“Inmaduros” propone entretenimiento y, en cierta medida, lo logra. Aunque no sea una puesta que haga explotar de risa, salvo en tres o cuatro situaciones puntuales, la obra de Juan Vera y Daniel Cúparo alcanza el objetivo de mínima, que es que la gente se vaya con una sonrisa.
Adrián Suar y Diego Peretti demuestran su oficio en escena, en un dueto efectivo porque se complementan perfectamente en una historia bien dirigida por Mauricio Dayub y una precisa escenografía de Jorge Ferrari.
Suar es Alfi y Peretti es Fideo, dos amigos entrañables que se conocen desde pibes pero hace mucho no se frecuentan por situaciones que conviene no spoilear.
En ese contrapunto, en el que Alfi es el publicista que tiene una casa inteligente (a la que llama Alexa) y Fideo es el psiconanalista recién separado de su mujer que llega a la casa de su amigo a pedir “cobijo”, se desata el conflicto basado en el choque de personalidades opuestas.
Los dos son cincuentones de buen pasar, pero mientras Alfi es un tipo moderno, de mente abierta, que elude el compromiso de pareja (papel a la medida de Suar), Fideo es un psiquiatra más clásico (rol ideal para Peretti), que viene de estar casado más de 25 años con su primera novia y es de los que entienden que empilcharse con onda en una salida tramposa con una mujer es ponerse un traje standard. De hecho la primera carcajada de la noche se dio en esa situación.
Para quitarle las penas a su amigo, Alfi propone justamente entablar relaciones con mujeres con quienes no haya compromisos. Y eso se dará en la salida de los miércoles. En el primer encuentro, Alfi aceptará a regañadientes y accederá a una cita en esa casa inteligente, a la que llegan una joven extrovertida y sexy (Jessica Abouchain) y una ultra feminista (Ariana Asturzi).
Con diálogos tan veloces que por momentos resultaban poco claros, algo que se repitió a lo largo de la obra, este primer encuentro dejó mejor parado al más vulnerable que al más canchero.
“Inmaduros” levanta a partir de la segunda cita: cuando llegan la amigovia cordobesa de Alfi (Carla Pandolfi) y Valeria Luxor (brillante Patricia Echegoyen), una diva del espectáculo de los 80 que está dispuesta a todo con tal de pasarla bien. Echegoyen y Peretti se potencian a dúo y logran unos pasos de comedia que fueron lo mejor de la noche.
La obra plantea que Alfi y Fideo, pese a sus diferencias, comulgan en la inmadurez a la que hace honor el título. No sólo por no saber armar un proyecto a pleno en pareja sino por perder por goleada contra las cuatro mujeres empoderadas con las que se topan en estos encuentros fugaces, algo que sobrevuela toda la historia. La resolución tragicómica llega de sorpresa y cae redondita para disparar la ovación final.
Suar agradeció al público rosarino que respondió con cuatro funciones el viernes y sábado pasado, y vuelve este fin de semana.
En síntesis: una propuesta pasatista pero bien producida y efectiva, que se sostiene con un dúo protagónico con oficio, en el que sobresale la comicidad de Diego Peretti, y se destaca la siempre rendidora Patricia Echegoyen.