Ustedes saben que los problemas angustiantes de toda la historia de nuestro país, siempre se han resuelto en conversaciones entre amigos en las mesas de algún bar. Por cuanto contando con los genes de nuestra idiosincrasia argentina, colmada de ingenuos, ladrones y asesinos, sumisos, ineptos e hipócritas. Lo que nos muestra la identidad de este nuevo mundo atado a una pandemia que nos tiene, y nos seguirá teniendo acorralados, enmascarados y con una serie de nuevas cepas y una multitud de nuevos virus que llegarán para hostigarnos. Las aperturas y cierres de las actividades serán permanentes, y sólo contribuirán para acercarnos a nuestra finitud como seres humanos, en este planeta llamado Tierra, donde hemos sido invitados a compartir toda una suma de crueldades y escasas alegrías, a raíz del designio de un Dios al que nunca hemos visto, ni veremos jamás, ya que todo está supeditado a un gran enigma que nunca podremos interpretar, ya que hemos llegado sin saber cómo, y partiremos sin saber hacia dónde.
