Nunca fue tan fácil identificar al artista (la artista) del año como en este 2023. Y como nunca antes (o muy pocas veces) además tuvimos la enorme suerte de que la artista en cuestión justo se presentara en la Argentina en su gran momento de gloria. Taylor Swift fue la cantante, la compositora y la show-woman más importante de 2023 por derecho propio y sin lugar a dudas. Los números hablan solos: la autora de hits como “All Too Well” o “Cruel Summer” fue la artista con más reproducciones este año a nivel global en Spotify, y su gira “The Eras Tour” es la primera gira de la historia en cruzar la marca de los mil millones de dólares en recaudación. La película que documenta la primera parte de este tour también fue un éxito de taquilla, y según la revista Forbes la rubia de 34 años es la quinta mujer más poderosa del mundo, sólo detrás de figuras de la política como la presidenta de la Comisión Europea o la vicepresidenta de Estados Unidos.
Para los que se encuentran con estos datos por primera vez —como muchos argentinos que no entendían por qué tanto alboroto con los tres shows que la cantante dio en River—, son apenas fríos números. Sin embargo, para los miles de fans que llenaron el estadio de Nuñez en noviembre pasado, detrás hay toda una historia de diez discos y de canciones que marcaron sus vidas. Aunque este 2023 Taylor Swift se transformó en un fenómeno global con características únicas, lo cierto es que lleva años siendo la cantautora más exitosa de este siglo y su música es universal. Y no se puede hablar de una consagración de Swift porque de hecho ya pasó por varias “consagraciones” y es difícil predecir su techo. En 2014 la rompió en todo el mundo con su quinto disco (el primero enteramente pop), “1989”, pero después repitió el suceso con “Reputation” (2017) y “Lover” (2019), y más tarde (en medio de la pandemia) sacó dos álbumes de estilo indie-folk que fueron un bombazo inesperado. ¿Por qué parece infalible? ¿Por qué puede darse el lujo de vender como pan caliente y al mismo tiempo recibir excelentes críticas? Porque es singularmente talentosa, porque puede ser versátil en lo musical sin perder identidad, y porque tiene una sensibilidad especial para escribir letras con precisión, sencillez y una gran honestidad emocional. Después se puede hablar de Taylor Swift como “mujer empoderada” o como una artista que se plantó por sus derechos en una industria musical voraz y machista. Pero en el centro del fenómeno artístico y popular está la música, están sus canciones, de ahí se desprende todo lo demás.
La Taylormanía se pudo percibir de primera mano (y por primera vez) en el país este año, cuando la cantante agotó sus tres shows en River (y podría haber agotado varios más). El nivel de entusiasmo y emoción que tenían sus fans, que se sabían todas y cada una de las letras, reflejó los años de espera y la poderosa identificación que generan las canciones en el público. El impresionante despliegue escénico del recital de tres horas también marcó la distancia en vivo entre Taylor Swift y sus colegas, y dejó al descubierto una realidad innegable: va a pasar mucho tiempo hasta que veamos en la Argentina un show de este tipo, y con una artista en la cumbre de su carrera.
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Fans de Taylor Swift en el estadio de River.
Este año, además, se consumaron varios regresos. Pero quizás ninguno tan significativo como el de los Rolling Stones, que editaron su primer disco de estudio con canciones nuevas en 18 años. Con Mick Jagger y Keith Richards a sus 80, y ya sin el querido Charlie Watts, los Stones volvieron con “Hackney Diamonds”, un álbum que resultó toda una sorpresa. La mayoría esperaba un disco más para sumar a la colección o que sirviera de excusa para una nueva gira. Sin embargo, “Hackney Diamonds” tiene peso propio: revitalizada por el sonido directo y urgente del productor Andrew Watt, la banda vuelve a encontrar ese filo rockero que es único en su estilo. Y la participación de leyendas como Paul McCartney, Elton John y el mismo Bill Wyman le dan un agridulce aire a despedida.
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Históricos: Ronnie Wood, Mick Jagger y Keith Richards.
