"El implacable", los veteranos dan pelea
Calificación: ***. intérpretes: Jackie Chan, Pierce Brosnan, Ray Fearon, Rory Fleck Byrne y Michael McElhatton. Dirección: Martin Campbell. Género: Thriller de acción. Salas: Monumental, Showcase, Hoyts y Village.
El tiempo pasa y hay que reinventarse. A los sesenta y pico de años, Pierce Brosnan ya no está para James Bond y Jackie Chan ya no puede repartir patadas durante dos horas. Por suerte, hay producciones con cierto equilibrio que les permiten lucirse sin necesidad de trucos ni papelones. "El implacable" es un buen ejemplo. Este es un thriller político con elementos de acción y testimoniales, que hace eje en (una más y van) el tema de la venganza. Chan interpreta a Quan, el dueño de un pequeño restaurante londinense que quiere vengar la muerte de su hija, que falleció en un atentado de un brazo rebelde del IRA. Brosnan es Liam Hennessy, actual viceministro de Irlanda del Norte que reniega de su oscuro pasado como miembro del IRA. Ante la falta de respuestas de las autoridades, Quan empieza el tortuoso camino de la justicia por mano propia, y así también se revela su pasado como operador militar en la Guerra de Vietnam (algunas escenas a lo Rambo están servidas, claro). El director Martin Campbell —responsable de 007 en "GoldenEye" (1995) y "Casino Royale" (2006)— vuelve a demostrar su oficio y mantiene la tensión en todo momento, más allá de que el guión es esquemático y las vueltas de tuerca no sorprenden tanto. Campbell además no descuida la verosimilitud ni el perfil humano de sus personajes, y en los combates cuerpo a cuerpo sustituye la espectacularidad impostada con ingeniosas coreografías.
"Asuntos de familia", entre tres mundos
Calificación: ***. Intérpretes: Amer Hlehel, Mahmoud Shawahdeh, Maisa Abd Elhadi, Jihan Dermelkonian y Hanan Hillo. Dirección: Maha Haj. Género: Comedia. Salas: Cines del Centro.
La familia de Maisa, uno de los personajes protagonistas de “Asuntos de familia”, se divide en varios mundos. El grupo -de origen palestino y parte de ellos viviendo en Israel- está fragmentado, no en sus afectos, sino territorialmente. Ella vive en Ramallah con su marido; uno de los hermanos en Suecia y el otro en Ramallah. Los kilómetros que los separan son una metáfora de la incomunicación que los invade, empezando por los padres de Maisa que ya casi no se hablan.
El hijo que vive en Suecia intenta un acercamiento y los invita a pasar unos días, pero cuando llegan repiten el mismo ritual, solo que en lugar de hacerlo frente al televisor lo hacen frente a un lago. El hermano de Ramallah es un artista que no termina de convencerse si merece la pena sacrificar su soltería por más que la candidata parezca la mujer perfecta para él. El conflicto entre palestinos e israelíes no está ausente, pero no se transforma en el tema central, sino que funciona como un condicionante capaz de generar tensiones en una pareja inestable por naturaleza. La directora Maha Haj, premiada en el Festival de Cannes por este filme que marca su debut en el cine, intentó encarar los temas que la preocupan con una cuidada fotografía, un guión dinámico y un humor sensible a los pequeños dramas.
Por Rodolfo Bella
“En defensa propia”, esta película ya la vi
Calificación: **. Intérpretes: Bruce Willis, Hayden Christensen, Ty Shelton, Megan Leonard, Gethin Anthony. Dirección: Steven C. Miller. Género: thriller. Salas: Hoyts, Monumental, Showcase y Village.
difícilmente “En defensa propia” sea de esas películas que queden en la memoria del espectador. Por momentos es mucho menos que un chicle, porque los Bazooka al menos dejan un gustito a fruta en la boca. Esta es la historia de Will (Hayden Christensen), un empresario ocupadísimo que al ver que su hijo Dany (Ty Shelton) sufre bullying en la escuela decide llevarlo a cazar ciervos, en una supuesta iniciación a la hombría. Will no tiene mejor idea que llevarlo a su pueblo natal, allí donde su padre, desaparecido en circunstancias extrañas, lo contactó con la naturaleza, con la caza, y aceitó el vínculo familiar entre ambos. Miller quiso utilizar la trillada la máxima “pueblo chico-infierno grande”, pero no lo logró. Le salió un relato poco claro, pretencioso, plagado de lugares comunes y encima con actuaciones flojas en escenas menos creíbles todavía. Como caballito de batalla disfrazó de villano a su actor fetiche, el ex “Duro de matar” Bruce Willis, que ya lo había tenido en sus filas en “El gran golpe”. Pero Willis ya no es lo que era, si alguna vez lo fue, y su rol de policía justiciero primero y corrupto después luce desdibujado, forzado, sin matices. El nudo del conflicto se dispara cuando secuestran a Dany en medio de la cacería de ciervos, porque fueron testigos de algo que no deberían haber visto. En ese intríngulis Will matará a una persona para salvar la vida de su hijo, sin saber que su víctima es un policía, lo que dará inicio a otro problema más. La película se torna chata, nunca atrapa al espectador y tiene toda la onda de las películas de “Sábados de Súper Acción”, cuando se miraba tele para matar al hastío. Con la diferencia que en aquellos años estaba todo por descubrir. Y acá es todo tan visto y repetido que aburre.
Por Pedro Squillaci
“Arpón”, la ira de Aguirre, el director
Calificación: **. Intérpretes: Germán de Silva, Ana Celentano, Laura López Moyano y Nina Suárez Blefari. Dirección: Tom Espinoza. Género: drama. Sala: Hoyts, Showcase.
En”Arpón”aparecen varias historias por contar, pero sólo se cuenta una de ellas y no se la cuenta bien o la historia presume una expectativa superior a lo relatado. De Silva interpreta al director de un colegio del agreste conurbano bonaerense donde los alumnos y los profesores hacen lo que pueden, en un micromundo no tenido demasiado en cuenta por nadie. Las opciones son tan escasas como el asfalto y la buena iluminación en el barrio que rodea al colegio. Vale aclarar que la escuela en cuestión está atravesada por la marginalidad y la violencia, y su director, Aguirre, un hombre de doble vida -rígido durante el día y yendo de putas por las noches- es sobre todo un violento, y dicha violencia la ejerce todo el tiempo contra el que sea. Aguirre, también, parece vivir obsesionado por encontrar droga en las mochilas de los alumnos y tiene entre ojos a una chica que se niega a abrirle su mochila. El eje del filme pasa por esta relación. Aguirre no parece un director de escuela, tiene un perfil más cercano a un militar retirado. Es difícil saber si hay directores de escuela parecidos a él. “Arpón” amaga en un momento con transformarse en un thriller pero el relato se diluye rápidamente por culpa del guión.
Por José Cavazza