Desde el miércoles y hasta ayer más de 15.000 chilenos ingresaron a Mendoza en lo que constituye un verdadero y el mayor aluvión turístico registrado en Semana Santa. Algo similar, aunque en menor proporción, sucedió con la visita también de chilenos a Bariloche. Ambos destinos, está claro, comparten con el país vecino la cordillera de los Andes.
Cuando los feriados se dan en ambos países y por corto tiempo, los visitantes chilenos suelen aprovechar al máximo esas horas, aunque en el cruce a nuestro país deban soportar grandes colas en los pasos aduaneros. Es lo que sucedió (y hoy se estima que se verá otro tanto) en el Complejo Los Horcones del Centro de Frontera de Cristo Redentor (Mendoza), donde las autoridades argentinas dispusieron ocho puntos de atención.
La cantidad de chilenos fue tal que a pesar de las cabinas los turistas vecinos sufrieron una espera que superó las dos horas y media.
“Si medimos desde el último vehículo que estaba a la altura del ingreso al Aconcagua, hasta salir ya documentados con destino a Mendoza, el máximo de hora de espera son tres horas en Horcones”, dijo a MendozaOnLine Justo José Báscolo, jefe del Centro de Fronteras y Coordinador del Paso Internacional.
Los turistas chilenos eligieron en masa viajar en auto particular ya que el precio del combustible en la Argentina les representa cuatro veces menos que en su país.
“Los chilenos que ingresaron hasta ayer ya superaron la proyección. Vienen por compras y por todo lo vinculado al wellness, además de hacer enoturismo”, dijo al diario La Nación la ministra de Turismo de Mendoza, Nora Vicario, quien aseguró que la provincia cerrará la Semana Santa con 96.700 visitantes argentinos y extranjeros, con una ocupación de 100% en los vuelos.
El tipo de cambio, y la devaluación de la moneda argentina, atrae a los chilenos, dueños de una economía más sólida en las últimas décadas, sin picos ni devaluatorios ni inflacionarios.
“Los precios son súper convenientes. En la mayoría de los productos hay diferencias importantes, y nos viene bien para ahorrar y tener stock por un tiempo. Es un gran plan venir a Mendoza”, comentó Andrea al corresponsal de La Nación, otra visitante chilena que hacía cuentas en la calculadora del celular para ver cuán barato le costaba el aceite. En Chile, por caso, el bidón de tres litros de aceite de girasol sale 10.000 pesos chilenos, lo que equivale a unos 2.600 pesos argentinos. Ese producto, que Andrea colocó en el carrito, se lo llevó por 1.100 pesos argentinos.
Así, en múltiples productos. El promedio es que en Chile los mismos artículos les cuestan a la gente un 130% más como mínimo. Sin siquiera tener en cuenta que los precios están tomados al cambio ofical; esto es 1 peso chileno a 0,26 pesos argentinos, por lo que si se toma como base la cotización del dólar blue, con un equivalente hoy de 1 peso chileno por 0,395 pesos argentinos, la diferencia a favor de los chilenos es notablemente superior.
De ahí que, según el corresponsal de La Nación, los chilenos llegan con dólares y suelen cambiarlos en el mercado paralelo, más allá de la opción de acceder al Mercado Electrónico de Pagos (MEP), que es especial y legal para los extranjeros, a un valor similar.
“Nos encanta Mendoza. Muy rica la gastronomía y los vinos son espectaculares. Además, aprovechamos para hacer compras de supermercado, ya que hay alimentos, bebidas y prendas de vestir a bajo costo. Está bacán hacer turismo y también poder comprar barato”, contó otra mujer, Teresa, una turista chilena que viajó con familiares y amigos, que se aprestaba a pagar la cuenta en un reconocido hipermercado.
Entre los demás productos que se llevan están los chocolates, bebidas alcohólicas, gaseosas, condimentos y diversas prendas y calzados y hasta el alimento para las mascotas.
En tanto, los medios chilenos vienen haciéndose eco de estos movimientos de sus ciudadanos. “Los chilenos están viajando a Mendoza para comprar víveres, dado que la diferencia de precios con los supermercados del país hace mucho más conveniente adquirir productos como el aceite y arroz”, indica la prensa chilena. “Con una política de precio justo que fija el máximo a cobrar de algunos elementos de la canasta básica, compatriotas han aprovechado la oportunidad y en algunas localidades incluso se ha discutido levantar un máximo de compras a turistas”, destacan.
De igual forma, las autoridades aduaneras de Chile advierten a sus compatriotas las limitaciones en las compras cuando regresan a casa. “La franquicia del turista comprende dos cartones de cigarrillos por cada mayor de 18 años, 2,5 litros de alcohol, notebooks, celulares, además de medicamentos. También se incluye dentro del equipaje hasta 300 dólares en obsequios y está exento del pago de impuestos”, indicaron. Eso sí, dejaron en claro que permiten “compras normales de supermercados” pero que no se puede ingresar con grandes packs o bultos de carácter comercial de un mismo producto. En esos casos se aplicarán los correspondientes impuestos.