"Nuestra asociación tiene inmuebles y le permite el uso de varios al Opus, en comodato". La palabras son del vicepresidente de la Asociación Santafesina de Cultura, el contador Eduardo Benjamín Vinzia, en diálogo con La Capital.
Por Laura Vilche
"Nuestra asociación tiene inmuebles y le permite el uso de varios al Opus, en comodato". La palabras son del vicepresidente de la Asociación Santafesina de Cultura, el contador Eduardo Benjamín Vinzia, en diálogo con La Capital.
El hombre que prefirió no responder si es miembro o no de la Obra, "es privado, no tenemos por qué decirlo" (SIC), también confirmó que esta es la asociación dueña de inmuebles millonarios que tiene hace años relación con la institución católica, realiza actividades culturales y contratos laborales con algunos empleados del Opus. Y no descartó que siete de las 43 exnumerias que denunciaron públicamente haber trabajado en Rosario gratuitamente, casi sin aportes y privadas de la libertad, hayan sido contratadas por esta asociación años atrás. "Tengo que chequearlo con la administración", dijo Vinzia.
En tanto, el abogado que desde Buenos Aires representa a las mujeres, enterado del descargo del Opus de Rosario que publicó este lunes La Capital, reiteró: "Faltan a la verdad, no es verdad que el Opus quiera solucionar el problema, derivan el tema a sus múltiples asociaciones. Al Opus nada se le escapa: registran todo, todo está tabulado", afirmó Sebastián Sal al hablar con este diario.
La Capital publicó este domingo tres notas donde tanto Sal como la ex numeraria Claudia Carrero, quien según su relato trabajó en Rosario limpiando sin cobrar un peso para el Opus desde 1999 a 2002, dieron cuenta de unatradicional maniobra que llevaba adelante el Opus con adolescentes, humildes de otras provincia y países.
A 43 mujeres que ya se fueron de la Obra les prometieron santidad a cambio de trabajo de mucama gratuito, casa, comida y una promesa de castidad, humildad y obediencia.
Sal sostiene que el Opus, una entidad poderosa y adinerada en todo el país, "asegura no tener inmuebles propios" ni contratación laboral directa con las empleadas. Eso supuestamente corre por cuenta de al menos 17 asociaciones íntimamente ligadas a la institución, entre ellas la Santafesina de Cultura.
Entre los inmuebles que en Rosario vinculó el vicepresidente Vinzia con el Opus, solo están el de calle Urquiza 1086, ahora a la venta, y el de calle 9 de Julio y Ayacucho que ocupaba la residencia Universitaria Litoral de varones (hoy en calle La Paz 640).
De todos modos hay más. Al menos una residencia para mujeres, una de las más antiguas de Rosario estaría en este listado. De este modo se lee en la página oficial de Cheroga, ubicada en Santa Fe 2044.
"La Residencia pertenece a la Asociación Santafesina de Cultura –se explica–, entidad sin fines de lucro que con el fin de brindar orientación sustentada en valores cristianos encomendó a la Prelatura del Opus Dei, institución de la Iglesia Católica , la dirección de la casa y la atención espiritual de quienes lo deseen. Esto no significa que las residentes deban profesar la fe católica. Cheroga está abierta a todas las personas sin distinción de raza, credo o religión".
La Asociación Santafesina de Cultura está presidida desde hace un año por el ex primer decano de la Faculta sde Ciencias Empresariales de la Universidad Austral, Omar Carranza Fernández; vicepresidida por Vinzia, en tanto el lugar de secretario lo ocupa Tomás Curuchet (también académico de la Austral).
Vinzia remarcó que el Opus "no puede tener propiedades", pero la asociación le permite el uso de varios inmuebles, en comodato, además se ocupa de realizar actividades culturales y el contrato de algunas personas que trabajan en sus residencias y lugares de capacitación", lo que reconoció, implica también afrontar aportes.
De todos modos el directivo no pudo precisar cuántos, ni cuántas son las personas contratadas actualmente para la Obra. Tampoco si siete de las 43 exnumerarias que hicieron la denuncia pública contra el Opus fueron contratadas por esta asociación. Se excusó de dar más datos ante la necesidad de "chequear todo con la administración".
