Los economistas somos expertos en explicar mañana por qué "las cosas que intentamos predecir ayer, no sucedieron hoy". Philippe E. Tetlock (un académico americano, nacido en Canadá en 1954) estudió los pronósticos de 284 economistas por 20 años. Los resultados y posibilidades de acierto, concluyó, son similares a los que tiene un chimpancé de ganar en un juego de dardos.
Ahora todo debería tener una explicación y se la puede encontrar en la dinámica económica. En esencia hay tres preguntas de simple formulación y compleja respuesta que sustentan el quehacer de la ciencia: el qué, cómo y para quién, el ABC de la economía.
• Qué producir (bien o servicio por el que el mercado pagará).
• Cómo producirlo (sistema de producción eficiente).
• Para quién producirlo (mercado al que se enfoca la solución).
A lo largo de la humanidad estas demandas perduran buscando respuestas que las diferentes ideologías, cada cual con sus argumentos, intenta dárselas.
Durante el siglo XX, el socialismo por medio de la autoridad central, direcciona la producción de bienes y servicios que considera son los oportunos para la sociedad en su conjunto. Los planes de producción centralizados y direccionados ganaron el posicionamiento en el terreno del cómo producir y para un público obrero que tiene el control de los medios de producción, con la asistencia del Estado que redistribuye la riqueza asistiendo con mayor énfasis a quienes menos chances de progreso tienen por sus propios medios.
La economía mixta de mercado, del S XX a la actualidad ha operado como una evolución del modelo anterior que vuelve a considerar la producción de bienes y servicios como respuesta a una demanda de mercado que marca el ritmo de la economía y traza el camino.
Sumale un Estado que regula e interviene el circuito económico atendiendo a las desviaciones que no generen una mejora al bienestar general. Eso sí, en ocasiones, las intervenciones sobrepasan el límite de lo adecuado, generando costos a los privados (generadores de riquezas o de ingresos) que nos envuelven en un problema del que mucho conocemos al respecto y nos trajo hasta aquí.
En cuanto a procesos productivos, las empresas modernas atienden al impostergable concepto de la competitividad y eficiencia, con un Estado (socio) que influye decisivamente en la ecuación de costos a la hora de producir con su carga fiscal. ¡Otro desafío para Papa Noel!
El "para quién", enfoca en producir para quienes puedan pagarlo y traccionan la demanda, así como el soporte asistencialista que intenta con el reparto artificial subsanar lo que se dicen inequidades.
"Puede fallar", decía Tu-Sam, sino date una idea que de 134 crisis y recesiones en el mundo entre 1991 y 2001, el FMI sólo predijo 15. Volvemos al mono y el torneo de dardos.
Decía John Maynard Keynes, que "las ideas de los economistas son mucho más poderosas de lo que generalmente se piensa. La vida de las personas, que muchas veces creen que son independientes de lo que piensa esta disciplina, suele estar determinada por la teoría de algún fallecido economista".
Los tiempos y las demandas cambian. Los modelos intentan dar respuestas y pero las 3 preguntas ABC siguen tan vigentes como los deseos de un 2019 con mejores noticias. No perdamos la fe. De esto también se trata la economía.