Más acertado no podría haber sido el título “La canción sin fin”. Porque basta escuchar tema por tema, en los 80, en los 2000, o la noche del jueves en Rosario, para ratificar que si hay una obra artística que no tiene fecha de vencimiento en la historia de la música popular argentina, esa es la de Charly García.
Y una prueba más, por si hacía falta, fue que un show basado en un podcast con el nombre “La canción sin fin”, que analiza música, letra y contexto sociopolítico de los tres primeros discos solistas del bigote bicolor (“Yendo de la cama al living”, “Clics modernos” y “Piano bar”) convocó a unas 900 personas este jueves en el teatro Broadway.
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Sebastián Furman tocó, cantó y dirigió los coros del público en un show con tono didáctico basado en su podcast.
Sebastián Furman utiliza una puesta atípica, que mixtura la referencia didáctica que toma de su podcast y la calidad sonora del show en vivo, en el que va desgranando las canciones que configuran el esqueleto, cuerpo y alma de los tres discos citados que, por otra parte, son parte del ADN del rock argentino.
Furman no sólo canta y toca muy bien los teclados, sino que está acompañado por una banda potente, que cuida al detalle los arreglos originales e, incluso, aporta la utilización del sonido digital de la máquina de ritmo que utilizó Charly para esos discos, a la que el ex Serú llamó “Rucci”. Como para que la estética García se sienta más cercana, aunque hayan pasado cuatro décadas de aquel momento.
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Coki Debernardi se lució con la interpretación de "Inconsciente colectivo".
Dado que por cuestiones de tiempo no fue factible tocar todos los temas de los tres discos, Furman y su banda interpretaron en el show de Rosario algunas de las canciones, y aquí no aplica escribir “algunos de los hits”, porque en esos tres discos todos los temas son hits. O sea, los 8 de “Yendo...”, los 9 de “Clics...” y los 10 de “Piano...”: 27 hits. Un mérito que pocos artistas de la historia de la música en todo el planeta pueden reunir en tres discos que, además, son consecutivos: “Yendo...”, del 82; “Clics... ” del 83; “Piano...”, del 84.
Todos estos detalles explican la efervescencia del público en el show del jueves, en el marco de un fenómeno que tiene una arista en el plano rosarino, dado que el espectáculo “Piano bar” no sólo llenó varias veces el teatro El Círculo sino que también salió de gira por Buenos Aires, Córdoba y Mar del Plata, entre otras ciudades, siempre ante auditorios repletos.
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La banda ofreció un show compacto con cuidados arreglos que linkearon directamente con los tres primeros discos solistas de García.
Furman tiene en su concierto un plus atractivo en acertadas explicaciones sobre cómo armó las armonías Charly o qué es una polirritmia; y sabe adaptar la data que pasa en vivo para que no entiendan sólo los músicos y los fans de García. Incluso hizo participar al público en los coros a tres voces, como ocurre en “Superhéroes”; y probó el fanatismo de varios al preguntar después de, por ejemplo, “Bancate ese defecto”: “¿Y ahora cuál sigue en el disco?”.
Dos de los grandes momentos de la noche se dieron con los artistas invitados: Coki Debernardi, que le puso impronta con su voz desgarradora en “Inconsciente colectivo”; y La Negra, de “Mundialmente Famosas”, quien la rompió en “No se va a llamar mi amor” en un logrado medley con “Mientes”, de “Tango 4”.
En los bises la fiesta fue completa. Hubo un guiño a Fito Páez con “La rueda mágica” y se puso toda la carne al asador en Serú Girán con “Mientras miro las nuevas olas”, “Peperina” y “No llores por mí, Argentina”. A la salida, un flaco de 50 y pico, bancario y rockero de alma, le decía a uno de más de 60: “Me tengo que poner a escuchar ese podcast”. Y el pelilargo canoso respondió: “Yo ya lo hice, ahora me dieron ganas de volver a escuchar estos tres discos de Charly”.