Hace un par de findes, cuando el frío todavía no azotaba tan fuerte las noches, estaba con unos amigos tomando unas birras. Locación, un bar de la cuadra con más bares de la ciudad. Estábamos discutiendo la ropa para el casamiento de un amigo, el primero que se casa del grupo ¿Tiradores si o no? ¿Si voy con zapas negras caigo muy mal? ¿Sale boina? Al lado nuestro había otro grupo de chicos que hacían lo mismo, compartían birras y charlaban. Todo estaba perfecto, hasta que escucho “para mi la monogamia no va más, yo ahora salgo y quiero coger con todo el mundo. Laura, lo sabe desde el principio, si ella no hace nada es su problema, yo soy poliamor”.
— “Che Nico, vos qué te vas a poner?”
— “Yo voy con zapatos”
Pero quedó dando vueltas la frase del chabón: “Yo soy poliamor”
¿Qué es ser poliamor? ¿Se informa la gente sobre el amor libre o repite lo primero qué lee por ahí?
Hace varios años que venimos escuchando hablar de los términos del poliamor, relaciones abiertas, el amor libre y otras cuestiones relacionadas a la forma de vincularse. Está buenísimo que comencemos a concebir que la monogamia no es la única forma de vincularse sexoafectivamente con otra persona. Brindo por eso. Ahora ¿sabemos qué significan realmente esas palabras?
Investigando sobre el tema encontré un trabajo que lo resume y explica muy bien: Poliamor, parejas abiertas y anarquía relacional: Una etnografía sobre el amor libre de Costanza María Ferrari. Voy a tomar como punto de partida ese texto.
También aclaró que voy a utilizar las palabras “amor libre”, como un término que engloba las distintas formas de vincularse sexoafectivamente. Según la definición de la Asociación Amor Libre Argentina (ALA), el amor libre es “una forma de relacionarse sexoafectivamente de manera honesta y consensuada en la que no se presupone la propiedad de las personas con quienes nos vinculamos, ni de sus sentimientos, acciones o pensamientos”.
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Poliamor en los X-Men, Jean, Scott y Logan.
Fuente: Comiqueros.cl
Honesta y consensuada
Las relaciones tienen que estar basadas en el respeto mutuo y en donde ambas partes deben consensuar los términos y condiciones de su relación. Es decir, por ejemplo, si será una pareja que está abierta a relaciones ocasionales con terceros, o si hay varias parejas pero una es la central. También si solo puede darse en determinadas condiciones o si hay determinadas personas con las que no está permitido relacionarse. Se deben hablar y consensuar qué es lo que ambos quieren de la pareja, o sea no hay una especie de “formato preestablecido de ‘contrato’ de amor libre”. No, cada relación es única y se deben establecer las condiciones dependiendo de eso.
Obviamente el consentimiento debe ser explícito de todas las partes. Si se omite información se estará en falta al igual que si es obligado el consentimiento, bueno no es consentimiento. Cuando habla de “no se presupone la propiedad…”, implica no considerar al otro como una posesión, se rechazan las ideas de celos, maltrato o control.
Vamos con las definiciones
Cuando hablamos de poliamor, podemos decir que es entendido como la capacidad de amar a varias personas al mismo tiempo y mantener relaciones estables con todas ellas (Meg Baker, 2005). A su vez, podemos encontrar el poliamor autónomo, en donde enfatiza en la autonomía de los participantes para elegir y desarrollar relaciones. Y por otro lado, el poliamor jerárquico, el cual plantea relaciones primarias y secundarias que coexisten temporalmente, pero se diferencian en la dedicación de tiempo, proyectos en común, y demás cuestiones.
Cuando hablamos de relaciones abiertas, nos referimos a la posibilidad de establecer vínculos sexuales con otras personas que no sean nuestra pareja central, pero sin establecer vínculos afectivos con ellas (Pilão Cerdeira & Goldenberg, 2012). Y por último, vamos a definir a la anarquía relacional, en donde los vínculos no estarían clasificados de antemano como afectivos, amorosos o sexuales (Franca Gonçalves, 2016). Sus participantes no consideran necesario establecer esas distinciones entre los diferentes tipos de relaciones. Los anarquistas relacionales reconocen que todas las relaciones son particulares y no pueden ni deben enmarcarse dentro de ninguna categoría.
