En una situación que no se repite en ningún otro departamento provincial, en Rosario hay más vigiladores privados que policías. Según datos oficiales, los primeros orillan los 6.100, un 33% más que los uniformados pertenecientes a la Unidad Regional II.
La existencia de más vigiladores que policías no es en sí misma una novedad -La Capital dio cuenta de ello en 2008-, pero expone un aspecto más de la inseguridad, el principal problema que afecta a la población local. Empresas, edificios, bancos y un sinfín de espacios públicos recurren a agencias privadas para reforzar un servicio que debería ser garantizado por el Estado.
No resulta casual que esta situación suceda exclusivamente en Rosario, epicentro de la crisis de violencia que sufre Santa Fe desde hace al menos una década. Tal como puede verse en la infografía a continuación, en el resto de los 18 departamentos provinciales la proporción es a la inversa.
En Rosario son 6.096 los vigiladores informados ante la Dirección Provincial de Control de la Seguridad Privada del Ministerio de Seguridad. Según esos mismos registros, la cantidad se encuentra relativamente estable desde hace varios años: en 2008 eran 5.600, para 2014 subieron a 5.900 y en 2019 llegaron a ser 6.400.
Un dato relevante del registro es que solo el 5% de los vigiladores se encuentra armado. Se trata del personal vinculado directamente a la custodia de camiones de caudales. El resto tienen limitadas capacidades de actuar ante un incidente, ya que de mínima deben llamar a la fuerza pública para detener a una persona.
Si bien no se puede establecer un perfil etario específico de los vigiladores, la base de datos disponible permite afirmar que se trata de una salida laboral para hombres de todas las generaciones. Amén de ello, más de la mitad de los agentes tiene hoy entre 35 y 55 años.
Las empresas
Mientras la cantidad de vigiladores se mantiene estable, lo que sí se observa es una reducción en las agencias con personal registrado ante el gobierno provincial. Mientras que en 2008 eran 164, en 2014 pasaron a 138, en 2019 bajaron a 116 y actualmente son 93.
Del casi centenar de empresas activas actualmente, las primeras diez concentran más de la mitad de los vigiladores inscriptos. La que lidera el ranking es la española Prosegur, que acapara el 8% del total. La sigue muy de cerca la local Servicio Central de Vigilancia y completa el podio la también rosarina El Centinela.
Resulta cuanto menos llamativo que ese listado no aparezca Bunker Seguridad, la firma que monopoliza los contratos de vigilancia privada con la Municipalidad de Rosario. Tal como contó oportunamente este medio, la baja cantidad de personal registrado en relación a los objetivos declarados (sitios donde realiza trabajos) alimenta sospechas de informalidad laboral.
En ese marco es relevante remarcar la incapacidad que tiene la citada repartición provincial de actuar sobre la materia, dado que Santa Fe no tiene una ley que regule y controle las agencias de seguridad privada. Durante 2021 el ex ministro Jorge Lagna había anunciado el envío de un proyecto a la Legislatura, pero la iniciativa cayó en saco roto.