Natalia Oreiro no sabe eso de hablar con cassette. No le interesa para nada. Cuando cuenta lo que siente, aunque esté en su Montevideo natal a punto de entrar al avant premiere de la película que protagoniza, lo hace sin filtro. Como Pilar, su personaje en "Re loca", la película de Martino Zaidelis que se estrena el jueves en Rosario y en la que la acompañan Diego Torres, Fernán Mirás, Gimena Accardi y Pilar Gamboa. Esta es otra adaptación de "Sin filtro", la película chilena que es un éxito de taquilla y que hace dos semanas se estrenó su versión española con Maribel Verdú. Oreiro interpreta a Pilar, una mujer sufrida que le va mal en su pareja, en sus relaciones familiares, con sus amistades y hasta en su trabajo. Hasta que un día, por una circunstancia que conviene no revelar, dirá lo que piensa, aunque explote todo.
"El mundo está muy convulsionado. Y todos estamos un poco hartos de lo que nos toca o de por qué nos tocan, y por eso funciona la película", dijo la actriz, que no ahorró expresiones en favor de las reivindicaciones de género. Y respecto al sentimiento que le despierta la película, graficó entre risas: "Salís del cine con ganas de patear todo"-
—¿En qué se asimila y en qué se diferencia esta película con la original chilena y la adaptación española?
—No vi ninguna de las otras dos, sólo vi esta, no te sabría decir, pero sé que hay muchas escenas de "Re loca" que no están en esas películas y que fueron creadas especialmente para esta adaptación. Cuando Martino Zaidelis me envió el guión no sabía que era una adaptación de una película que ya se había hecho y me enganchó la temática, me pareció actual y me redivertí. Hacía mucho tiempo que estaba buscando un guión de comedia para volver a la comedia después de muchas películas dramáticas que venía haciendo en el cine, pero quería encontrar uno que sea tan redondo como este. Y me sentí tan identificada que tuve muchas ganas de hacerlo, así que inmediatamente después de leerlo lo llamé y le dije "lo quiero hacer".
—¿Qué fue lo que te enganchó con tus ganas de hacerla, concretamente?
—Me parece que es súper actual, que además el elenco que se eligió es alucinante, son personajes muy reconocibles en tu familia, en tus vecinos, no son para nada estereotipados, son adorables pero al mismo tiempo los odiás. ¿Quien no quiere, sea hombre o mujer, perder el filtro y decirle a todos en la cara lo que te pasa? Pero, bueno, la consecuencia es lo que le pasa al personaje y tiene que lidiar con eso. Yo me reí a carcajadas cuando vi la película, es muy liberadora y uno hace catarsis con el personaje.
—¿Qué es lo que más te hace reír de Pilar, tu personaje?
—Al principio te matás de la risa con la desgracia que ella está sufriendo, te reís de lo mal que le va, hasta que decís "listo, pará" y decís "basta" y te preguntás qué es lo que uno quiere hacer en su día a día. Porque el sistema de alguna manera te convence, uno traga, traga, traga y de repente te convertís como en una bomba de tiempo, algunos estallan y otros se enferman. Lo bueno de la película es que cataliza lo que le pasa a la mayoría de los argentinos o uruguayos, porque ahora estoy presentando la peli aquí también en Uruguay, y te genera esa sensación de mandar a todos al carajo.
—Ese deseo de tu personaje es un poco de todos y de ahí la empatía con el espectador.
—Totalmente, creo que por eso funciona tan bien, y es tan actual, todos soñamos con ese placebo que le pasa a Pilar y que logra convertirse en la persona que quiere ser. Pero también después se da cuenta que ese decir lo que sentís, sin pensarlo ni un segundo, a la gente que querés le puede a generar consecuencias que pueden llegar a lastimar. Por eso el tema es la búsqueda del equilibrio, pero sobre todo de comprender un poco de cómo socialmente nos vamos adaptando a una vida que no nos gusta, que no nos hace feliz, que por conveniencia o por miedo miramos para el costado y que nos angustia y nos genera mucha ansiedad.
—¿En ese hablar sin filtro también están los vínculos afectivos y cómo elegimos a nuestras parejas?
—En esta película el final es sorprendente y mi personaje plantea esta sensación de por qué uno tiene que estar con alguien para sentirse feliz cuando en realidad primero uno debería poder estar feliz con uno mismo y primero conocerse para poder elegir. La peli habla de las mismas cosas que nos pasan a todos en el día a día, funciona muy bien.
—Después de "Gilda", "Wakolda" e "Infancia clandestina", ahora saltás a "Re loca". ¿Siempre tenés ganas de reinventarte?
—A mí, después de "Gilda", "Wakolda" e "Infancia clandestina" me venían dando ganas de volver a la comedia, un género que hacía más de diez años que no lo transitaba y que me divierte. Además en este tipo de comedias, que no es una comedia romántica, es más de actualidad, así que salís de ver la película con ganas de patear todo (risas).
—¿Creés que más allá de la problemática de tu personaje, la gente lo va a asociar al caos social y político que vivimos?
—El mundo está muy convulsionado en ese sentido, ¿no? Y todos estamos un poco hartos de lo que nos toca o de por qué nos tocan, y por eso funciona. Porque el que no se identifica con la pareja, se identifica con el imbécil que te maltrata en la calle, o el jefe que te subestima o en general socialmente cómo estamos también. Y cada uno va a encontrar su "Sin filtro" o su "Re loca" o "Re loco" adentro suyo.
—¿No asociás "Re loca" a "Un día de furia", con Michael Douglas, o la historia de Bombita en "Relatos salvajes"?
—Exacto, para mí es "Un día de furia" en versión comedia, tal cual. Bueno, de hecho mi personaje rompe varios autos (risas). Y el personaje de Ricardo (Darín), tal cual, sí, sí, sí, tiene mucho de eso. Está en nuestra idiosincrasia también ¿no? Y hay una necesidad social también de empoderarse en el ¡basta, ya no quiero más maltrato! Porque además es un tema de dignidad, cosas que antes soportábamos ya no las soportamos más y estamos como a un paso de eso, de querer decirte en la cara que a mí no me maltratás más.
—Te veo totalmente identificada con las reivindicaciones de género de estos tiempos.
—Lo que pasa es que no es una cuestión de género solamente, la película está interpretada por una mujer pero perfectamente podría llamarse "Re loco" y estar interpretada por un hombre. Porque si bien toca temas de actualidad y una mujer es la protagonista, el machismo no queda afuera en algunas situaciones. En la mayoría de las secuencias un hombre también perfectamente podría reconocerse porque es algo que nos pasa a todos a todo nivel, transcultural, transgeneracional.
—¿Ese límite que hace Pilar lo sentís vos también al decir ¡basta ya! en esta era de pañuelos verdes?
—Yo creo que las mujeres venimos desde hace mucho tiempo luchando por nuestro derecho y es un movimiento mundial, y que no solamente es de las mujeres sino que también es gracias a los hombres que se suman a esta lucha. Cosas que hasta hace cinco años eran tomadas con gracia o como algo que se naturalizaba, gracias a Dios la sociedad no lo está permitiendo más. Y en este sentido sí me siento parte de esta generación o más que una generación, sino que me siento parte de esa masa de mujeres que hay cosas que ya no las toleran y que los hombres tampoco la están tolerando. Es que no se podría hacer todo esto solamente de un lado solo, ¿verdad?