al PBI es baja en la serie histórica, de 13%, esto supone menor presión”. Lo que sí está asegurado, opinó, es que “la recesión está instalada” y que “la economía no subirá de aquí a fin de año”.
El ex viceministro de Economía Carlos Rodríguez coincidió. En una entrevista radial, señaló: “Macri nos endeuda, sube la tasa de interés y nos mata a todos”. El referente liberal advirtió que “hace tres años y medio” viene diciendo que “diciendo” que va a pasar lo que está pasando.
“Cuando el Banco Central se endeuda para estabilizar el dinero y termina pagando interés sobre el dinero, explota; no tiene solución, la dinámica es esas”, sentenció.
Consideró que la disparada del dólar de la semana tiene un componente de pánico y estimó que luego habrá una estabilización del dólar. “Ahora viene la licuación de los activos en dólares y esa es la parte más peligrosa, sube la prima de riesgo y los tenedores de bonos externos del Tesoro tratan de sacárselos de encima”, dijo.
El economista Alfredo Zaiat puso en contexto la actual crisis. “La desregulación total del mercado cambiario, la apertura irrestricta para el ingreso y egreso de capitales financieros, el endeudamiento desaforado y la inmensa bicicleta con las Lebac, primero, y con las Leliq, después, son los elementos de un combo devastador. Las bases de la economía macrista son las que provocaron esta debacle”, escribió.
Culpó al FMI porque “entregó millones de dólares a una economía que ya no tenía suficientes divisas sólo por una decisión geopolítica” y advirtió que, “de acuerdo a otras crisis traumáticas”, el “peor rostro del desastre económico” todavía está por observarse.╠
Héctor Giuliano, uno de los investigadores respetados sobre el endeudamiento externo argentino, asoció la crisis a la evolución lógica de la política económica macrista. “En lo que va de toda la gestión Macri se fugaron entre 65.000 y 70.000 millones de dólares”, dijo. Y asoció el episodio del lunes pasado, al del 25 de abril de 2018, “cuando la banca Morgan Stanley lideró la corrida comprando en un día 850 millones de dólares”.
“El presidente y la prensa en generales refieren a la reacción de los mercados, pero esa reacción no es la consecuencia sino la causa de algo”, recordó.
“¿Los mercados son víctimas que se rigen por las expectativas? Ayer se hablaba de la palabra pánico.
¿Desde cuando los capitales tienen pánico? Si son ellos los que provocan la corrida”, aseguró Giuliano.
Desde su punto de vista, el BCRA tiene que “informar quiénes son los que compraron ayer dólares, quiénes son los principales bancos que retiraron Leliq por no renovación y quiénes son los principales acreedores del Tesoro que no renovaron letras de Tesorería”. Recordó, en ese sentido, el caso de los contratos de dólar a futuro del 2015. “Cuando se blanqueó la operación en la cual el Estado argentino perdió más de 50.000 millones de pesos resulta que la mayoría de los tenedores de esos contratos de dólar a futuro eran funcionarios de gobierno, como Luis Caputo, Dujovne, Lousteau, etcétera”.
El sacudón poselectoral encontró a los empresarios de Idea reunidos en su tradicional precoloquio de Rosario, organizado por Idea Región Centro. El análisis de la coyuntura política y económica estuvo en manos de Claudio Zuchovicki, gerente de Desarrollo de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires.
El analista explicó que “el mercado se mueve por las expectativas que va a tener la gente por un suceso y no por los sucesos”.
“Los mercados son un juego de miedo y avaricia. El exceso de miedo hace que vendas activos que no podés creer que tocaron ese precio. Después hay un momento que hace dolarizar todo. Después empieza la avaricia ¿no es muy barato? Y el capital vuelve. Hasta ahora no tengo recuerdo de que no haya crisis de la que en general no hayamos salido, obviamente muchos quedan en el camino”, indicó.
Mariel Fornoni, titular de la consultora Management & Fit, ensayó una explicación sobre por qué las encuestadoras, entre las que se incluyen, no vieron el tsunami opositor. Reconoció que “pesó la economía” y la realidad de las familias con ingresos más bajos en la que se encuentra el 34,5% de los argentinos. Y atribuyó el error de las encuestadoras a “un voto vergonzante de la gente que no dijo lo que realmente hizo”.
En el mismo encuentro que se realizó en el Ros Tower, estuvo la empresaria rosarina Graciela Alabarce, titular de la firma rosarina La Cumbre, quien reclamó al gobierno que actué para evitar que se espiralice la crisis y se mostró alarmada por un escenario de mayor caída de ventas.
“Gran parte de nuestros insumos se compran en dólares y automáticamente se pagan al valor del día anterior, pasamos a pagar un 30% más de un día para el otro”, destacó.
“El gobierno tenía herramientas consensuadas con el Fondo Monetario Internacional para actuar sobre el dólar cuando pasara una barrera de 51 pesos y queda a las claras que no actúo, para la industria y el comercio son días de una enorme incertidumbre”, señaló.