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Poliamor o amor libre para justificar ¿libertad sin respeto?
El rechazo a las etiquetas
Las personas por lo general necesitamos taguear y ponerle rótulos a las cosas. Decimos que tal canción es rock alternativo y no indie rock, o es metal o hard rock… Ponemos etiquetas, y muchas veces de manera innecesaria. Pero la realidad es que las relaciones personales son mucho más complejas que esas definiciones. Ojo, están buenísimas y sirven para buscar información o acercarse a personas que les guste lo mismo que a uno. Pero la posta es que es todo más complejo.
Es más, les cuento algo, mientras hacía la investigación para está nota, me tope con algunos testimonios de personas que forman parte del colectivo de amor libre, y que se relacionan de está forma desde hace muchos años, en donde dicen que por lo general cuando conocen a alguien, al principio son súper monógamos. No quieren, o necesitan, estar con otra persona.
Resaltó esto porque hoy en día escucho a muchos que dicen que son “poliamorosos” (obviamente sin conocer el significado), y que por el simple hecho de haber elegido esa forma de relacionarse se garchan a cualquiera, o mejor dicho casi que se obligan a estar con alguien cuando salen a un bar porque tienen que hacer lo que dice la etiqueta.
Ni hablar de aquellos que dicen que también son poliamorosos y no conciben la monogamia como forma de relacionarse. Pero cuando conocen a alguien y empiezan una relación, muchas veces la fuerzan para que sea una relación abierta o poliamorosa, sin pensar realmente que les pasa con la otra persona. Seguir los mandatos de una etiqueta porque si, para seguir “perteneciendo o en personaje”.
Si, escuche y me cruce a muchos que son así.
Pero por lo general eso sucede por falta de información. Porque el amor libre no se plantea como algo superador, sino que busca romper con la idea del amor romántico de Disney, un cambio del “para toda la vida” por un “hasta que tengamos ganas”.
Esperen, no estoy diciendo que una forma de relacionarse es mejor o superior a otra. Ambas pueden y deben convivir perfectamente, pero piensen esto, la gran mayoría de nosotros (me incluyo) fuimos criados bajo la mononorma, en donde se plantea que la única forma de relacionarnos sexo afectivamente es la monogamia. El amor libre plantea la polinorma, es decir que hay muchas formas de relacionarnos. Como dije más arriba, en muchas amorlibrenses, la etapa de la monogamia es muy común al comienzo, y esto nos hace pensar que tal vez la monogamia no es el problema. Sino que el problema aparece cuando se convierte en una norma, un deber ser que debemos mantener a toda costa.
Ahora hablemos de la fidelidad, porque dentro del modelo amor libre también existe, reconocen la fidelidad. En este caso no sería fidelidad de mantener relaciones sexuales con una sola persona, sino que fallar a las condiciones o contrato que establecieron. Por otro lado, no todo es sexual, porque está forma de vincularse también es atravesada por la afectividad, el cuidado mutuo, las formas de crianza y enseñanza, entre otros aspectos. Es decir no todo es sexo, o sea no es condición sine qua non para ser parte del colectivo amorlibrense.
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Entonces, recapitulemos
Más allá del tipo de relación que elijas, me parece super importante que quede claro que las relaciones humanas son mucho más complejas que simples definiciones. Sirven para identificarse y acercarse a grupos con gustos similares a nosotros y buscar información, pero no deberían ser determinantes y un dogma inquebrantable a seguir. Así como tampoco se queden con las líneas de está nota, no hay una verdad absoluta en la sexualidad.
Por último les voy a dejar unas líneas del trabajo de Ferrario que me parecen importantes y que debemos extrapolar a todo tipo de formas de vincularse: “El lema: ‘no hay amor libre, sin responsabilidad afectiva’ demostraría que lo importante entonces, es que los vínculos que se establezcan, más allá de su número o cantidad, sean vínculos basados en la honestidad, en la responsabilidad, en el compromiso y en el respeto tanto por uno mismo como por el otro”.
Por lo tanto, sean responsables a la hora de relacionarse. Sean claros y animense a comunicar sus gustos y formas que les gustaría vincularse.
(*) Nicolás Eliceche es periodista porno. Trabaja en radios y portales webs de Rosario y otras ciudades. Escribe sobre sexualidades, rompiendo los estereotipos de 'normalidad'
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