"La escasa información suministrada por el abogado no resultó suficiente para el análisis de la situación previsional de cada caso". Así comenzó la respuesta que el Opus Dei de Rosario, a través de un comunicado, contestó a las denuncias públicas de siete de las 43 mujeres que aseguran haber padecido explotación laboral y personal, publicadas este domingo en La Capital.
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Pero el abogado que las representa, Sebastián Sal, dobló la apuesta en diálogo con este diario.
"Faltan a la verdad. Ya lo hicieron en Buenos Aires y repiten los mismos argumentos en Rosario. Suponiendo que yo no hubiera aportado datos, cosa que no es cierto, no pueden desconocer que tuvieron a empleadas viviendo en la institución por años, no pueden decir que no tienen información. No es verdad que el Opus quiera solucionar el problema, derivan el tema a sus múltiples asociaciones. Al Opus nada se le escapa: registran todo, todo está tabulado", dijo Sal.
En su descargo publicado este lunes, el Opus había señalado que los casos denunciados "podrían ser muy diferentes entre sí" y cargó las tintas sobre el abogado al decir: "A pesar de no haber ninguna demanda judicial de por medio, haber quedado a disposición en repetidas oportunidades y haber manifestado apertura para escuchar y comprender los argumentos y detalles del reclamo presentado, al día de la fecha el abogado no se ha presentado formalmente ni ha brindado más información”.
En el comunicado reconocieron que en la Iglesia “ha habido un aprendizaje respecto de la edad en la que se puede comenzar el camino vocacional” y por ello cambiaron los estatutos: ahora la edad mínima para incorporarse a la Obra es de 18 años, debiendo haber autorización de los padres para participar de las instancias previas preparatorias.
Luego sumaron en respuesta a las denuncias un testimonio de una exnumeraria, Noelia Rébora, que se fue de la institución en 2010, a los 48 años luego de vivir en siete casas diferentes, pero quien aún así valoró positivamente su experiencia.
“Fue en el Opus Dei donde me enseñaron a valorar a las personas, a no juzgarlas, a quererlas bien”, recordó la mujer, quien agradeció la educación recibida en el ICES (Instituto de Capacitación para Empresas de Servicio, de Bella Vista (Gran Buenos Aires) al que llegó con 12 años.
“Para mí era una alegría enorme estudiar. Salir del pueblo era un logro importante. Los que no teníamos dinero, no teníamos opción”, manifestó. “Teníamos una enseñanza de primera, nos alimentábamos muy bien, y teníamos opciones de deportes”.
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Sal dijo que ni el comunicado ni el testimonio de esta ex numeraria lo sorprendió. "En el comunicado de desmentida hacen hablar a una exnumeraria que supuestamente se fue feliz, que la pasó muy bien y está muy agradecida pero dice que entró allí a los 12 años, eso es trabajo con menores de edad. Ellos pretenden hacer aparecer a estas denuncias como algo contra la Iglesia y no es así: me llama la atención que siendo católicos no puedan reconocer un error, pedir perdón y no puedan subsanarlo".
En cuanto a la falta, aún de denuncia laboral, algo que se remarca en el descargo, Sal dijo que "es cierto" pero no desestima hacerlo más adelante.
Aclaró que con el correr de los testimonios se dio cuenta que lo que contaban las mujeres no era solo un problema laboral, sino un problema mucho más grave de "privación de libertad" y pensó primero darle una oportunidad a la Iglesia para que lo resuelva internamente.
"Tuve una reunión con el nuncio papal polaco Miroslaw Adamczyk, lo puse al tanto de esto, le aportamos documental y nos sugirió que lo pongamos al tanto al Papa Francisco. Lo hicimos hace dos meses, aún no tuvimos respuesta. Nos pusimos a disposición para que estas mujeres declararan y todo porque sabemos que un trámite judicial puede llegar a tardar diez años, porque cada una de estas mujeres pasó por las manos de distintas asociaciones, en varias provincias y hasta en países, que manejan bienes que el Opus aunque ellos dicen que no les pertenecen. Estas mujeres necesitan una reparación mucho más urgente, el Opus tiene mucho dinero y debe pagar por lo que hizo con ellas, a quienes engañó con promesas que no cumplió al captarlas y sobre las que decidió dónde y como vivíría", dijo Sal.