Lejos de ser una simple decisión administrativa, la jugada de Miguel Rabbia de armar un bloque aparte en el Senado santafesino es un mensaje del espacio de Marcelo Lewandowski hacia la Casa Gris y el amplio espectro del peronismo santafesino.
Por Mariano D'Arrigo
Marcelo Lewandowski y Miguel Rabbia, protagonistas de una movida que repercute en el peronismo santafesino.
Lejos de ser una simple decisión administrativa, la jugada de Miguel Rabbia de armar un bloque aparte en el Senado santafesino es un mensaje del espacio de Marcelo Lewandowski hacia la Casa Gris y el amplio espectro del peronismo santafesino.
Desde el entorno del actual senador nacional explicaron que al inscribir un bloque unipersonal buscan "mostrar autonomía" para poder marcar diferencias con el Ejecutivo. Tanto sobre la gestión como acerca del armado electoral.
“Entendemos que se puede hacer una construcción distinta”, plantearon.
En el núcleo del ex senador por Rosario no cayó nada bien la aparición de algunos afiches con la cara del gobernador Omar Perotti, el diputado nacional Roberto Mirabella y el propio Lewandowski.
En realidad, el grupo del ex comentarista de Fútbol para Todos vienen acumulando ganas de intervenir ante distintos temas. No lo hicieron, aseguraron, para no exponer a cielo abierto las diferencias en temas sensibles.
Por ejemplo, los descuentos a los docentes que hicieron huelga (“una medida que no es de un gobierno peronista”, cuestionaron) o la ola de violencia que azota a Rosario.
Desde el riñón político de Lewandowski remarcaron que si bien sellaron un acuerdo con el gobernador nunca fueron perottistas.
Lewandowski saltó del periodismo a la política de la mano de Encuentro por Santa Fe, el espacio que tiene a María Eugenia Bielsa como principal referente y al ex diputado provincial Marcelo Gastaldi como principal armador.
Triunfó en sus primeras dos elecciones a dos figuras de peso de la política santafesina -en 2019 se impuso a la entonces intendenta de Rosario Mónica Fein y en 2021 le ganó con comodidad a Agustín Rossi- y perdió el invicto en las generales con Carolina Losada.
“El año pasado Marcelo fue candidato a senador porque desde Nación vieron que era el que mejores números tenía, no porque Omar se lo haya ofrecido”, indicaron.
Al igual que en otras carpas de la gran toldería del peronismo santafesino, en la tribu a la que pertenece Lewandowski deslizan que el gobernador no retribuyó políticamente a quienes construyeron el triunfo en 2019.
Ahora, advirtieron, busca imponer a su propio candidato al conjunto del PJ provincial y convertirse, tal como lo hizo Miguel Lifschitz, en jefe de la oposición desde la presidencia de la Cámara de Diputados.
“Hay muchos compañeros enojados, que se sienten excluidos. Si apostamos a que el gobierno siga siendo justicialista tenemos que hacer otra cosa. Tenemos que abrir el juego. Estamos dispuestos a hablar con todos”, remarcaron.
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Consciente de que es, por lejos, el dirigente peronista que más mide, Lewandowski transita con precaución las vueltas antes del momento de definiciones. En ese recorrido, administra la velocidad y trata de evitar los errores no forzados.
Tiene frente a sí tres hojas de ruta posibles para recorrer el 2023: quedarse en el Senado, pelear por la Gobernación o competir por la Intendencia. Cerca suyo repiten que si Javkin salta a la escena provincial, “Rosario está de remate”.
“Si las definiciones se pasan a abril estamos a cinco meses, que en Argentina es un montón. Además, juegan otros factores: hay que ver si el candidato nacional plantea que Santa Fe se arregle o va a tratar de ordenar, y qué estructura tenés”, analizaron.
Por lo pronto, aseguraron que ya recibieron el llamado de varios intendentes y presidentes comunales, interesados en subirse al barco. “Los jefes territoriales están con la soga al cuello, preguntan dónde hay que firmar”, aseguraron.