Claudia Lapacó llega a Rosario en la piel de Filomena Marturano, junto a Antonio Grimau y un elenco muy particular: los tres jóvenes hijos de Lapacó en la ficción son artistas rosarinos. La obra, también llamada "Filomena Marturano", se presenta mañana, a las 20, y pasado mañana, a las 19, en el teatro Broadway.
Sucede a veces que personajes del cine o del teatro conquistan el corazón del público, ya sea por su valentía, su entrega o su capacidad de amar. Es el caso de la eterna Filomena Marturano, protagonizada por la inolvidable Tita Merello en los años 50, o por Sophia Loren en "Matrimonio a la italiana", junto a Marcello Mastroianni y dirigidos por Vittorio de Sica.
"El drama ya está", cuenta Claudia Lapacó. "Filomena es una mujer analfabeta, que viene de la miseria, prostituta desde los 17 años, está con un hombre que la trata como una esclava, tuvo tres hijos que pudo criar con mucho esfuerzo; pero en esta versión se ha puesto en valor la parte de comedia, porque se le ha agregado música napolitana, algunas escenas de canto y baile y momentos de humor que le van perfecto".
La obra, estrenada en 1946 en Nápoles por Eduardo de Filippo, cuenta la historia de una mujer que se dedicó a la prostitución para mantener a sus tres hijos. Tiene un amante mayor que ella, Doménico, a quien quiere convencer para casarse y mejorar su vida y la de sus hijos.
"Cada actor tiene que encontrar cuál es la esencia del personaje; me gusta que la gente vea a Filomena con los ojos de la primera vez, ahí está el secreto de cómo está dirigida y que vean algo nuevo y distinto", explica Lapacó. "Uno no puede dejar de querer a esta Filomena, que con la vida que ha tenido tiene un sentido de la moral, de la dignidad; admiro también su sentido de familia, su amor por sus hijos, por eso estoy tan orgullosa de representar este rol, porque si bien en las dos primeras escenas con Doménico ella está llena de reproches y muestra su vulgaridad, en otra escena con sus hijos es totalmente distinta, les confiesa quien ha sido, cómo los quiere y los mantuvo con el dinero de Doménico sin que ellos lo supieran; ya en la última parte se siente valorada y querida, y Filomena cambia otra vez".
Rosarinos en escena. Aclamada por la crítica, esta versión teatral de "Filomena Marturano" se mantuvo en cartelera durante 8 meses en Buenos Aires, dirigida por Dany Mañas y con la participación de los rosarinos Ignacio Pérez Cortés, Adrián Pajhon y Luciano Correa. Acompañada por Antonio Grimau, a quien Lapacó describe como un gran actor y compañero, siempre de buen humor, Claudia se toma un momento para destacar el talento de los jóvenes rosarinos que "son muy estudiosos, cantan, bailan y actúan, están muy preparados y han estudiado comedia musical, son maravillosos".
El elenco se completa con Natalia Cociuffo, Abián Vainstein y Milagros Almeida y fue la comedia con más nominaciones a los premios ACE (Asociación de Cronistas del Espectáculo de la Argentina), incluyendo Mejor Comedia, Mejor Actriz y Mejor Productor.
"Es una obra maravillosa, el teatro se defiende con el texto, se siente respirar al actor, está vivo y siempre cambia, el actor no repite sino que recrea en cada función; yo en el teatro doy todo, hacer teatro me energiza, no me canso nunca", cuenta la actriz, que a sus 75 años, sigue reconociendo que su vida pasa por el teatro, es su pasión, lo que abrazó desde muy chica y lo que quiere seguir haciendo.
"Yo tuve una vocación muy temprana, ya en el colegio me elegían para bailar, cantar y recitar, a los 12 años empecé a estudiar teatro, toda mi vida fue así y mis padres por suerte acompañaron mi decisión", contó la actriz.
Lapacó reconoce que, con el esfuerzo de toda una vida, tuvo la oportunidad de seguir mejorando, y aseguró que los roles más importantes le llegaron en los últimos veinte años. En su juventud estudió en Paris, pero aclara que al día de hoy sigue aprendiendo.
Mira hacia atrás y reflexiona que todo lo que le tocó vivir, lo consideró lo mejor para ese momento. "A veces fue el espectáculo, a veces fue la posibilidad de conocer gente con la que no había trabajado antes, a veces fue el encuentro con un director o compañeros que me dejaron alguna enseñanza", recuerda.
Y concluye que lo mejor está en el futuro. "Aunque el futuro ya me alcanzó, porque tengo mucha menos cuerda, pero si tengo un pedido para hacer, que es actuar hasta el día de mi muerte; además la actuación no tiene edad, si te sigue respondiendo la cabeza y el cuerpo, siempre hay un nuevo rol para interpretar. En «Filomena...» hago unos pasitos de baile al final, un vals, así que imagínate... ¡el teatro me llena de energía!".