Según datos oficiales, trabajan en el Estado santafesino 142.426 personas, un 15,3% más que una década atrás. La cifra contempla tanto a autoridades políticas como aquellos empleados en planta permanente y transitoria, aunque no así al personal tercerizado. Amén de esa deficiencia, los registros disponibles permiten realizar una foto bastante precisa sobre cómo está distribuido el empleo público provincial en cada uno de sus organismos. Comparativamente con otros distritos, Santa Fe presenta una baja incidencia de los puestos de trabajo estatales en relación a su población.
Un dato relevante, antes de avanzar con el análisis de la situación actual, es que luego de un período de fuerte expansión, en las últimas dos gestiones (la del ex gobernador Miguel Lifschitz y el actual Omar Perotti) hubo una tendencia decreciente respecto a la creación de empleo público provincial. Ello puede verse con claridad en la siguiente infografía, que refleja la evolución de la planta de trabajadores desde el regreso de la Democracia a la fecha.
Flashes de la foto actual
La mitad del personal se concentra en el Ministerio de Educación, donde reportan los docentes de las más de 2.500 escuelas ubicadas a lo largo y ancho de la provincia. Trabajan en esa dependencia 71.962 personas, un número que desde 2012 evolucionó prácticamente en línea con el promedio general (creció 14,4%).
La cartera que sigue es el Ministerio de Seguridad, que registra 25.853 cargos (prácticamente un quinto del total). Se puede decir que en términos relativos Santa Fe incorporó más policías que maestros en los últimos diez años, pues la cifra actual representa un salto del 23,1%.
Completa el podio otro ministerio con alta dotación de recursos humanos: Salud, que posee 22.566 trabajadores registrados, un 16,2% más que hace una década.
Educación, Seguridad y Salud explican prácticamente el 85% de los cargos provinciales. Vale decir que los 142.426 cargos comprenden tanto las diversas unidades del Ejecutivo (ministerios, organismos descentralizados y empresas públicas) como los poderes Judicial y Legislativo.
En cuarto lugar aparece el Poder Judicial en su conjunto, que tiene 4.069 cargos. Por último, entre los organismos que superan el 2% de la representación total del empleo provincial se ubica la Empresa Provincial de la Energía, que cuenta con 3.920 trabajadores.
Los principales cambios
El personal judicial es precisamente uno de los que más aumentó en el período analizado: 26,8%. Por arriba de ese guarismo aparece la Cámara de Senadores -que a pesar de no registrar mayores modificaciones, vio crecer su planta de trabajadores 44,4%-, el Ministerio de Cultura (+35,37%, gracias a un amplio pase a planta a finales de 2021) y el Instituto Autárquico Provincial de Industrias Penitenciarias (IAPIP, que incrementó un 29,3% su planta).
La Cámara de Diputados también registró una suba superior al promedio, pasando de 643 a 796 empleados entre 2012 y 2022. La evolución año a año permite inferir que el aumento general de personal en la Legislatura obedece a los acuerdos políticos alcanzados en la gestión del ex gobernador Antonio Bonfatti, quien gobernó con minoría en ambas cámaras.
Mientras algunas dependencias vieron crecer significativamente sus plantas de personal, otras la vieron reducir. El caso extremo es la Administración Provincial de Impuestos (API), que pasó de 883 empleados en 2012 a 559 en 2022, una caída del 36,7%.
Durante la última década fueron varios los organismos descentralizados que registraron descensos en la cantidad de cargos: además del API se destacan la Dirección Provincial de Validad (-25,3%), la Dirección Provincial de Vivienda y Urbanismo (-20,6%) y la Caja de Jubilaciones y Pensiones (-17,4%).
¿Mucho o poco?
Más allá de brindar una foto certera sobre el empleo público provincial, la pregunta que subyace es si los 142.426 cargos corresponden o no con las necesidades del Estado provincial. Aquí las respuestas no son tan certeras porque cada quien puede apelar a diversos argumentos para responder, tanto por la afirmativa como por la negativa.
La discusión se complejiza aún más si se tiene en cuenta que no resulta sencillo hacer análisis comparativos con otras provincias. Esto ya fue advertidos unos años atrás en un documento del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec), donde se advertía que "no hay datos estadísticos oficiales consolidados para los tres niveles de gobierno, las fuentes están discontinuadas a lo largo del tiempo y tampoco existe un organismo estatal encargado de construir y publicar información fidedigna".
En 2020, el Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL) de la Fundación Mediterránea preparó un informe, basado en datos del Ministerio de Hacienda nacional, sobre qué cantidad de empleados públicos había en cada provincia en relación a sus habitantes. El texto concluía que existía una notable heterogeneidad, con los mayores números “en provincias menos densamente pobladas, sugiriendo algún efecto de escala en la prestación de servicios públicos”. En un ranking que encabeza Tierra del Fuego (con 118 empleados públicos cada 1.000 habitantes), Santa Fe aparecía en el penúltimo puesto, con 39, seguida por Córdoba (35).
Más allá de estas comparaciones, si nos limitamos a un análisis fronteras adentro de la bota, es posible consignar que en Santa Fe, durante la última década, creció más el empleo público provincial que el privado. Los últimos guarismos oficiales publicados al respecto -aún en un marco de recuperación, donde Santa Fe tiene gran protagonismo- así lo reflejan, pues a duras penas perforan el techo de los 530.000 empleos, cifra que como máximo representa un 10% más que en 2012.