Familiares de desaparecidos en el cordón industrial norte durante la última dictadura militar se constituyeron ayer como querellantes para que se investigue la situación de un grupo de militantes que fueron secuestrados en julio de 1976.
Familiares de desaparecidos en el cordón industrial norte durante la última dictadura militar se constituyeron ayer como querellantes para que se investigue la situación de un grupo de militantes que fueron secuestrados en julio de 1976.
Con el patrocinio de un grupo de abogadas de las organizaciones Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas y de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, un grupo de personas se concentró en las puertas de la sede de bulevar Oroño de los Tribunales Federales de Rosario y, portando fotos de las personas desaparecidas, el grupo ingresó a la sede judicial poco antes de las 11 para formalizar la presentación.
Gabriela Durruty, una de las abogadas de las organizaciones, se refirió a la presentación y sostuvo que "los familiares, hasta ahora habían sido parte de las causas como testigos, pero ahora, como querellantes, su participación va a ser mucho más activa para impulsar la investigación".
Con la reapertura de las causas por crímenes de lesa humanidad, la Justicia federal comenzó una investigación sobre enterramientos clandestinos en el cementerio de San Lorenzo, y otro expediente por secuestros y torturas en base al testimonio del gremialista Manuel Casado, en la que se encuentran procesados dos ex militares y un civil.
Ahora, con la constitución de los familiares como querellantes, se abre la esperanza de avanzar con la investigación de los 17 desaparecidos que dejó la dictadura en la zona.
Con respecto a la denominación de "causa de los trabajadores", otra de las abogadas, Isabel Fernández Acevedo, remarcó: "No debemos dejar de tener en cuenta el contexto en el que se dio la represión y la cantidad de obreros y trabajadores que fueron desaparecidos durante la dictadura", y agregó: "La llamamos así porque los desaparecidos del cordón, además de militantes, eran obreros y trabajadores de la zona".
Porcentajes trágicos. Además la abogada, que a su vez es autora de un trabajo sobre el contexto histórico en que se produjo la dictadura y sus consecuencias para los trabajadores recordó: "Sobre el total de los casos de desaparición de personas, luego de ocho años de dictadura un 30,2 por ciento eran obreros fabriles, lo que sumado al 17 por ciento de los empleados, el 5,7 por ciento de docentes y el 1,6 por ciento de periodistas, suma un total de 54,5 por ciento de asalariados asesinados sobre el ciento por ciento de los casos".
Por su parte, Roberto Camuglia, cuyo padre fue un obrero aceitero secuestrado por la dictadura, visiblemente conmovido por el momento sostuvo: "Esto debería haber pasado mucho tiempo antes", y remarcó: "Estoy muy emocionado de que en este momento me acompañen mis hijos, que no conocieron a su abuelo, y que yo pueda contarles la verdad de lo que pasó en ese momento".
Camuglia, ex jugador de Boca Juniors y de Gimnasia y Esgrima de La Plata, no dudó en afirmar: "Fue el momento más terrible de mi vida; todo lo que vino después fue muy doloroso, pero mi familia me acompaña y eso es muy importante".
Por su parte Luis Lapisonde, un ex empleado de una panadería, quien afirma haber estado secuestrado en el interior del Batallón Arsenales de Fray Luis Beltrán, sostuvo: "Yo conocía a estos compañeros. Mientras estaba detenido escuché sus voces, y prácticamente los mataron al lado mío".
Lapisonde estuvo 28 días alojado en un centro clandestino de detención que él reconoció hace poco, en el marco de la causa, como el batallón de Beltrán, donde sostiene haber visto a varios de los mencionados militantes en el mismo centro.
Operativo. "La causa de los trabajadores" tiene que ver con lo acontecido durante la "noche trágica" o el "operativo de las tres noches", ocurrido el 19, 20 y 21 de julio de 1976 para desarticular a la agrupación Sabino Navarro, de San Lorenzo, vinculada con la organización Montoneros.
Durante esos operativos desaparecieron o fueron asesinados la mayoría de los militantes de la región y, según testimonios, todo comenzó el 19 de julio del 76 con el secuestro de Carlos Kruppa, de Fray Luis Beltrán. El 20 de julio el aceitero Roberto "Potongo" Camuglia fue secuestrado en su casa de Puerto General San Martín y luego fue el turno, esa misma noche, de Oscar Riquelme y Lina Funes, de San Lorenzo. También allí fue asesinado su sobrino, Juan José Funes. El 21 de julio son secuestrados Rafael Carroza, Ramón Di Fiori y Luis Lapissonde, de Fray Luis Beltrán. La lista que había empezado con el accionar de la Triple A, se completa con otros secuestros y la desaparición de dos soldados conscriptos.