Luego de años de marchas y contramarchas, la Intendencia aspira a regularizar definitivamente la concesión de los espacios gastronómicos ubicados en la zona de Entre Ríos y el río Paraná. Para ello lanzará en las próximas semanas un pliego licitatorio, en línea con un nuevo diseño urbano del lugar, que por estos días concluyen los técnicos del municipio. Por otro lado, la semana próxima se conocerán las ofertas para el mercado gastronómico de la plaza Montenegro, que ya despertó interés en el sector privado.
Las gestiones respecto a los bares Quillagua, Quita Pena y El Charladero se remontan hasta la década de 1990. Por esos años, los terrenos pertenecían a los Ferrocarriles Argentinos, que concesionó su uso a la firma Coyde SA. Cuando el ex intendente Hermes Binner profundizó su política de apertura al río, el predio se transfiere y el Municipio rubrica un convenio para que el privado devuelva el sitio en marzo de 2010.
Ante la falta de cumplimiento del compromiso, durante la segunda gestión de Miguel Lifschitz (2007/2011) se inició una disputa legal que se extendió por muchos años. Hubo varios fallos favorables al Estado, pero la empresa se negó sistemáticamente a cumplirlos. No solo ello, sino que en el mientras tanto dividió el predio y lo sub alquiló a otras dos: Entre Ríos 2 SA (titular de El Charladero y Quillagua) y Doc SRL (Quita Pena). Los tres emprendimientos suman una superficie cubierta de 830 metros y 540 metros al aire libre para la explotación comercial.
Recién a finales de 2020 la Intendencia logró un entendimiento definitivo con las firmas Entre Ríos 2 SA y Doc SRL, que hasta allí no contribuían al erario. A través de una serie de convenios, se acordaron nuevas condiciones para devolver los terrenos en un plazo de 18 meses, entre ellos el pago de un canon -equivalente al 5% de los ingresos por ventas- contra el otorgamiento de un permiso de uso precario.
El próximo 26 de mayo vencen los tiempos establecidos con ambas firmas. Antes de esa fecha, la Municipalidad lanzará el nuevo pliego licitatorio. Con ese argumento volverá a extender el permiso de uso precario, pero ya con una nueva concesión en marcha, que terminará siendo adjudicada a mediados de año.
Si bien en un principio había una idea en el oficialismo de darle una renovada impronta al lugar, se consensuó que no estaban dadas las condiciones para ello, por lo que se irá con una propuesta de mínima, que aunque contempla mejorar la zona, no exigirá grandes inversiones al sector privado.
La discusión interna en el equipo municipal es qué hacer con el inmueble donde hoy funciona El Charladero. Para los representantes de Planeamiento debe demolerse, para ganar más espacios verdes y facilitar una vista franca desde la calle hacia el río. Otros piensan que dicha decisión podría generar una polémica innecesaria, por lo que pugnan por mantenerlo en pie.
La resolución de ese diferendo (en cualquier caso, el inmueble no está incluido en el catálogo patrimonial) terminará de definir si son dos o tres los espacios a concesionar.
Si finalmente el municipio tiene éxito en el proceso licitatorio, pondrá fin a casi dos décadas de idas y vueltas en torno a este estratégico predio. En 2016 se había anunciado oficialmente la toma de posesión del lugar y la próxima definición de un nuevo proyecto, pero la iniciativa terminó cayendo en saco roto. Las versiones sobre esa historia difieren según la fuente consultada, pero lo cierto es que recién ahora el tema parece estar encaminado.
Durante el tiempo que estuvo sin abonar contribuciones al Estado -entre 2010 y 2020-, se calcula un perjuicio para las arcas públicas, a valores actuales, cercano a los 32 millones de pesos.
Mercado del Centro
Amén del proceso para regularizar los bares de la costanera central, el municipio tiene concentrados sus esfuerzos en otros procesos licitatorios en marcha. En particular reviste interés en el oficialismo el expediente del mercado gastronómico de la plaza Montenegro, que finalmente despertó atracción en el sector privado.
El Mercado del Centro es un proyecto que interesa a la gestión Javkin, al tratarse de una pieza clave en la pretendida revitalización del centro. La licitación tenía como fecha inicial de apertura el pasado 4 de marzo, pero ante la falta de oferentes se pospuso hasta el 22 de abril.
Aunque las autoridades ya daban por descontada una nueva prórroga, en las últimas jornadas una empresa adquirió finalmente una copia del pliego, lo que hace pensar que se terminará presentando a competir. La firma en cuestión es Asgar SAS, el grupo empresario que irrumpió en Rosario durante la pandemia, despertando el recelo de algunos referentes de la gastronomía.
Asgar ya dio muestras de su interés por competir en licitaciones municipales. A principios de marzo presentó una oferta para quedarse con el bar de los silos Davis, expediente en el que también participa el actual concesionario (Prolinse SRL). Si bien la disputa está aún abierta, es probable que haya continuidad en dicho espacio, según pudo saber La Capital de fuentes oficiales.