También regresó Blur, después de ocho años de ausencia, y con un nuevo disco bajo el brazo. La banda de Damon Albarn, Graham Coxon, Alex James y Dave Rowntree volvió a brillar en “The Ballad Of Darren”, un álbum marcado por un tono reflexivo y melancólico. Las letras sugieren que se trata de un disco post divorcio (el cantante se separó de Suzi Winstanley, su pareja durante 25 años), pero lo concreto es que se trata de un álbum notable, con canciones que se adhieren a la memoria. Blur es uno de los pocos grupos de los 90 que llegó con una justa dosis de creatividad y sensibilidad a estos días.
Blur - Barbaric (Official Visualiser)
La música urbana (reggaeton, trap, hip hop y sus mezclas y derivados), que monopolizó las plataformas, las radios y el gusto popular de los últimos años, siguió creciendo y arrasando (al menos en números). De hecho el año empezó con la archidifundida “Music Session vol 53” que compartieron Bizarrap y Shakira, el famoso “hit de la venganza” de la colombiana contra Gerard Piqué, que rompió cuatro récords Guiness en reproducciones. Desde una criatura de cuatro años hasta una abuela de 90 tararearon la letra de esta canción, y Shakira (ya subida decididamente al tren de lo “urbano”) repitió la fórmula en otros temas como “Acróstico”, “Copa vacía” y “El jefe”, que también tiene referencias directas al escandaloso divorcio de Piqué. Con la separación más monetizada de los últimos tiempos como telón de fondo, la colombiana se reafirmó en el trono de estrella latina, mientras que Bizarrap siguió sumando hits y ceros a su cuenta bancaria.
En convocatoria en vivo, la música urbana también fue protagonista. La rosarina Nicki Nicole llenó siete estadios Movistar Arena con la presentación de su nuevo disco, “Alma”, y agregó un octavo show en el mismo recinto para marzo de 2024. Duki hizo historia como el artista más joven (27 años) en llenar dos River, y María Becerra agotó entradas para dos recitales en River que dará en marzo del año que viene.
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Nicki Nicole: disco nuevo y shows agotados.
Otro hito de convocatoria fue la seguidilla de recitales de Tan Biónica, que volvió a los escenarios después de siete años de ausencia y tras los graves problemas de salud de Chano. La banda agotó dos shows en Vélez (en octubre), dos shows en el Estadio Unico de La Plata (en noviembre) y una quinta fecha nada menos que en River (el pasado 8 de diciembre). Y los tickets se vendieron en tiempo récord para un grupo argentino.
Aunque Tan Biónica surgió en la década pasada y como éxito del pop es relativamente reciente, su convocatoria actual —al ritmo frenético que se mueven las cosas en este siglo— está impulsado sin dudas por la nostalgia. La nostalgia es la que mueve la rueda de gran parte del pop y el rock en estos días, lo que explica que —aun en medio de una gran crisis económica— se llenen ciertos conciertos y festivales.
En ese sentido, el caso de Fito Páez es emblemático. El festejo del aniversario número 30 de “El amor después del amor” (1992) se extendió durante todo el 2023 y tuvimos un año de “Fito Páez hasta en la sopa”. El rosarino llenó dos shows en Vélez y cerró hace días su gira internacional con dos conciertos en el Estadio Unico de La Plata. Acá en la ciudad actuó en la ex Rural, después de haber llenado tres veces el Anfiteatro a fines de 2022. También editó “EADDA 9223”, una relectura de “El amor después del amor” con invitados como Elvis Costello, Chico Buarque, Mon Laferte, Nicki Nicole y Nathy Peluso, entre muchos otros. Y para terminar (muy en consonancia con estos tiempos de “mirar atrás”), Páez tuvo su propia serie en Netflix contando la historia de su vida desde sus comienzos en la casa de calle Balcarce hasta que conoció a Cecilia Roth. ¿Algo más? No, aunque seguro quedó material para un documental sobre el tour o tal vez se filme la segunda temporada de la serie, que tuvo una repercusión impresionante.