Investigadoras de la Fich-UNL y Conicet determinaron que a partir de 2009 la incidencia de dengue en la provincia de Santa Fe está creciendo y que los brotes de casos son cada vez más frecuentes, con un foco muy marcado en el departamento General Obligado. Los resultados fueron publicados en Scientific Data Nature, una de las revistas científicas más prestigiosas a nivel mundial.
Una de sus autoras es María Soledad López (Cevarcam), quien explicó los alcances de este trabajo interdisciplinario, realizado con referentes de dengue tanto a nivel nacional como internacional. “Lo que hicimos fue un diagnóstico de la situación del dengue en la provincia en un transcurso de más de 10 años, desde 2009 a mediados de 2020. A través de este estudio realizamos un análisis espacial-temporal de los casos de dengue, mediante lo cual pudimos detectar cuáles fueron los brotes que se produjeron en la provincia”.
Los brotes de dengue importantes fueron cuatro: 2009, 2016, 2019 y 2020. “Pudimos ver que la incidencia fue aumentando, es decir la cantidad de casos en relación a la población Y también que los brotes son más frecuentes. Además, pudimos detectar que el departamento General Obligado fue el más afectado de todos pero también Castellanos, San Cristóbal, San Martín”, explicó.
La crisis climática, una causa posible
López pertenece al Centro de Investigaciones sobre Endemias Nacionales, y aseguró que este reporte es un puntapié inicial para realizar futuras investigaciones, ya que se dedican a estudiar las enfermedades infecciosas relacionadas al clima. “En un futuro queremos empezar a testear en este sentido, pero los primeros resultados del trabajo nos indican que la razón por la cual el departamento General Obligado es uno de los más afectados, es la ubicación geográfica, que es la vía de acceso a los países donde la circulación del virus del dengue se encuentra todo el año, como Brasil, Paraguay y Bolivia”, precisó la experta.
A medida que nos acercamos al norte de la provincia hay más probabilidades de que llegue una persona del norte argentino como Chaco, Corrientes, Formosa y Misiones, que justo tiene que volver al país en la etapa de viremia, es de decir, de contagio, y que ingrese el virus. “En general en Argentina se empiezan a detectar los casos después de las fiestas, y quizás por eso se lo asocia más al turismo que a otro tipo de movilidad pero puede ser por trabajo también”, aclaró la experta.
Sin embargo, la movilidad de personas no es el único factor que influyó en el brote de dengue tan grande que hubo en 2020, y que dejó cinco muertes en nuestra provincia.
La relación entre crisis climática y dengue es algo que se esta viendo a nivel mundial. “La circulación del virus del dengue es propia de países intertropicales, o sea de regiones cálidas, pero en las últimas décadas el virus se está expandiendo a zonas subtropicales y templadas como la provincia de Santa Fe”, contó la autora de la investigación.
“Acá la relevancia del trabajo: mostrar cómo llegó esa emergencia por dengue a una zona templada. Esto se debe principalmente a la ampliación de la distribución mundial del mosquito, del vector del dengue, que debido a los cambios que se están produciendo en el clima este vector ahora encuentra condiciones propicias en zonas subtropicales como la nuestra. Al estar llegando ese vector a nuestra zona por supuesto llega el virus”.
Según López, este brote que repercutió en Argentina el año pasado viene de que en 2019 la mayoría de los países de Centroamérica registraron brotes históricos. Además, el avance desordenado de la población hace que los barrios avancen sin los servicios básicos que propician ambientes donde se generen criaderos de mosquitos. “Ahí radica la importancia de la educación y la comunicación”, dijo la científica.
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La prevención como cura
“Es muy difícil pronosticar cuándo sería el próximo brote pero lo que nos demuestra este estudio son tendencias y llamados de atención donde tenemos que poner el foco en la prevención”, aseguró López. Y remarcó: “En Argentina tenemos la gran ventaja de que la enfermedad no es endémica, y eso nos da la ventaja de que, en los períodos en donde el virus no circula, podemos hacer una gran prevención y en caso de que el virus ingrese tenga las menores probabilidades de vivir. Lo mejor es evitar que el mosquito no esté mediante el descacharrado y eliminación de todos los criaderos”.
Otro dato importante que pudo detectar este estudio es que hasta el 2019 el serotipo de virus de dengue que más circuló en la Provincia fue el serotipo 1, pero según la investigadora en el último brote que se dio en 2020 tanto el serotipo uno como el serotipo 4 circularon prácticamente en la misma proporción.
Esto es preocupante ya que, a pesar de una persona infectada se vuelve inmune de por vida al serotipo que la enfermó, también se vuelve extremadamente vulnerable a una reinfección con otro serotipo. “Hasta el momento no es tan común que una misma persona se infecte con dos serotipos porque no había circulación de otros serotipos, pero ahora que hemos detectado que ingresó otro serotipo en la provincia tenemos que estar atentos”, precisó López.
“Si llegara a suceder otro brote hay que testear eso, porque al haber muchas personas que se infectaron con al menos un serotipo todas esas personas tienen la posibilidad de infectarse con el otro, que tiene más posibilidades de desencadenar las formas más graves de la enfermedad”, alertó la investigadora.
Ciencia santafesina
El estudio se realizó con profesionales de bioquímica, biología, climatología, virología, la mayoría mujeres, y con un gran apoyo del Ministerio de Salud provincial. “Haber podido publicar en una revista de esta envergadura con tanto prestigio es un hecho muy importante que nos fortalece como grupo y nos da fuerzas para continuar y saber que vamos por el camino indicado”, opinó la coordinadora de la investigación.
“En Argentina en general hay un desfinanciamiento de la ciencia. Los científicos contamos con muy pocos recursos para poder trabajar y por eso estos logros son aún más significativos, porque no es lo mismo trabajar en las mejores condiciones que con pocos recursos. Es algo que esta pasando en Argentina en general y viene creciendo a medida que pasa el tiempo, más en esta situación crítica económica mundial”, aseguró.
Para María Soledad López, con la pandemia se empezó a mirar y a entender un poco más cómo es el trabajo científico y cómo se llega a los resultados. “La comunidad ha puesto un poco la mirada ahí y me parece que la pandemia ha puesto de manifiesto que los científicos tenemos la obligación de llevar a la práctica los conocimientos que generamos. Lo que queremos nosotros a través de estos estudios es lograr, una vez que generamos la información, acercarnos a los lugares donde necesitan nuestra ayuda”, dijo la investigadora, cuyo equipo de científicos colaboró con la Municipalidad de Reconquista para gestionar los brotes de dengue en la región y focalizar recursos.
“La pandemia puso de manifiesto eso: generar los conocimientos, cómo los aplicamos y en el menor tiempo posible. Es un momento crítico y excepcional que sacó a la luz muchas cuestiones que antes no se veían”, concluyó.