"Las Cosedoras de Rosario" es el proyecto que lleva adelante la escuela de Diseño municipal, con el objetivo de construir un mapeo de las costureras, modistas y sastres que existen en la ciudad. Quienes ejerzan el oficio podrán anotarse en un formulario para que, desde la institución, armen una cartografía del arte textil.
La creación del mapa pretende reconocer este tipo de trabajos, facilitar el encuentro entre clientes y profesionales y además tejer una red entre las distintas trabajadoras.
El mapeo de costureras, modistas y sastres de los distintos barrios de Rosario será público y digital. En las redes sociales de la escuela de Diseño municipal aseguraron que a la ciudadanía le sirve para "encontrar en su cercanía a profesionales textiles para arreglos, confecciones a medida o cualquier otro trabajo".
Asimismo, el mapa es útil también para los profesionales ya que busca "fortalecer el oficio, generar nuevas oportunidades de trabajo y fomentar la economía circular y el consumo responsable".
La construcción de esta cartografía se realiza a través de un formulario de Google. Allí, quien ejerza algunos de estos oficios podrá especificar a qué barrio pertenece, qué tipo de trabajos realiza, desde cuándo se dedica a esta profesión, si tuvo capacitación o aprendió por algún familiar y qué tipo de máquina utiliza.
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Ante la crisis económica, más costureras
En los últimos meses, costureras y modistas vieron un boom de pedidos. En tiempos donde cada peso cuenta, los rosarinos se volcaron por reparar ropa antes que comprarla.
Son oficios que no dejan de existir. Es cierto, cada vez hay menos personas que los ejercen, pero están y tienen sus locales desbordados con jeans sin ruedo, camisas para entallar, buzos descocidos y hasta abrigos pesados, es decir, parkas, ropa de lana o chaquetas con relleno de plumón, entre otras. En tiempos de bolsillos golpeados, la indumentaria y el calzado buscan ser reutilizados y se piensa dos veces antes de descartar una prenda. Ante esto, aparecen con creces los comercios donde se reparan estos bienes semiduraderos.
El subsuelo de la galería La Favorita, el laberintico espacio comercial, ofrece varios locales para arreglar y confeccionar indumentaria. Día a día recibe a clientes que llegan con bolso en mano para poner a punto una remera o jean usados. Es que un arreglo sale un 10% de lo que sale una nueva prenda de primera marca.