¿Qué hace que un joven desconocido hasta hace una semana sea hoy el protagonista de una de las noticias más leídas, y un suceso en redes sociales? Tomás Holder, el participante rosarino que fue votado por el público el domingo para abandonar “Gran Hermano” fue el primer eliminado y tuvo que dejar “la casa más famosa” luego de ser contabilizados más de un millón de votos. “La gente ya no mira más televisión” dicen los fundamentalistas del streaming, y esta es una prueba más para ratificar que esa afirmación no es real. “Qué ves cuando me ves/cuando la mentira es la verdad” cantaba Mollo en Divididos. El tema integraba el disco “La era de la boludez”, en 1993, a casi tres décadas de este “Gran Hermano”, y parecía algo premonitorio de esta suerte de fenómeno que sucede a nivel mediático. Cuando George Orwell escribió “1984” y citaba “El Gran Hermano te vigila” estaba haciendo una novela distópica, por lo que es difícil que pudiera imaginarse este presente. “Cada año habrá menos palabras y el radio de acción de la conciencia será cada vez más pequeño” citaba el novelista, periodista y crítico británico en 1949. Los 18 participantes que entraron al reality de Telefe tienen un objetivo: ganar 15 millones de pesos a lo largo de cien días de encierro. No va a ganar el más leído, el más astuto, la mejor persona, la más sensible, el más empático. No, ganará el que mejor juegue para obtener ese objetivo, cueste lo que cueste y caiga quien caiga. Lo peor es que esa forma del éxito a cualquier precio tiene tantos likes como las notas del rosarino famoso. Y la gente, del otro lado de la pantalla, elige mirar a un tipo rascándose la nariz por varios minutos, a una mujer riéndose mientras mastica chicle y a todos y todas dando definiciones ligeras sobre el sentido de su paso por este programa (como si fueran las máximas del sentido de la vida), y elucubrando frases que un grupo de opinadores televisivos analizará para saber quién juega mejor que quién. Hay muchos y muchas ex Gran Hermano que hicieron un camino mediático, y también quienes quedaron en el olvido. “Los éxitos no se discuten”, dicen los emperadores del rating y del marketing. Sin embargo, vale reflexionar sobre el sentido de la fama a cualquier precio. “Todo no se compra, todo no se vende”, decía Tanguito en “Tango feroz”. Y lo más triste es que la mentira, como cantaba Divididos hace 30 años, sigue disfrazada de verdad.