Emma Watson siempre supo como mantener a raya a la prensa de corazón. Si bien, desde que saltó a la fama con la saga de Harry Potter, la actriz británica de 31 años, estuvo en la mira de los paparazzi, se las arregló muy bien para mantenerlos a raya. Hubo rumores, claro, pero la sangre nunca llegó al río y ella se mantuvo sonriente y diáfana, como la consagrada estrella de Hollywood que es.
En el último tiempo, ante su ausencia de las carteleras, mucho se especuló sobre en qué anda y a qué se dedica y todos los cañones apuntaron a su relación con Leo Robinton, un misterioso emprendedor que regentea un negocio de venta de marihuana legal en California que, como la propia intérprete británica, sabe muy bien como mantener protegida su vida privada de los curiosos.
La versión que sonó más fuerte en los últimos días aseguraba que la joven, cuya última aparición cinematográfica fue en la versión fílmica del clásico literario "Mujercitas", iba a dejar la profesión, una idea con la que coquetea hace años, para casarse con Robinton y formar una familia. La especie no fue confirmada, pero circuló con fuerza en los portales de chismes de figuras del espectáculo.
Frente a esta catarata de publicaciones fue la propia Watson quien puso fin a los rumores. Después de una larga ausencia, reapareción en Twitter y, con tres breves posteos, le mando un mensaje claro y contundente mensaje a sus seguidores que fue, claramente, un tiro por elevación para la prensa que se desvive por ventilar la vida privada de las estrellas.
“Queridos fans, los rumores sobre si estoy prometida o no, o si mi carrera está inactiva o no, son formas de crear clicks cada vez que se revela si son verdad o no”, escribió en la primera publicación. Y poco después agergó: “Si tengo noticias, prometo que las compartiré con ustedes”,.
"Estoy pasando la pandemia tranquila"
“Mientras tanto, tengan en cuenta que si no hay noticias sobre mí simplemente significa que estoy pasando la pandemia de forma tranquila, como hace la mayoría: equivocándome al hacer pan de masa madre, cuidando de mis seres queridos y haciendo todo lo posible por no propagar un virus que todavía afecta a mucha gente”, continuó la actriz.
“Les mando mucho amor, espero que estén bien y felices como se pueda en estos tiempos extraños. Y de nuevo, gracias a todos los que están trabajando duro para mantenernos sanos y salvos”, concluyó Watson, que no publicaba en la red social desde agosto de 2020.
El agente de la actriz desmintió el pasado febrero que la actriz estaba retirada de la actuación. “Las redes sociales de Emma están inactivas, no su carrera”, declaró Jason Weinberg.
Watson no ha aparecido en ningún proyecto desde 2019, año en que estrenó “Mujercitas” con dirección de Greta Gerwig. Sin embargo, esto no es extraño en la carrera de la intéprete, ya que antes había estado dos años sin participar en ninguna producción después de que en 2017 protagonizara el thriller “El círculo y “La bella y la bestia” para Disney.
Emma y el joven empresario originario de Los Ángeles de 30 años, que trabajó vendiendo cannabis legal en Los Ángeles, están en pareja hace casi dos años.
Watson habló varias veces de su postura reservada a la hora de dar a conocer una relación: “No puedo hablar de mi pareja en público y después esperar que no nos saquen fotos paseando por la calle”, dijo en una entrevista con Vanity Fair en 2017. “Creo que ir con tu novio a una alfombra roja, de alguna manera lo hace formar parte de todo esto. No me gustaría que la persona con la que estoy sintiera que está involucrado en una especie de circo”.
La actriz británica salió anteriormente con el actor Chord Overstreet, con quien mantuvo un breve romance en 2018. Esa mismo años fue vista en una escapada romántica con Brendan Wallace, un exitoso empresario de 36 años y uno de los inversores iniciales de Cabify.
No era la primera pareja que la intérprete se fijaba en hombres que se dedican al mundo de las empresas y negocios. Antes de salir con el actor de la serie televisiva “Glee”, Watson mantuvo una relación de dos años con William Knight, un desarrollador tecnológico.