El clima en Arroyito es ideal. Central volvió a poner la casa en orden ante Platense y sigue parpadeando entre los top ten de la Liga Profesional con ciertos destellos de luces entre presentación y presentación. La comunidad canalla proyecta lo que viene derrochando simpatía. Miguel Russo también planifica el futuro cercano con cierta calma y mirada esperanzadora. El entrenador tiene un reto al destino inmediato. Deberá suplir la baja de Alejo Veliz, quien se sumó al seleccionado nacional sub-20 para disputar el Mundial que organizará nuestro país desde el 20 hasta el 11 de junio. El DT tiene tres apellidos en el borrador de las posibilidades: Luca Martínez Dupuy, Jhonatan Candia y Octavio Bianchi. También contará en esta ocasión con un aliado extra, el tiempo. Es que el partido contra Vélez está pactado para el próximo lunes 15 en Liniers, a partir de las 20.30. Tendrá margen para probar y exigir a cada candidato con mayor intensidad. Aunque en el ambiente se percibe que podría romper la lógica y apostar por un pleno al ingreso del exAll Boys. Si bien no tiene rodaje oficial desde el 12 de marzo, lo concreto es que las características naturales que envuelven al atacante que se sumó al plantel a principio de año y aún no debutó de titular son las que estarían inclinando la balanza en su favor en la previa.
La gran incógnita que flota en el festivo ambiente canalla es saber quién será el encargado de suplir ante los velezanos al goleador del equipo. La ausencia obligada de Veliz se tornó en una especie de cuestión de Estado en el pueblo auriazul. Sobre todo porque el juvenil atacante fue evolucionando con el correr de las fechas. Sea desde lo colectivo como individual.
También es verdad que el trabajo orfebre de Miguel Russo dio sus dulces frutos. El entrenador fue moldeando y adaptando al sistema táctico al actual artillero centralista con paciencia de artesano. No en vano Alejo está exhibiendo su mejor versión en los diferentes escenarios.
Se lo ve más dúctil con la pelota en sus pies. No todo es cabezazo y pelea a los codazos con los rivales. El 9 canalla fue mostrando una versión más completa en esta temporada. Adoptó conceptos y movimientos que le permitieron destacarse y hacerle entender que su juego no solo debía limitarse al aéreo. La alta definición en su gol a Platense le dio un certificado de calidad como delantero.
Pero contra el calamar fue su última presentación con la casaca canalla. Desde ayer mismo se sumó al plantel argentino que disputará el Mundial Sub-20 en nuestro país, desde el 20 al 11 de junio. Miguel Russo perdió un buen soldado. Un gladiador en las dos áreas. Un tanque en el sector ofensivo. Pero no desespera por buscarle un reemplazante para la velada que se avecina en Liniers.
Opciones a mano
Sabe que tiene a mano tres nombres con diferentes capacidades de resolución y aptitudes para cuajar dentro de sus diversos sistemas tácticos como son Luca Martínez Dupuy, Jhonatan Candia y Octavio Bianchi. Pero cada cual atiende a su juego y abre un signo de interrogación en torno a sus respectivas incorporaciones al equipo.
Luca Martínez Dupuy es quien viene entrando seguido en los últimos minutos. Quizá el común denominador apueste sin dudar un pleno por el juvenil en cuanto a la chance de ser finalmente el sucesor de Veliz ante Vélez. Pero para el entrenador no es un dato menor que acumule varios meses de inactividad por la seria lesión ligamentaria que sufrió en la rodilla. Por eso lo viene llevando de a poco.
A eso hay que sumarle que en líneas generales no cuenta con mucho rodaje en cancha. El técnico además no es de exponer a los juveniles. Los va preparando a paso lento y seguro. Como pasó con Lautaro Giaccone o Kevin Ortiz. Incluso vio que Tomás O’Connor recién ante Platense estaba para pisar la cancha, pese a que lo había llevado de pretemporada a Chile. Otro caso es el de Luciano Ferreyra. Lo está recuperando sin pausa ni prisa. Por eso no sería extraño que Luca no sea de la partida cuando sea el momento de actuar en el José Amalfitani.
Con respecto a Jhonatan Candia hay que destacar que tiene experiencia en la elite. No necesita un traductor para comprender de qué se trata la primera división del fútbol argentino. Cada vez que Miguel considera que es para mandarlo al campo, no vacila. El exHuracán es una variable, pero no una primera opción. Estuvo también mucho tiempo afuera por una lesión y viene entrando algunos minutos.
¿Será su momento?
En tanto, hay un apellido que por el momento pasa desapercibido para los hinchas: Bianchi. Octavio llegó a Central en el mercado de verano sin las luces de las marquesinas. Era un ignoto para el grueso. Sin embargo, no así para Russo. El técnico vio cualidades que podrían darle un valioso aporte al equipo. Pero para eso debía ponerlo a tono y aclimatarlo al fútbol grande porque se formó y siempre desempeñó funciones en el ascenso.
Su participación hasta la fecha no es tan regular ni es una cara muy conocida para la masa canalla. Porque los números indican que lleva poco rodaje con la casaca centralista. Los registros son claros. En la primera fecha entró a los 43 minutos del primer acto ante Argentinos Juniors por la lesión de Candia. Hizo banco contra Tigre. Ingresó frente a Arsenal a los 85’ por Alejo Veliz. Luego estuvo entre los suplentes con Lanús.
Sin embargo, jugó desde los 62’ contra Godoy Cruz. Bianchi suplió al lesionado Campaz. Luego entró por Montoya (a los 68’) en Junín ante Sarmiento. Y contra Unión ingresó por Malcorra a los 45’. Esta fue la última vez que Octavio tuvo ritmo de competencia oficial, ya que luego miró los demás partidos desde el banco.
¿Qué tiene de diferente como para que Russo se inclinara ahora por él? Es un delantero completo y cuenta con experiencia. Que capta y puede desempeñar además las diversas funciones que le indique Miguel. ¿Por qué el entrenador no lo usó más entonces? Porque al venir del ascenso el DT optó por prepararlo a afrontar esta nueva etapa. Priorizó ayudarlo a entender también cómo es el mundo Central. Sabe que si entra con el pie izquierdo podría ser nocivo para el futuro del jugador en Arroyito.
Por lo tanto, la labor del técnico fue más allá del día a día. De verlo entrenar como uno más. No lo apuró, como no lo hace con ninguno de sus jugadores. Sabe que puede contar con el atacante. Quien conoce a Russo sabe que si pone a alguien es para que luego tenga continuidad y logre asentarse. Y Bianchi no es la excepción. Al menos se erigió en la previa a Vélez en la primera opción para reemplazar a Veliz y debutar además de titular en Central.