Si los electores sobreviven a las dos elecciones de este año, será de milagro. Al desinterés general hay que sumarle desprolijidades que aumentarán el fastidio de la gente. El resultado de tanto desorden puede reflejarse en las urnas.
Por Daniel Abba
Si los electores sobreviven a las dos elecciones de este año, será de milagro. Al desinterés general hay que sumarle desprolijidades que aumentarán el fastidio de la gente. El resultado de tanto desorden puede reflejarse en las urnas.
1 Para los santafesinos será complejo votar, otra vez, con dos sistemas distintos. Habrá una gran boleta con todos los candidatos para concejal, y 57 listas diferentes para elegir a los candidatos a diputado nacional. En varias ciudades y todos los pueblos de la provincia, además, se elegirá intendente y comisión comunal, con la boleta "todos en una".
2 El 13 de agosto son las internas, creadas para que los partidos definan a sus candidatos con un sistema más democrático. Pero un mes antes, desde el gobierno nacional se desliza la posibilidad de anularlas -se supone que no para este año- por el costo que representan. Mucha gente recibió con entusiasmo esta idea, al tiempo que relativiza su obligación de asistir a las urnas ahora.
3 En Santa Fe se empieza a perfeccionar un negocio electoral con referentes que anotan varias listas, no ya con la intención de instalar a un candidato en el Concejo o en la Cámara de Diputados -aunque si se da, mejor- sino para recaudar con lo que se paga a los que registran cada nómina, en concepto de impresión y votos emitidos. De ahí el interés en presentar todas las candidaturas posibles, como se refleja en la página 14 de esta edición. Sin dudas, un abuso que -si las Paso sobreviven- habrá que restringir con nuevas exigencias y mejores controles. De tan inclusivas, ahora las internas permiten el ingreso de estos mercaderes electorales.
4 La semana que pasó se modificó la aplicación de una ley para que la publicidad electoral de los candidatos de todo el país se vean y escuchen por todas las señales nacionales, algo que no correspondía por tratarse ésta de una elección distrital. En términos de difusión publicitaria, estos comicios fueron igualados con las presidenciales, en las que tiene sentido que todo el país sea distrito único porque, independientemente de dónde se vote, los candidatos son los mismos. Ahora hay 24 distritos, y candidatos distintos en cada uno.
Muchos creen ver en esta modificación un intento por nacionalizar la elección y favorecer a los candidatos de la Capital y la provincia de Buenos Aires, ya que también se cambió la distribución de los espacios de TV y radio para los candidatos a diputado nacional. Antes se hacía con un piso igualitario para todos los partidos, o de acuerdo a los votos obtenidos en la última elección. Ahora se hará según la cantidad de electores de cada distrito.
Esto implicará que se inunden los canales que llegan a través del cable con publicidad de candidatos que no van a ser elegidos en Santa Fe y, que a la vez, los postulantes de cada distrito queden tapados por el fárrago de publicidad, especialmente del territorio bonaerense, que se llevará la mitad de los espacios disponibles. Se calcula que se ocuparán un total de dos horas diarias de programación y que cada cien avisos, sólo ocho serán de Santa Fe. Los candidatos santafesinos tendrán su propio espacio en los canales locales. Sólo los que estén adheridos a DirecTV se perderán a los postulantes vernáculos, aunque no podrán escapar de la saturación nacional.
Para quienes hicieron planes de aislarse durante la campaña hay una mala noticia: pocos canales quedarán excluidos. La profusa publicidad de candidatos nacionales afectará a las señales menos imaginadas a la hora de difundir publicidad política, como "Volver" o "Argentinísima satelital". También incluirá a los canales "Gourmet" y "Rural", y los culturales "Canal a" y "Encuentro", los deportivos Espn, Fox y Golf Channel, y hasta a canales de películas como "Europa, Europa". Es de esperar que queden exceptuados de este contenido las señales con programas infantiles.
Nadie va a poder sustraerse al influjo de las elecciones. A contramano del desinterés general, los candidatos se van a imponer desde la pantalla. A no desesperarse: dura sólo los 20 días previos a la elección.