El rubro alimentos es uno de los sectores más sensibles ante la devaluación del peso, más aún en las empresas que tienen insumos dolarizados. Está descontado que el traslado a precios es cuestión de días y en esta oportunidad rápidamente el aumento de precios de los productos alimenticios llegó a las góndolas.
Un alivio con sabor a poco
Economistas rosarinos advirtieron que las medidas de alivio dispuestas por el gobierno nacional no alcanzarán para aliviar las consecuencias que la inflación tendrá sobre el ingreso de los trabajadores, a partir de la nueva devaluación convalidada por la administración de Mauricio Macri.
De acuerdo al estudio del Mirador de la Actividad el Trabajo y la Economía (Mate), el alivio prometido representa menos del 1% del total perdido por los trabajadores y trabajadoras desde 2015.
El informe explicó que la pérdida sufrida por cada trabajador registrado entre diciembre de 2015 y junio de 219 alcanza los $ 230 mil. “El alivio prometido es de $ 2 mil, menos de 1%”, remarcó.
Destacó además que el efecto de las medidas sobre el bolsillo comenzará a sentirse en septiembre, “mientras que se espera un amento de precios para agosto y los meses siguientes”. Aun en un escenario optimista, advierten, “la inflación absorberá con creces el aumento de ingresos”.
El gobierno nacional estimó el costo fiscal de las medidas en $ 40 mil millones. Desde Mate recordaron que entre el 24 de julio y el 12 de agosto, el BCRA pagó $ 40.566 millones de intereses a los bancos por Leliq. Quiere decir que “el costo fiscal es equivalente a los intereses de Leliq pagados a los bancos en sólo 14 días hábiles”, destacaron.
Como el documento oficial establece que no se afectará el resultado primario, el equipo de economistas que encabeza Sergio Arelovich dedujo que, para financiar el plan “se deberá suspender obra pública, recaudar más o tomar más deuda”.
“Las medidas presentan fuertes inequidades: los más perjudicados son los trabajadores no registrados, desempleados y jubilados”, enfatizaron.
“Este ensayo por recuperar electores lejos está de modificar un ápice la política económica del gobierno que sigue provocando la fuga de divisas, la paralización de la actividad productiva, la aceleración de la inflación, del desempleo y la pobreza”, advirtieron los analistas.
Mientras tanto, la devaluación, por la deuda en moneda extranjera, jaquea las cuentas nacionales, provinciales y municipales: se congelan partidas, se difiere su cumplimiento y se eliminan programas de gobierno. En el caso del empleo registrado, el incremento de ingresos se realiza por la eliminación de aportes de trabajadores a la Ansés. “Mientras se desfinancian jubilaciones y pensiones, se deja afuera a aportantes a regímenes provinciales y al personal docente y no docente de las universidades nacionales”, indicaron.
Sucesión de medidas, hijas de la urgencia
La devaluación y el impacto sobre el poder de compra de los salarios llevó al gobierno esta semana a desplegar un conjunto de medidas con la intención de poner más dinero en los bolsillos.
Después de idas y vueltas, finalmente decidió avanzará con la implementación del congelamiento de los combustibles por 90 días mediante una resolución publicada en el Boletín Oficial. La medida, se tomó luego de que se frustró una reunión con las empresas petroleras para lograr un acuerdo sobre los alcances del anuncio que había realizado previamente el presidente Mauricio Macri.
El mandatario también anunció entre otras medidas, para atenuar el impacto de la devaluación, el congelamiento de los precios de la nafta y el gasoil por 90 días, para lo cual fijó el precio del dólar y del crudo Brent a los valores del 9 de agosto.
Además, con el objetivo de otorgar mayor poder de compra, una de las medidas que anunció el presidente a través de su cuenta de Twitter y que luego confirmó parte de su gabinete fue la de eliminar el IVA en 11 productos de la canasta básica hasta fin de año como “una medida excepcional”, argumentó.
Al cierre de la edición de este suplemento se conocía que se trataba de un conjunto de los principales artículos que que consumen las familias argentinas, entre los que se incluyeron: pan, leche, aceite girasol, y mezcla, pasta seca, arroz, harinas de trigo, polenta, rebozador y pan rallado, yerba mate, mate cocido y te, conservas de frutas, hortalizas y legumbres, yogures y azúcar.
El presidente aseguró que su prioridad “es cuidar a los argentinos y llevarles alivio”, al realizar estos anuncios para favorecer y estimular el consumo de los asalariados.
Esta semana se conoció la inflación oficial de junio, que alcanzó el 2,2%, un número que no refleja la feroz devaluación de esta última semana. Con este número, el Indice de Precios al Consumidor acumula en el año una suba del 25,1% y de 54,4% en los últimos doce meses.
Por otra parte, esta semana el Banco Central exigió a los bancos disminuir tenencias de dólares, con la intención de aumentar la oferta de divisas de las entidades y apaciguar al dólar.