- Salvador Di Stéfano: La idea es que nos cuentes un poco de SpeedAgro, ¿qué productos tienen y qué comercializan?
- Salvador Di Stéfano: La idea es que nos cuentes un poco de SpeedAgro, ¿qué productos tienen y qué comercializan?
- Víctor Escalas: SpeedAgro es una empresa 100 por ciento nacional. Más allá de ser hoy el único socio mayoritario, también trabajo con mis hijos en la compañía y eso es muy importante para mí. La firma nació en 2001 y en octubre cumpliremos 19 años. Durante todo este tiempo nos hemos dedicado a generar productos para vehiculizar y mejorar la calidad de aplicación de los agroquímicos. Eso nos ha permitido crecer, y hoy tenemos una compañía muy grande con presencia en diez países además de un pronto desembarco en Estados Unidos y Canadá. En Brasil también ya hay exportaciones y esos son los grandes grupos económicos de mercados importantes a los que estamos llegando entre este año y el que viene, ya que la pandemia nos demoró un poco. Más allá de elaborar productos para vehiculizar y mejorar las buenas prácticas de la aplicación, hemos logrado armar un sistema de aplicación que es único a nivel global y permite poder certificar área verde, y no tener que estar atrás de la lapicera de un ambientalista o político que no entiende del tema. Previo a la pandemia nosotros estábamos trabajando con todos los medios ambientalistas del país como secretarías de agricultura y medio ambiente, para demostrarles que el producto junto con el sistema de aplicación aborda soluciones integrales, y permite que alguien en una distancia de 60 o 70 metros, pueda realizar una aplicación segura. De algún modo la pandemia nos atrasó pero seguimos evolucionando y certificando a través de ingenieros aeronáuticos, porque el sistema que estamos proponiendo sirve para cualquier tipo de avión y país. Hoy nos encontramos realizando solo estos trámites que son muy importantes, ya hay varios aviones instalados con un resultado de más de 15 mil horas de prueba, y lo que decimos se puede diagnosticar correctamente en vivo en cada lugar.
- SD: ¿Cómo estás viendo al campo argentino en lo que refiere a compra de insumos, humor y clima?
-VE: Lo dividiría en tres etapas; tuvimos un primer momento donde, respecto al humor, por sacarse pesos de encima, se compró y vendió todo. Eso es un segmento del mercado, donde los productores medios y grandes vienen haciendo prevención, y de alguna manera tienen el dinero, la soja o el maíz para poder pagar esos insumos. Después tenés una banda media que será del 30 por ciento y viene complicada año a año por los bajos precios de los cereales, hubo exceso y falta de agua, además de altas tasas de interés en el sistema del gobierno anterior. Y también está la banda de productores chicos que son los más castigados. En síntesis, el humor depende del bolsillo del productor, el que puede pagar compró, se sacó los pesos de encima y tiene hoy la cosecha invertida nuevamente en la producción.
- SD: Contanos tu experiencia en pandemia más allá de ser un rubro esencial.
- VE: Al principio obviamente vivimos los primeros catorce días crudos, después se fueron dando turnos, y finalmente se normalizó. La provincia de Santa Fe no tenía la cantidad de casos que existen hoy, y hace tres meses que trabajamos al 100 por ciento. La parte de producción de cereales, que entre gruesa y fina está arriba de las 80 mil hectáreas nunca se cortó, siempre había 50, 60, 70 camiones dependiendo del día y la capacidad de cupo de los importadores. Si sumamos a la gente que hace los relevamientos para cargar, había 100 personas diarias pero nunca tuvimos un caso porque se armó un protocolo e hicimos al pie de la letra lo que nos pedían: utilizar alcohol, desinfectar las cubiertas, distanciamiento, y gracias a dios no hemos tenido casos salvo uno o dos sospechosos, y en ese momento cerramos la empresa unos días, desinfectamos todo y volvimos a trabajar. Hoy trabajamos a pleno con los cuidados necesarios.
