Bersuit levantó la llama de su ritual festivo y contestatario
La fiesta, la actitud contestataria, el delirio y el karma rockero son las
cuatro ruedas de ese colectivo humano de nombre Bersuit y apellido Vergarabat. Fieles a su
historia, la banda porteña liderada por Gustavo Cordera conmovió a los miles de jóvenes que el
sábado pasado coparon el Estadio Cubierto de Newell"s.
9 de junio 2008 · 01:00hs
La fiesta, la actitud contestataria, el delirio y el karma rockero son las
cuatro ruedas de ese colectivo humano de nombre Bersuit y apellido Vergarabat. Fieles a su
historia, la banda porteña liderada por Gustavo Cordera conmovió a los miles de jóvenes que el
sábado pasado coparon el Estadio Cubierto de Newell"s.
"¡Maldita espera!" gritaron los pibes. Era parte de la letra de "Qué pasó",
primer tema de la noche, pero venía bárbaro para graficar el aguante de los fans, tras más de dos
años de ausencia de la banda por los escenarios locales .
Con el pijama en el ropero, los Bersuit salieron vestidos con un conjuntito
negro informalmente formal. Los ocho integrantes del grupo estuvieron acompañados por otro grupo de
percusionistas y guitarristas que daban la imagen de conformar la gran familia.
La esencia de Bersuit es inquebrantable. Música de murga, rock, cumbia y baladas
para relatar temibles realidades sociales, infiernos personales y vomitar odios contra los
gobiernos hipócritas de aquí y de allá. Fueron 26 canciones en más de dos horas y cuarto de show,
en un frenético recorrido que incluyó clásicos inoxidablescomo "Murguita del sur", "El viejo de
arriba" y "El gordo motoneta" combinados con los himnos de la banda, que llegaron sobre el final, y
la presentación de los temas de "—", el nuevo CD.
"Laten bolas" el corte de esta obra recibió una adhesión inmediata. "Mi vida" y
"De ahí soy yo", con imágenes sobre una pantalla, ampliaban el abanico temático del disco.
Flameando una bandera del Che, el Pelado lanzó "Que siga viva la rebelión en todos nosotros", para
anticipar "Rebelión".
Mostrado como un buen conjunto de individualidades, "Humor linyera" jerarquizó
la propuesta de Bersuit, de la mano de Juan Subirá, un escalón más arriba de la desprolija
interpretación de Alberto Verenzuela en "Ebrio de sinrazón". Por su parte, el Cóndor Sbarbati se
volvió a lucir con su voz en "Qué pasó" y "En la ribera", opacando la labor de Daniel Suárez,
mientras Oscar Righi, Pepe Céspedes y Carlos Martín ofrecieron su habitual soltura
instrumental.
El descontrol es otra faceta de Bersuit. Y apareció en temas como "Tuyú", con
una tediosa cantata Hare Krishna, con coreografía incluida. Lo más alto del show pasó por el final,
con la crítica a la polémica gobierno-campo ("Acá hay buena leche, nuestra leche no se tira por el
suelo"), el pogo interminable de "La bolsa" y el tiempo heavy de "Yo tomo". La fiesta, la actitud
contestataria, el delirio y el karma rockero. Bersuit sigue rodando.