Los investigadores contaron que Nicolás Gabriel Balzi, un suboficial de la policía santafesina de 25 años que prestaba servicios en la comisaría 2ª de Cañada de Gómez, ya no tenía escrúpulos. Vendía éxtasis y cristal en fiestas electrónicas y gimnasios de Rosario. Y si tenía que hacer una venta de uniforme, también lo hacía. Hasta que un buche lo delató y el fiscal federal Javier Arzubi Calvo ordenó que se le realizara primero un seguimiento y luego escuchas judicializadas. Así saltó la vida un policía que según la foto en la que se lo veía posaba entre trofeos como fisicoculturista, en una fiesta rodeado de mujeres o con el uniforme de gala de la santafesina. Pero detrás de ese backstage de Instagram la investigación descubrió a un vendedor de drogas sintéticas. Según fuerzas de seguridad nacionales que trabajan en Rosario, el éxtasis es la cuarta droga más consumida en la ciudad detrás de la cocaína, marihuana y el LSD. Efectivos de la División Antidrogas Rosario de la Policía Federal lo detuvieron y este miércoles fue indagado.
En el mundo de la venta de drogas la actividad de “buches” o “soplones” suele ser determinante en la suerte de las investigaciones. Y en el caso de Balzi fue uno de ellos quien alertó sobre la existencia de un policía que vendía drogas de diseño en la modalidad de delivery y en fiestas electrónicas. La droga era MDMA en sus formatos éxtasis y cristal.
Crecimiento
Creada por una empresa farmacéutica alemana en 1912, en los últimos años el MDMA se convirtió en el negocio de crecimiento más rápido en la Argentina dentro del mercado de las drogas. En 2009 había alrededor de 100 drogas de diseño en el Sistema de Alerta Temprana de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC). A partir de 2018 esa lista contaba con 888 sustancias.
Según el informe 2021 de la UNODC, “acontecimientos recientes como la expansión del tráfico de metanfetamina y la aparición de la fabricación ilícita de fentanilo, pero también de pastillas de éxtasis de alta dosis y de MDMA en forma cristalina, plantean serios retos para la salud pública y la política de drogas. Por primera vez, el informe incluye información sobre cómo los traficantes utilizaron sustancias químicas no sometidas a control internacional para fabricar drogas sintéticas en la región”.
Y para plantear la parte argentina del problema, basta con saber que ya no hay que esperar las pastillas de éxtasis lleguen desde el exterior sino que hay capacidad de fabricarlas en el país.
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Según un informe elaborado por este medio a partir de entrevistas con efectivos de las fuerzas nacionales que trabajan o han trabajado en Rosario, las drogas más consumidas en la ciudad son la cocaína y la marihuana. La tercera y cuarta droga que aparecen por detrás son el LSD y el éxtasis, drogas de laboratorio que tienen en Rosario un público establecido.
La droga alucinógena LSD tiene un costo de entre 500 a 700 pesos el trokel de una gota o entre mil y 1.400 peso por doble gota. Para tener una idea de la portabilidad de este tipo de droga, en una hoja tamaño A4 doblada en cuatro partes caben 700 dosis. Por el lado del éxtasis cada “rola” de fabricación nacional —por la merma de fiestas electrónicas en tiempos de pandemia no ingresan importadas— cuesta entre 700 y 1.000 pesos.
Los investigadores dijeron no haber detectado en el mercado metanfetamina, que en Estados Unidos se impuso en los últimos años como la droga callejera más destructiva con un nivel de adicción similar al del paco. “Es que para hacer metanfetamina hay que saber de química porque la pifiaste en una cantidad y volaste con el laboratorio completo. En eso es muy gráfica y explicativa la serie Breaking Bad”, describió una de las fuentes consultadas.
Menos de un año
Luego de egresar en diciembre de 2020 del Instituto de Seguridad Pública (Isep), en marzo del año pasado Nicolás Balzi comenzó a trabajar en la comisaría 2ª de Cañada de Gómez, 70 kilómetros al oeste de Rosario. Según contó el informante de los investigadores, que el policía no sólo vendía en fiestas electrónicas sino también bajo el formato delivery en gimnasios, entre ellos uno de barrio Sarmiento.
El informante aportó datos precisos: “Balzi vende cristales a 20.000 pesos el gramo, pastillas «Homero» y «GoPro violeta» a 2 mil cada una y está por vender 50 pastillas a 75 mil pesos” con motivo de una fiesta electrónica que se llevará a cabo este sábado. También advirtió que “entre jueves y viernes se va de vacaciones”.
Para ese momento de la pesquisa el fiscal Arzubi Calvo ya había ordenado que el teléfono de Balzi fuera intervenido con autorización del juez federal Carlos Vera Barros. Sabiendo que el policía tenía estupefacientes encima, la investigación tomó velocidad.
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Así fue que el martes efectivos de la División Antidrogas Rosario de la Policía Federal realizaron dos allanamientos. Uno en Congreso al 500, barrio Arroyito, donde vivía Balzi. Allí secuestraron 30 pastillas de éxtasis “GoPro”, 60 pastillas “Lacoste”, 40 pastillas “Homero” y una “Burger King”.
También había 18 gramos de cristal —metanfetamina, se fuma en una pequeña pipa de vidrio—, dos planchas de 25 troqueles cada una de LSD y le incautaron 40 gramos de cogollos y dos plantas de marihuana. Además le secuestraron su arma reglamentaria —una pistola Bersa calibre 9 milímetros—, un juego de esposas, su credencial de la Policía de Santa Fe y 32 mil pesos.
También fue allanado el departamento de la novia uruguaya de 38 años del policía, Gabriela Celia T.H., en Güemes al 2000. Allí se incautaron dos mil dólares, cinco celulares, una plancha de LSD y una pastilla de éxtasis “Coca Cola” de alto poder, capaz de contener más de 200 miligramos de MDMA.
Además de la Justicia Federal, intervino en el procedimiento la División Judiciales de policía de provincia (D5). En ese marco Balzi fue pasado a disponibilidad hasta que defina su situación procesal.