Deseos de niño. Soñaba ser futbolista pero no tenía tan clara la idea. Sí era lo que más me gustaba ( y me gusta ) hacer. Aún hoy sueño que juego al fútbol
Deseos de niño. Soñaba ser futbolista pero no tenía tan clara la idea. Sí era lo que más me gustaba ( y me gusta ) hacer. Aún hoy sueño que juego al fútbol
Después de la secundaria. Quise estudiar. Me lo inculcó Elio, mi papá, y siempre supe que era la salida para tener mejores posibilidades de desarrollarme en la vida. Comencé a cursar primer año de odontología. Un mal paso (ser ríe). Luego, en Educación Física, encontré mi vocación educativa laboral.
Ser profe. Esta tarea ocupa un gran lugar en mi vida. Como docente uno marca a sus alumnos/as (para bien o para mal) y por eso lo tomo con gran responsabilidad.
Derechos. Siempre hago hincapié en los valores, el respeto a las diferencias, la honestidad. Intento tener un mirada general e igualitaria de los grupos, pero atendiendo a la individualidad y las necesidades de cada alumno/a.
Valores. Me gusta que los chicos y chicas se involucren, porque eso permitirá tener un país con más oportunidades. Que sean democráticos y constructivos desde lo colectivo, como les digo a los niños de mi Escuela de Fútbol: "El gol es del equipo, no del que lo hace", todos son importantes desde lo que aporten en pos de lo grupal. La salida siempre es colectiva.
El periodismo. Surgió de una charla de adolescentes de barrio, que con el tiempo se transformó en realidad. Hace 22 años, en una reunión simple, concreta y generosa, con una amiga periodista que me guió un poco, se me abrieron las puertas de un mundo que me apasiona, nutre y me permite crecer. Cada día que se enciende la luz de AIRE, siento la misma emoción, responsabilidad y alegría, ¡la misma del primer día!. La radio me da la posibilidad de conocer personas que nunca hubiese imaginado, de distintos ámbitos, y que me fortalecen como persona.
En unos años. No me preocupa el futuro. Si pienso, me veo en la Escuela de Fútbol y en el programa de radio Onda Verde, con las mismas ganas. Tengo tres actividades que me apasionan: lo gremial en SADOP, la radio y la escuela. Puedo decir que trabajo de lo que me gusta. Lo hice durante muchos años como docente en Madre Cabrini y en el San José. Soy un agradecido por lo que pude realizar desde hace más de 30 años de trabajo.
Antes de dormir. ¿En lo último que pienso cuando me acuesto? En que mi hija esté bien. Que crezca sana, libre y feliz. Es el corazón de mi corazón. Olivia. Como decía, mi hija es todo y más. En una entrevista que le realicé Luciano Cáceres lo definió en una frase que se la voy a tomar: Mi hija es “el sentido diario, el presente absoluto, el amor eterno” (si sigo me pongo a llorar de la emoción).
Hermanos. Ellos son mi sostén, son el apoyo incondicional, son mis amigos. La familia que me tocó y sin dudas elijo cada día. Siempre están. Los amo a todos, a los cuatro.
El país. Me hace daño y me preocupa la desigualdad social. Creo que la igualdad es la clave para tener un país con mayor oportunidades, más empático. Y terminar con la deshonestidad moral e intelectual en quienes asumen responsabilidades en puestos políticos, empresariales, sindicales. Quienes deben ejercer esos roles para cambiarle la vida a la gente deben saber que los cargos son cargas ( como dice un amigo de Sadop), y quien no lo toma así, debería dar un paso al costado. Más igualdad y ponerle fin a la deshonestidad son dos cosas fundamentales para empezar el camino de una Argentina más justa.