Con el estreno de "Desmonte", el Teatro Nacional Cervantes inaugura en Rosario un nuevo ciclo que consiste en la producción de montajes por el interior del país. Escrita y dirigida por el rosarino Leonel Giacometto, con las actuaciones de Juan Manuel Medina y Alexis Muiños, el trabajo se presentará a partir de esta noche todos los viernes y sábados, a las 22.30, y los domingos, a las 20.30, hasta el 25 de junio en el Instituto de Artes Escénicas (Entre Ríos 840).
Antes del gran estreno, Giacometto dialogó con La Capital sobre el nacimiento de esta puesta: "Desmonte surgió de un encuentro y un reencuentro. Con Alexis Muiños trabajamos hace diez años en la obra «Fingido», el primero de los acontecimientos teatrales que dirigí bajo esta forma de trabajo con los actores, la dramaturgia y la escena. Fue el mismo Alexis el que sumó a Juan Manuel Medina, quien debuta en la escena local. Cada actor hace dos personajes: Alexis es Tulio y es un Cheto rubio. Juan Manuel, un Trapito y un Cheto morocho. Aunque al principio los disparadores fueron muchos (incluida una revisión de la vida de Robledo Puch), trabajamos en base a los procedimientos de trabajo que vengo desarrollando en otros espectáculos ("Real", "Latente", "Desenmascaramiento", "Lo que se pierde", "Fuga") donde la prioridad, desde el arranque, es el ensayo como campo de experimentación".
En esta línea, que Giacometto viene trabajando desde hace más de una década y que sintetiza como "dogma fingido", donde no hay texto previo, y donde vestuario, maquillaje y escenografía están reducidos a su mínima expresión. Tampoco se pretende la inscripción en un género determinado y la improvisación en las actuaciones resulta fundamental.
"El cuestionamiento que nos hicimos al comienzo del proyecto fue el de dar cuenta de una postura política frente a la idea de texto y de escena. Se puso en cuestión el problema de esta tensión que no encuentra, para nosotros, una respuesta unívoca. El comienzo del proyecto, en las primeras reuniones entre los actores y el director y dramaturgo se planteó la necesidad de un abordaje escénico a partir de improvisaciones que, en principio, no tuvieran, no contaran con ningún anclaje situacional definido, ni temático, ni estuvieran inscriptos en una lógica de sentido narrativo, digamos, convencional", continuó el director. En este caso, el montaje está pensado para un máximo de 22 espectadores por función.
Giacometto trabaja y vive en Rosario: "Muchas de mis obras se estrenan tanto en Rosario como en Buenos Aires y en otros países. Dirijo de vez en cuando en la ciudad y en otras como Tucumán y Tandil, bajo los formatos de encuentro con los actores. El ensayo es un lugar muy importante para mí. Cuando dirijo, trato de hacer dramaturgia con los actores y no dramaturgia de los actores, donde a veces, los actores no son conscientes del propio desarrollo y continuo de lo que están actuando".
"Vivo de escribir y eso cuesta. Más viviendo en Rosario y tratando a la ciudad como base, haciendo lo posible para que mis obras recorran ciudades y cuerpos. Nunca tuve la intención de irme a Buenos Aires", resumió Giacometto.
Su recorrido en la escena porteña tuvo un auge en los últimos dos años. En 2015, estrenó "La mala fe", con dirección de Alejandro Ullúa, y en 2016 fue el turno de "Hombre viajando en taxi", un musical con dirección de Ricky Pashkus, ambos en el teatro San Martín.
En este caso, el programa "Teatro Nacional Argentino. El Cervantes produce en el país", se propone hacer visible la diversidad de manifestaciones escénicas del país, con el objetivo de estimular la producción y la experimentación en el territorio nacional. En este sentido, el teatro busca trascender los límites del edificio central para estimular proyectos escénicos fuera de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
apuesta. "Vivo de escribir y eso cuesta viviendo en Rosario", confesó Giacometto.