Por Lisy Smiles
¿Cuánta gente hubo en el Monumento? La pregunta recorrió la tarde-noche de ayer. "¿Qué te puedo decir? La medida es la alegría, la emoción", dijo un veterano asistente a los actos del peronismo. Entonces, el desafío será transmitir esa medida que hizo confluir a miles, pero miles, en un cierre de campaña del Frente de Todos en Rosario, con la fórmula Alberto Fernández y Cristina Fernández en el centro de la miradas.
Junto a su hija, ella caminaba sin prisa pero sin pausa por la peatonal rumbo al lugar de la cita. Se la veía feliz. "Yo viví el 55, con Perón en la cañonera, ese día estuve en la calle, caminé desde Saladillo para estar junto a mis compañeros. ¿Cómo no iba a venir hoy?", dijo emocionada y frenó su paso para mostrar una remera con el rostro de Evita. Marta, de 78 años, fue la primera concejala de Roldán, fue también, claro, la primera mujer que ocupo una banca como tal en esa ciudad.
A un costado del final de la peatonal, Cristian acomodaba las remeras y pañuelos que ayer puso a la venta. "Soy de Buenos Aires, vine a vender, viajo siempre. Donde va Cristina, ahí estoy; ahora también lo sigo a Alberto. A veces se me complica llegar a Formosa o a Chaco, pero lo intento", comentó convencido de "un futuro mejor", como dicen sus banderas.
Desde las primeras horas de la tarde la peatonal Córdoba hacia el río fue colmándose de gente. Jóvenes, y no tanto, familias, gente suelta, encolumnados en gremios u organizaciones sociales fueron llegando a la cita.
"Hoy San Cayetano se trasladó al Monumento", señaló una mujer que venía, justamente, de la iglesia ubicada en Buenos Aires al 2100. "Si después de lo de hoy no vuelve el trabajo a este país, ya no sé qué más puedo hacer", dijo sonriente.
Intentar cruzar desde la base el Monumento hacia el río no fue una tarea sencilla. Militantes con sus respectivas pecheras intentaban guiar a la gente para que circule, explicando que podía ir hacía el Paraná para ver el acto en las pantallas gigantes. Casi treinta minutos llevaba llegar a esa zona.
"Somos de Zárate vinimos temprano", contaron dos amigas instaladas, mate en mano, a la espera de que comience el acto. Un poco más allá, frente al escenario un cartel daba cuenta de militantes llegados de Almirante Brown (Buenos Aires). "Estamos acá desde las 5 de la mañana, no había nadie, reservamos el árbol", dijeron mientras exhibían la bandera que colgaba entre las ramas.
Ya más cerca del río, la gente se extendió por toda la costa desde la Fluvial y hasta los ex galpones portuarios. En ese sector, un poco más calmo, estaba sentado Osvaldo, escoltado por su mujer y su hijo. "Soy médico, estudié siempre en la pública. Soy peronista antes de nacer. Mi viejo era peronista y yo nací un 17 de octubre, lo llevo en el ADN" y saludó con los dedos en V y con lágrimas en los ojos.
La mayoría de los y las consultadas referían que habían llegado hasta el Monumento para ver y estar con Cristina y en apoyo a Alberto. Entre música, canciones, muchos abrazos y charlas llegó el inicio del acto. Hubo más cantos y aplausos pero también un silencio que impresionaba por lo respetuoso para escuchar a los candidatos.
Tras el final, los miles, pero miles, comenzaron el regreso. A unas cuántas cuadras del Monumento, un ciclista pasó raudo ante una atestada parada de colectivos y lanzó un "Vamos a volver.... " y se sumaron las voces y las bocinas. "¿Cómo medir la alegría?", volvió a repetir el veterano militante.
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