Desdolarizar, aplicar la ley de abastecimiento, congelar precios y tarifas, cortar la fuga de divisas regulando el capital extranjero y, al mismo tiempo, desarrollar alternativas que incentive el ahorro en pesos. Enrique Martínez, presidente del Instituto para la Producción Popular y ex titular del Inti, tiene una caja de herramientas para salir de la crisis que se aleja de la doxa que domina el actual debate sobre políticas públicas. “Hay que regular a las empresas extranjeras para que no saquen más divisas del país que las que traen”, enfatizó.
- ¿Hay alternativas de salida a la crisis por fuera de las propuestas de ajuste y dolarización que tienen tanto eco en la agenda pública?
-Las propuestas que se están escuchando tienen eco por ser espectaculares y por una suerte de comportamiento en manada de los analistas. Porque desde el vamos son absurdas y no tienen ninguna viabilidad, ni técnica ni desde el punto de vista social. Hay que entender que no estamos en una crisis circunstancial sino en una crisis estructural que comenzó a desarrollarse cuando Argentina se incorporó al Fondo Monetario Internacional y liberó los movimientos de divisas. Hace más de 60 años. Esta crisis se fue agudizando desde entonces porque se promovió activamente el ingreso de capitales externos en un país que tenía un mercado interno abastecido casi íntegramente por producción nacional, Mal o bien, Argentina se abastecía de sus propios fabricantes. Y buena parte de las inversiones externas llegaron para comprar esas empresas o desplazarlas con volumen financiero o con alguna tecnología superior. Esto significa que lo que antes era la oportunidad de atender el mercado interno y a lo mejor conseguir algunas divisas, se convirtió en un ducto de fuga de divisas para pagar utilidades y regalías de empresas extranjeras. Eso es el origen del problema. Es cierto que puede ser asignado a delincuentes que nos endeudaron innecesariamente. Pero va más allá. Tenemos una ocupación del país por parte de empresas multinacionales que hoy proveen todo tipo de los elementos de uso cotidiano por los cuales estamos pagando utilidades y regalías al exterior. Es razonable que no alcancen los dólares.
-También es verdad que los argentinos que encuentran en el dólar el refugio de valor.
-Es una ley de la economía básica. Cuando el peso se deteriora a consecuencia de lo que acabo de describir y aparece la inflación y el endeudamiento sistemático porque no alcanzan los dólares, el dólar pasa a ser refugio de valor. Es una pobre caracterización decir que es un tema cultural. No es algo que viene de nuestros ancestros. Esa cultura, en todo caso, surge de la evidencia de que los dólares son insuficientes. La gente vio allí una causa sistemática de devaluación y corrió a la moneda más fuerte.
-¿El camino para salir de esta crisis estructural es la desdolarización?
-Esta crisis nos obliga a trabajar en varios frentes a la vez. Necesariamente hay que desdolarizar pero antes hay que parar la inflación. Es decir, encontrar una manera de que los formadores de precios, que consideran que la inflación en lugar de perjudicar a todo el mundo tiene que perjudicar a los demás y beneficiarlos a ellos, sean conminados a modificar su conducta. Por ejemplo, con la ley de abastecimiento. El Estado debe dejar de devaluar sistemáticamente el dólar y debe bajar las tasas de interés, frenar los aumentos sistemáticos de los servicios públicos y congelar los precios de una serie de empresas líderes. A menos por cuatro o seis meses. Y ahí comenzar a desdolarizar con un mecanismo que implique regular a las empresas extranjeras para que no saquen más divisas del país que las que traen. Y crear refugios de valor para los ciudadanos comunes que reemplacen al dólar. Hay diversos mecanismos.
- ¿Cómo se corta la salida de dólares?
-La ley de entidades financieras y la ley de inversiones extranjeras, que son de la época de la dictadura, son muy abiertas y generosas. Ya es el momento de regular algunas conductas. Las empresas extranjeras que han tenido dificultades para girar las utilidades apelaron a los autopréstamos. Y como es un préstamo externo tiene cierta prioridad del uso de divisas. Y así se fue el superávit comercial de los años 2020 y 2021. Estos autopréstamos hay que capitalizarlos. Y quien le preste a esas empresas, así tenga su casa matriz, debe hacerlo en pesos indexados por la paridad cambiaria. Así se evita la huida.
-Una propuesta suya es declarar la emergencia cambiaria
-Es una medida, junto con otras. Sobre todo llevar el tema a la luz pública. Explicarlo. Hay que explicar el efecto que tienen las empresas que venden en el mercado interno y giran hacia el exterior. No son villanos ni culpables pero requiere límites. Hay que regular a las empresas extranjeras y promover las nacionales y el ahorro en pesos.
-Massa llegó en un momento de fuerte tensión y su idea era controlar la inflación. No lo logró y venimos de una corrida cambiaria. ¿Erró la estrategia?
-Correr detrás de la inflación, aumentando las tasas de interés para que los especuladores con divisas se vean seducidos a invertir en pesos, ha demostrado claramente que en lugar de frenar la inflación la acelera. Porque consideran que la inflación va a acompañar la tasa de interés y siguen manejando la evolución de los dólares paralelos y financieros en esa misma dirección. Hay un error de estrategia en creer que se puede negociar, seducir y pedir por Dios que no aumenten. No es así.
-¿No tiene mayor destino hoy por hoy el acuerdo con el FMI?
-El gobierno aumenta los combustibles, las tasas de interés, el dólar y los precios de los servicios públicos justamente para cumplir con el acuerdo con el FMI. El Fondo exige una reducción del déficit fiscal simplemente para que quede dinero para pagar a los acreedores financieros, no porque eso tenga racionalidad. La Unión Europea tiene como referencia central que ningún déficit debe ser mayor del 3% anual sobre el PBI. Y el FMI está forzando al gobierno argentino a que tenga déficit fiscal cero. Es una relación perversa.
-El gobierno busca la posibilidad de un intercambio diferente en términos comerciales con China y Brasil. ¿Este puede ser un camino?
-La relación con China podría haber sido utilizada incluso al comienzo de la renegociación con el Fondo. Con las aspiraciones que China tiene para aumentar sus compras de combustibles, de litio, de cobre, bien podría negociarse un acuerdo con un compromiso de compra anticipada, que nos hubiera servido para sacarnos de encima el préstamo del Fondo. Estos acuerdos que se han hecho recientemente con China para habilitar el swap también son producto de que la realidad ha puesto coto a esa fantasías de amigarse con el Fondo o con Estados Unidos. La virtud que más le reconozco al ministro de Economía es su pragmatismo.