Los cambios en la cotización del petróleo, que ha duplicado su precio en el último año, están
provocando cambios en la industria de la automoción. Ante este panorama, la estadounidense General
Motors ha anunciado hoy el cierre en los próximos dos años de cuatro plantas que producen camiones
y vehículos todo terreno, en respuesta al aumento de combustibles, y una apuesta por vehículos
más pequeños y con motores más eficientes.
El presidente del gigante de Detroit, Rick Wagoner, ha afirmado que la empresa subirá del 50
al 60% la proporción de automóviles en su lista de productos, en detrimento de las camionetas y
vehículos todoterreno, y que los cierres de plantas ahorrarán unos 1.000 millones de dólares
anuales. Aunque no está claro cuántos puestos de trabajo resultarán afectados por estos ajustes.
General Motors, que ha acostumbrado a los estadounidenses a grandes motores de alto consumo
ante el bajo precio histórico de la gasolina en este país, agregará un tercer turno de trabajo en
dos plantas en Michigan y Ohio donde se fabrican los modelos Malibu y Cobalt, de la línea
Chevrolet.
Wagoner manifestó que General Motors podría vender su línea de Hummer, los enormes vehículos
adaptados de transportes militares que se pusieron de moda en la década de los noventa. También ha
explicado que se han aprobado fondos para la producción del Chevy Volt, un vehículo con motor
híbrido de gasolina y electricidad.
El incremento del precio de los combustible ha hecho disminuir la demanda de vehículos
todoterreno y camionetas, que tienen consumos muy altos, y ha aumentado el de vehículos híbridos y
utilitarios.