-SD: ¿Cómo te manejaste financieramente respecto a los bancos en esta coyuntura?
- VE: Hay de todo. Creo que depende mucho de la necesidad que tenga el banco de prestarte plata. Nosotros que este año nos desendeudamos y tenemos una caja sana, venimos justo con la cuestión de que los bancos no te vuelven a renovar las carpetas a pesar de que entregamos los balances dentro de los 45 días. Siempre hacemos previsiones y balances mensuales para tener todo actualizado. Más allá de eso tuvimos una muy buena producción, hace cuatro años que estamos en el segmento producción, y hace 5 años que el norte, el NEA, la parte superior de Santiago del Estero que linda con Chaco, tiene lluvias que te permiten de diciembre a abril tener una muy buena cosecha. Si vos visitas los cultivos en febrero parecen zona núcleo.
- SD: Mencionaste que exportas en varios países de Latinoamérica y estás esperando entrar en Estados Unidos, ¿este tipo de cambio es competitivo para exportar?
- VE: Si podes adquirir nuestros insumos al mismo tipo de cambio, hoy es competitivo. Ahora, si vos querés atesorar dólares para hacer un registro en Estados Unidos, Canadá, Europa o Asia, y a mí me permiten seguir sacando dólares al tipo de cambio oficial, no pasa nada. De esa manera equilibras compra y necesidad, y la venta pagando en el exterior. El tema es que en los últimos días se fue complicando, si a vos te cuesta 140 dólares adquirir esos dólares para poder mandarlos afuera, y a mí el cereal me lo pagan al 75, porque encima el dólar cereal es el más barato, tenés una gran diferencia. Antes con el Medio Electrónico de Pagos (MEP) uno se podía manejar para poder sacar ese tipo de dólar pero estaba en otro precio, hoy está más caro el MEP que el supuesto blue, es una cosa de locos.
- SD: Impositivamente, ¿cómo te tratan los gobiernos nacional y provincial?
- VE: En los últimos cinco años hicimos todos los deberes. Hoy tenemos una planta verde certificada para medio ambiente, procesos y demás. De esa manera hicimos todos los ajustes y se abarataron mucho los costos a pesar de tener seguros de todo tipo para poder ser previsibles. Lamentablemente con esta diferencia en el tipo de cambio que te mencionaba, estamos complicados para seguir creciendo o previendo en un nuevo proyecto. De hecho la compañía pudo adquirir una pequeña planta para poder producir proteína humana, pero necesitas una inversión de 15 millones de dólares para poder hacer una planta de calidad. Vos tenés una soja de 240/260 dólares versus los 100 dólares más que está en Chicago, y el Estado te está sacando la retención, ya te cobró el impuesto, pero después aparece otro dólar. Es difícil proyectar en este país, y eso que generamos muchos puestos de trabajo. Con reglas claras este país crecería a tasas chinas.
- SD: A pesar de eso seguís invirtiendo en el país.
- VE: Es que no te queda otra. Ya hicimos nuestra inversión de 40 millones de dólares y están plantados en Argentina. Lo que te tienen que dar es condiciones de cómo operar de acá a cinco años; decir “hoy largamos, está será la política los próximos cinco años, y de acá a diez años esta será la otra política”. Con previsión podés proyectar, invertir, tomar créditos. Acá hay que buscarle todos los días la vuelta y ser un malabarista o arquitecto de las finanzas, se pone mucha energía en eso. El último año armamos un comité ejecutivo en el cual trabaja gente muy capaz
- SD: Después del arduo trajín semanal, ¿cómo te entretenés?
- VE: Cuando ya sos mentalmente de un formato y siempre buscas el mérito, la mejora permanente y pasar por esta vida dejando algo, los fines de semana tratas de relajarte un poco. A mí me gusta disfrutar de mis hijos, vienen a mi casa a comer y eso es muy saludable.