El conflicto entre los gremios aceiteros y las cerealeras por la negociación salarial no se reduce a un simple desacuerdo de actualización salarial sino que muestra un juego de tensiones que van desde la restitución del impuesto a las Ganancias a la rentabilidad de las agroexportadoras. El desenlace, aún incierto, podría marcar el termómetro de discusiones de otros convenios.
La disputa escaló de manera rápida y contundente con una medida de fuerza que paralizó las terminales portuarias de la región Rosario por donde sale el grueso de la producción nacional y de donde se nutren las reservas del Banco Central. Parar la actividad es presionar el botón rojo de la economía. El conflicto no había tomado esta temperatura ni siquiera en la negociación de abril cuando la inflación aún estaba en niveles altos y el gobierno buscaba ponerle techo a las paritarias amenazando con la no homologación.
Esta vez se llegó a la reunión del lunes entre los gremios representados por la Federación de Trabajadores del Complejo Oleaginoso (FTCIODyARA) y el Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros (SOEA) del departamento San Lorenzo, donde se encuentran las grandes agroexportadoras como Bunge, ADM, Vicentin, Cargill, Molinos y Dreyfus, y las empresas nucleadas en la Cámara de la Industria Aceitera (Ciara), su par cordobesa Ciavec y de biocombustibles Carbio. La reciente reincorporación de la cuarta categoría de Ganancias se coló en la discusión.
La negociación de aceiteros
La reunión, la tercera de la negociación, duró ocho horas y no tuvo acuerdo. Los sindicatos no aceptaron la propuesta de un 10% y otro 5%, que se suma al 77% de aumento que se dio en el año y que emparda a la inflación anual. Un trabajador recién ingresado cobró $1.240.000 desde abril, aunque con antigüedad y extras pueden duplicar largamente esa cifra. El gremio pide $1.550.000 de piso, un 26% más desde entonces, es decir, lejos aún de lo ofrecido.
Las cerealeras sostuvieron que los representantes de los trabajadores “presionan por un aumento mayor y por el impacto de Ganancias”. La hipótesis que sobrevuela es que los gremios estarían buscando compensar en la paritaria el descuento del tributo nacional que volvió a impactar en los sueldos con la restitución mencionada.
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Daniel Yofra, líder de Aceiteros
“Los gremios alegan que el tema Ganancias es un problema y entonces piden algo que está muy encima de la inflación”, se limitaron a decir off the record en la agroexportación. Por su parte desde Ciara mencionaron el tema en el comunicado y afirmaron que “es un problema ajeno a la industria que como todo tributo, aprobado por el Congreso, se debe pagar”.
El gremio descarta desde el vamos que estén buscando compensar Ganancias y dicen que es un argumento de las aceiteras para hacer ruido. "Uno sabe el semblante de las reuniones después de tantos años. Las empresas están especulando, y ya lo han dicho en varios medios, que quieren un valor soja y un valor de los commodities en dólares muy arriba de lo que está hoy", aseguró a Radio Gráfica el secretario general de la Federación Aceitera, Daniel Yofra.
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Por esta interpretación gremial, prendió el conflicto y la respuesta de las aceiteras al paro llegó incluso antes de la comunicación oficial de los gremios. La respuesta empresarial fue picante arrojando los números que cobran los trabajadores aceiteros, de los más altos que se encuentran en el país. Ciara se encargó de pasarlo en limpio: “Actualmente, más del 60% tiene ingresos mensuales por encima de los 2.8 millones de pesos”.
El contrataque de las cerealeras
Eso también dio pie para sugerir que la pelea de fondo del gremio es por Ganancias ya que, con esas cifras, la mayoría de sus afiliados paga el tributo. Los salarios altos y de actualización constante como el de aceiteros tienen un doble filo: deben pagar por porcentajes más altos porque sus sueldos aumentan y trepan más rápido en las escalas.
"Siempre pasa lo mismo, cuando están buscando algo, algún beneficio por parte del gobierno, entonces no quieren arreglar con nosotros", señaló Yofra al sostener que las empresas pretenden forzar una devaluación que el gobierno de Javier Milei dijo que no hará.
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La de Ganancias no es una discusión actual, de hecho, en alguna oportunidad los gremios habían planteado avanzar con algún esquema de compensación que espantó a las aceiteras. Claramente la exención o modificación del tributo es una discusión que sólo puede saldarse por ley o decreto y a eso se aferran. Tras la reciente aprobación en el paquete de la Ley Bases parece complejo que se debata.
Lo que viene
Hace dos semanas, la Federación y el Soea en conjunto, realizaron una asamblea donde se mandató a tomar medidas de fuerza tras la recomposición de la escala tributaria que se había quitado en 2023, pero no se puso fecha. Hay quienes vinculan aquella decisión con una estrategia de aprovechar el marco de la negociación salarial para avanzar en la acción. El gremio fundamenta que lo ofrecido es "una provocación de parte de las empresas" y por eso lanzaron la huelga.
Si de alguna manera el tema termina siendo negociado en la mesa paritaria podría sentar precedente para otras ramas. Es un conflicto laboral que está latente en los convenios premium de las actividades más pujantes de la economía. Por ejemplo, la semana pasada la Federación Argentina de Petróleo, Gas y Biocombustible (FASiPeGyBio) anunció un paro por tiempo indeterminado en reclamo en contra de la restauración de la cuarta categoría. Dejar sin combustibles o sin divisas al país tiene su riesgo.
Según informaron fuentes gremiales, la primera jornada de paro aceitero fue contundente, y, claramente, pegó fuerte en el negocio agroexportador. "Llamamos a los líderes sindicales a levantar la medida rápidamente, a volver a la mesa de negociación de las paritarias y evitar planteos políticos que son ajenos a la realidad de una industria que paga salarios muy por encima de la media nacional", reprocha desde la industria aceitera.