El dúo Baglietto-Vitale está de regreso. En verdad, nunca se fueron. Los 32 años en la ruta de la música popular lo confirman. Pero esta vez llegan con un show de “canciones intervenidas”, al menos esa es la pequeña excusa que encontraron para juntarse a tocar. Como hacen los amigos cuando salen a zapar, ellos mantienen esa impronta. Y lo van a demostrar, por si hiciera falta, esta noche, a las 20.30, en el teatro El Círculo, cuando el rosarino y el nativo de Villa Adelina se presenten junto a Jano Vitale (hijo de Lito), en bajo; y Martín González Puig (hijo de Lucho González), quien esta vez tocará la batería en reemplazo de Julián Baglietto (hijo de Juan). Sobre los vínculos amistosos y de familia, la música popular, el tango, la vigencia del dúo y el futuro disco solista del líder de la Trova Rosarina, desandó esta charla con Juan Baglietto, o simplemente Juan, sí, ese que la clava en el ángulo cada vez que canta. El mismo que no tiene que levantar la copa del mundo para ser el campeón de los campeones a la hora de cantar rock, tango, folclore o lo que le pinte. Y siempre le pintan buenas canciones.
—Sí, pero los dos que están con nosotros tocan porque son nuestros hijos pero básicamente porque son buenos músicos, y Martín también, si fueran unos paquetazos infernales no estarían acá. Mis tres hijos varones salieron músicos y Joaquín, no sabés lo que canta, es más, él hace de mí en la serie de Fito que se va a estrenar en Netflix, además caracterizado es increíble. Y tiene 25, 26 años, que es más o menos la edad que teníamos nosotros cuando desembarcamos en Buenos Aires a fines del 81, yo andaba por los 27, por ahí, qué se yo.
—Ahora, bien, ¿cómo te atraviesa esto que ahora se estrena una serie sobre la vida del pianista que tocaba con vos en los 80 y el que hace de vos encima es tu hijo, te causa gracia, curiosidad, te asusta el paso del tiempo?
—(Risas) No, gracia no me causa, no, yo me río pero me sonrío, para mí es un honor. A mí me causa una gran ternura, en realidad es la confirmación de que tenemos una relación que está buenísima, a mí me encanta porque quién va a hacerlo mejor que él. Además, no reniega de hacerlo, quiero decir, a él le gustó mucho hacerlo, no tiene un conflicto de competencia conmigo y a mí me enorgullece verlo a él en su faceta de actor, porque además es bueno actuando y es muy buen cantante, ya lo había demostrado en Pum, una banda que llegó a grabar en Abbey Road. Y Julián, que ahora no está con Huevo pero van y vienen, está trabajando en un disco suyo solista y a la vez está produciendo un disco mío solista.
Juan Carlos Baglietto: Piedra y Camino - Lito Vitale a la Medianoche
—Claro, porque trabajaste con Vitale, con la Trova, con Jairo, pero el último disco tuyo es “Sabe quien”, de 2006, hace mucho tiempo.
—Sí, es un montón, estoy trabajando, escribiendo y laburando con Sandrita Corizzo, que estuvo musicalizando cinco o seis canciones y supongo que eso será la base de mi próximo disco, un álbum, qué se yo, el disco no existe más, no sé si hacerlo también en físico, porque es un esfuerzo que nos deja contentos a los artistas nada más, pero no hay ni donde escucharlo.
—¿Y pensaste un concepto o un título?
—Sí, título sí, pero es un poco grosero, así que no sé si lo voy a terminar poniendo. “La teoría del chancho” lo quiero llamar.
—Ah, ¿por eso de la culpa no la tiene el chancho sino del que le da de comer?
—No, la frase es más grosera por eso te decía, pero tiene que ver con que el chancho no tiene levante por lindo sino por insistidor (risas).
—¿El chancho, para el caso, serías vos?
—Claro, el chancho sería yo, porque insisto, insisto, insisto, insisto, pero bueno, el chancho serían todos los que tienen porfía, los que no se rinden fácilmente. Y va a ir por la onda de las canciones populares o la cosa folclórica de proyección. Pero, bueno, es un proyecto en marcha, pero proyecto por ahora. Por lo pronto salimos de gira de nuevo con Lito, como hace tantos años.
—Y por lo pronto la gira tiene como novedad un show de “canciones intervenidas”, así al menos lo anuncian.
—Claro, bueno, eso es un concepto del Donvi (así lo llamaban al padre de Lito y Liliana Vitale). El decía que nosotros los intervenimos los tangos, básicamente los tangos, pero el show tiene segmentos, y por supuesto que se van a encontrar con un Baglietto-Vitale original (lo dice “oríyinal”, como suena en inglés), no esperen ver fuegos artificiales o a los dos con peluca, digamos. Lo nuevo es que metimos algunas canciones que hemos traído al presente, los clásicos y dos fragmentos: uno referida a los 40 años de democracia y otro en el que hemos incorporado algunas músicas de tango que nunca nos habíamos metido, por ejemplo el tango preferido de Donvi y el tango preferido del Tito, nuestros papás, en versiones que hacíamos nosotros. Y hemos agarrado algunas canciones que no nacieron como tango y le hemos dado ese carácter, como “Viernes 3 AM”, de Serú; “El otro cambio, los que se fueron”, de Nebbia; o “Sobre la cuerda floja”, de Fito, al estilo de esta mirada más relacionada con el tango.
—¿Con el paso del tiempo se sienten más tangueros, más rockeros, más folcloristas o más clásicos?
—Y, más músicas populares, que es un gran supra grupo que, valga la redundancia, agrupa música argentina básicamente, no hacemos tango como los tangueros ni folclore como los folcloristas. Si se quiere tenemos una versión más rockeras de esas músicas.
—De todos modos, no hay nadie que haga lo que hacen ustedes.
—Sí, pero además sucede que en general no hay grupo que dure más de treinta años. Lo que pasa es que somos amigos, pero además tenemos coincidencias extra escenarios, aunque tenemos diferencias también: ni él piensa como yo ni yo como él en absolutamente todo; pero somos gente que respeta básicamente lo que piensa el otro, aunque no estemos de acuerdo, y eso es importantísimo. Además, no competimos, lo digo siempre, muchas veces a los grandes talentos instrumentales les rompe las bolas acompañar a los cantantes, viste, o sea ceden el virtuosismo a ponerse al servicio a regañadientes de un cantor o una cantante, como si acompañar fuera un trabajo menor. Acá no pasa eso, acá los dos estamos al servicio de un tercero que se para entre nosotros dos y que es el dúo, o sea laburamos para un tercero que es Baglietto-Vitale.