No fue un Día del Niño bueno en cuanto a ventas, pero los comerciantes de Rosario dicen que al menos se “salvó la ropa”. Diferentes fuentes coincidieron en que se vendió un 70% más en pesos que el año pasado, de forma nominal, pero con una inflación interanual del 113%, hubo una caída importante de casi un 40%, que no fue leído de forma tan negativa por todos los referentes locales.
Es que la brusca devaluación del 20% y la incertidumbre económica que dejaron los resultados de las elecciones primarias nacionales, justo en la semana previa de una fecha tan importante para los jugueteros, hacían pensar en un panorama aún más sombrío, por lo que el sabor que dejó el cierre de las cajas registradoras de los negocios no fue tan amargo.
“Después de la bomba que cayó en el medio de la fiesta, te puedo decir que más o menos pudimos haber salvado la ropa. Se ha vendido en pesos, no en unidades, un 60 o 70% más que el año pasado. Pensamos que nos iba a afectar aún más, porque además no aumentamos los precios”, analizó Juan “Coco” Benzi, presidente de la Cámara de Jugueterías de Rosario.
El titular de Gulliver dijo que el ticket promedio estuvo en 8.000 pesos, y un dato llamativo es que se vendió casi todo (un 90 o 95 por ciento) con tarjeta de crédito. La mayoría de los clientes sacaron gran provecho de los descuentos de los bancos, que estuvieron en 20, 30 y hasta 40; y las cuotas sin interés, que algunas entidades estiraron hasta 6.
Fabio Acosta, presidente de la Asociación Casco Histórico, coincidió en que las expectativas no eran buenas pero una leve remontada el sábado “le cambió la cara” a los comerciantes. “Según las consultas a nuestros socios los comercios que absorbieron parte de los incrementos de la semana y no subieron precios en juguetes y regalería, vendieron bien. También se movió calzado e indumentaria. Nadie dejó de regalar”, detalló.
El ticket promedio en los comercios testigo en el centro de la ciudad fue de entre 8.000 y 11.000 pesos. “Pero eso es en blanco. Hay que recordar en el país hay al menos un 40% de la economía que funciona en negro. Eso explica en parte por qué estamos bullish (al alza) a pesar de estos saltos en la economía”, refrendó.
A algunos, incluso les fue mejor que en 2022. "Nosotros estamos arriba en unidades con respecto al año anterior, entre un 4 a 5 por ciento. Me parece que es un combo de cosas: por tener producto, rebajas en precios especiales, promociones y cuotas; y creo que también el consumidor, si tiene para gastar, no espera más tiempo por las dudas de que aumenten los precios", expresó Nelson Graells, al frente de Sport 78 y otras casas de indumentaria y calzado.
Prisma negativo
Otros tuvieron lecturas más pesimistas. “Lamentablemente muchos niños este año no recibieron juguetes”, manifestó Miguel Rucco, titular del centro comercial calle San Luis. El referente marcó que “se vendió poco, fue un desempeño pobre, alrededor de un 40% menos” y también mencionó que la mayoría fue con tarjeta, muy pocas en efectivo. “En relación al año anterior, vendimos en pesos un 70% más, pero con una inflación de un 120% interanual”, señaló.
“Nos mató la devaluación de esta semana. No había ánimo de compra. Es triste para el rubro. Fue una decisión irresponsable y no tuvo en cuenta al mercado del juguete, ni a los niños. Aunque no sea una industria significativa, detrás hay familias”, lamentó. Y recordó que “el dólar estaba 295 pesos hace un año, a mitad de agosto. El viernes, el blue cerró a 720. Casi el 70% de los juguetes son importados, ya que la industria del juguete no se ha desarrollado, por lo que el impacto es muy fuerte”, cerró.
Con esta actualidad, la mirada hacia la próxima gran fecha del año para el sector, que es Navidad, se ve algo complicada en términos de volver a stockearse. Pero diciembre, con los vaivenes que está viviendo el país y teniendo en cuenta que habrá ya otro presidente electo, se ve lejísimos. Parece que faltara casi una eternidad. “No tengo idea de qué nos va a deparar fin de año. Ahora esperemos que pase septiembre”, contesta uno de los hombres. Y tiene razón.